El Cuervo de Sevilla, el pueblo más sureño de la provincia, hace meses que arrastra una polémica entre el Ayuntamiento y varias asociaciones culturales como el Ateneo Arbonaida y el grupo ecologista Laguna de los Tollos a cuenta de más de cuarenta casuarinas en la avenida principal del municipio cuya tala es, según estos últimos, una auténtica chapuza que terminará con muchos de estos árboles, aunque constituyan precisamente la mayor masa arbórea del núcleo urbano y sirvan de pantalla acústica para reducir el ruido del tráfico. En el centro de la discordia están también los vecinos inmediatos, “hartos de aguantar que las hojas y otros elementos que se desprenden de los árboles ensucien constantemente y hasta taponen las alcantarillas”, según señala el alcalde, Francisco José Martínez (PSOE), quien insiste en que “no tengo nada esconder y la semana que viene daré toda la información al respecto”, si bien ha adelantado ya a este periódico que cuenta con el informe técnico de un ingeniero forestal de la Diputación de Sevilla que respalda la poda y no ha puesto ninguna pega.
En rigor, esta poda de las casuarinas, que es el motivo de la polémica, es ya la segunda que se ha iniciado en lo que va de año y sigue sin terminarse. La primera fue adjudicada a una empresa local, que terminó abandonando el trabajo al quinto árbol, “seguramente por la presión de estos grupos”, dice el alcalde, en alusión al Ateneo y a la asociación Laguna de los Tollos. De modo que el Ayuntamiento recurrió a la segunda empresa que constaba en la lista de adjudicatarias, pero cuando empezaron los trabajos llegó la crisis del COVID-19. De hecho, los ateneístas denunciaron que la poda continuase el 16 de marzo precisamente por este motivo. El caso es que los árboles quedaron a medio talar, si bien el Ayuntamiento ha manifestado su intención de rematar un trabajo que, a juicio de los denunciantes, resulta desproporcionada y sin justificación, pues “se aprecian cortes mal ejecutados, desgarros y daños sobre ramas y ejes que se deben conservar, cortes de ramas estructurales y un refaldeo excesivo que supone un maltrato a la copa del árbol, eliminando ramas verdes, vivas y fotosintéticamente activas que el árbol necesita para vivir”. Paradójicamente, insisten los denunciantes, amparados en nuevo informe que ellos mismos han encargado, “no se han eliminado multitud de ramas secas, supuestamente el principal objeto de la poda”.
El informe encargado por el Ateneo lo emitió el pasado 22 de abril la empresa Tecnigral, pionera en consultoría y desarrollo de proyectos de medio ambiente y medio urbano, y que determinó que la especie Casuarina Equisetifolia, frente a la creencia generalizada en el municipio, está correctamente elegida para los fines que motivaron su plantación en la zona, a comienzos de los 90. El alcalde, en cambio, recuerda que los vecinos están tan hartos que muchos de ellos abogarían por arrancar los árboles. “Yo no voy a quitar ni uno”, advierte, no obstante. Los 43 ejemplares de casuarina, en todo caso, y según el informe de Tecnigral, “se encuentran en edad adulta y en el momento de mayor aporte de beneficios al entorno. Todos presentan una vitalidad elevada y un buen estado general, sin que hubieran sido precisas más actuaciones sobre los mismos que pequeñas podas de mantenimiento”. Si la poda continúa, se advierte en dicho informe, se infligirá “daños a los árboles que comprometen su salud, abriendo puertas de entrada a patógenos y enfermedades que los debilitan” y, además, “no se solucionará el problema que afecta a los vecinos más próximos, pues las ramas volverán a brotar mediante reiterados que el árbol precisa para vivir, aunque lo hará con un anclaje débil”. En este sentido, razonan los denunciantes a la luz de su informe, “cuando las nuevas ramas alcancen un determinado tamaño y peso, tendrán riesgos graves de rotura y desplome, generando con ello un problema de seguridad para la ciudadanía”. En el informe, además, se explica que “los árboles han crecido y se han desarrollado juntos, de forma que se protegen entre sí al encontrarse alineados en pantalla”, y añaden los ateneístas, conclusivos: “La excesiva reducción de copa supone una modificación de las cargas aerodinámicas que soporta cada ejemplar y los hace vulnerables a los fuertes vientos del Sur-Suroeste, y ello supone que, necesariamente, se tendrán que llevar a cabo actuaciones en los árboles contiguos para corregir este desequilibrio, o lo que es lo mismo, más dinero a invertir”.
Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza
La polémica por los árboles talados ha llegado a tal punto que incluso el presidente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza, Juan Manuel Ruiz Cobos, ha enviado una carta al alcalde de El Cuervo para pedirle que “reconsidere las actuaciones previstas en la alineación de las casuarinas del municipio a las que hicimos referencia en un email de fecha 13-02-2020”, con lo que se intuye que ya hubo una primera advertencia. El primer edil de El Cuervo, de hecho, reconoce que ha hablado con todo el mundo. Ruiz Cobos hace referencia en su misiva al informe de Tecnigral en el que se concluye “la improcedencia de las actuaciones realizadas en 11 de estos ejemplares y en las futuras intervenciones de poda en todos ellos”. “Es por esto”, continúa la carta, “que le reiteramos nuestro parecer, independiente, profesional y con el único objeto de aportarle nuestra disposición de informarle sobre las principios básicos que se aplican hoy en día en arboricultura, valorando en primer lugar la seguridad de los ciudadanos y también para proteger el arbolado urbano que tantos beneficios nos aporta”. La carta señala además que estos árboles constituyen “un patrimonio municipal y único digno de conservar”.
El regidor cuerveño, por su parte, asegura que publicará la semana que viene el informe que le entregó el ingeniero forestal de Diputación hace más de dos meses, y asegura que él es el primer comprometido con el medioambiente. “Hace poco sembramos 150 árboles nuevos”, recuerda, después de señalar que “hace unos meses cortaron un eucalipto de raíz en la carretera, y yo quise oponerme, pero era competencia de Carreteras, pero insisto en que no es el caso ahora porque yo no pienso cortar ni una de esas casuarinas”.