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Los historiadores del arte reclaman al Real Alcázar de Sevilla poder ejercer como guías

La Asociación Profesional Española de este gremio (APROHA) pide a Isabel Rodríguez que puedan desempeñar esta función. Pedirán lo mismo a la Catedral de Sevilla.

Ezequiel García ezegarcia85 /
15 nov 2019 / 13:13 h - Actualizado: 15 nov 2019 / 13:18 h.
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  • Reunión en el Real Alcázar de Sevilla con su directora, Isabel Rodríguez, y con el jefe de la Unidad de Actividades del Patronato, Manuel Hurtado. A la reunión asistió también José Castillo, presidente de APROHA, la Asociación Profesional Española de Historiadores del arte.
    Reunión en el Real Alcázar de Sevilla con su directora, Isabel Rodríguez, y con el jefe de la Unidad de Actividades del Patronato, Manuel Hurtado. A la reunión asistió también José Castillo, presidente de APROHA, la Asociación Profesional Española de Historiadores del arte.

José Castillo, presidente de la Asociación Profesional Española de Historiadores del Arte (APROHA), junto a Isabel González y Rafael Morales, profesionales y miembros de de la misma como representantes de todo el colectivo, han pedido a la directora del Real Alcázar de Sevilla, Isabel Rodríguez, una petición muy clara: que los historiadores del arte son “guías-intérpretes del patrimonio, profesionales competentes, legitimados legalmente y los más preparados para difundir los espacios histórico-artísticos y debemos tener los mismos derechos que los guías turísticos oficiales a la hora de mostrar este espacio”.

Dicha reunión viene tras continuar sin poder ejercer dicha función en tal emblemático monumento. Rafael Morales, miembro de APROHA y gerente de Adarve Patrimonio Cultural, afirmó a la salida de dicha reunión que “ahora mismo un historiador del arte, que es en realidad un guía intérprete del Patrimonio, aún trabajando de forma legal teniendo su empresa o cotizando como autónomo no puede mostrar el Real Alcázar de Sevilla”, afirma.

Son muchas las pequeñas empresas que han nacido en Sevilla en los últimos años con responsables que han salido de la carrera de Historia del Arte. Ya no solo se dedican a la investigación o a la enseñanza. También “queremos difundir nuestros conocimientos a un público más amplio. Los guías-intérpretes del Patrimonio que defendemos nuestra tarea y nos queremos diferenciar por nuestra formación de los guías turísticos oficiales no tenemos derecho a entrar en el Real Alcázar ni en la Catedral y si lo hacemos corremos el riesgo de ser expulsados o denunciados y, en casos extremos, increpados, siendo nuestra tarea completamente legal”, denuncian desde APROHA sus representantes.

Buena acogida de la queja

Las propuestas presentadas a la dirección del Real Alcázar fueron, según APROHA, bien recibidas y, aunque no hubo ninguna respuesta definitiva, este primer encuentro ha sido muy importante. La directora del Real Alcázar de Sevilla, Isabel Rodríguez, historiadora, profesional de la arqueología y la conservación, dedicada durante muchos años de su carrera profesional a temas de difusión del patrimonio en la Ruta Bética Romana, se interesó mucho por la propuesta y le pareció “muy coherente, ya que entiende que un espacio histórico-artistico debe ser difundido e interpretado por historiadores del arte, pero que el peso de la legislación es un problema para poder llevar a cabo esa tarea por nuestra parte”, incide Rafael Morales. Para poder llevar a cabo dicha labor libremente, Rodríguez solicitó el estudio que ha hecho APROHA sobre las diferentes leyes que demuestran que la tarea de difusión del patrimonio “no es exclusividad del guía turístico oficial para presentarlo al Patronato”, inciden.

Situaciones incoherentes

Entre muchos de los argumentos con los que se los historiadores del arte refuerzan su petición está el hecho académico. Para estos profesionales, si un estudiante de Turismo tiene que cursar una asignatura sobre Historia del Arte y para obtener el certificado de guía turístico oficial también es un requisito necesario tener ciertos conocimientos y, sobre todo, si para poder explicar los monumentos los guías turísticos asisten a charlas o utilizan los libros y las publicaciones de los Historiadores del Arte para conocerlo a fondo, desde APROHA se preguntan “qué sentido tiene que no nos dejen difundir a nosotros este patrimonio a un grupo de visitantes si lo conocemos a la perfección después de haber estudiado a lo largo de nuestra carrera diferentes asignaturas relacionadas con este espacio”.

Otro de los argumentos recae en la legislación. Las leyes de Turismo por las que se rige el Real Alcázar y su Patronato, avalan a los guías de turismo, pero desde APROHA no entienden “por qué en un espacio cultural con tanta historia y tan cargado de arte debe prevalecer por encima de la legislación cultural la legislación turística”.

Asimismo entre las decenas de preguntas que le hicieron llegar a los responsables del Real Alcázar, Rafael Morales, de Adarve, apostilla indicando “por qué el conflicto de los guías oficiales y los guías-intérpretes sigue siendo una realidad solo en lo que respecta a las visitas guiadas al Real Alcázar y a la Catedral, cuando en el Hospital de la Caridad, en el Museo de Bellas Artes, San Luis de los Franceses o el Palacio Arzobispal esto no ocurre... ¿Tendrá algo que ver este conflicto y la pretendida exclusividad de los guías oficiales con la cantidad de visitantes que reciben estos monumentos y el dinero que dejan?”, indica.

Reunión con el Cabildo de la Catedral

APROHA incide en que en un futuro próximo se reunirán también con los responsables de la Catedral de Sevilla donde se encuentran con el mismo problema y se dan algunas de las mismas contradicciones: es obligatorio entrar siendo guía turístico oficial, pero la visita a las cubiertas que organiza el espacio la realiza un guía-intérprete.

Por último, desde APROHA se viene haciendo desde hace unos años una campaña de concienciación sobre la tarea de los historiadores del arte que trabajan como guías-intérpretes del patrimonio con el lema "Quiero que un/a historiador/a del arte me explique este monumento”, utilizando carteles delante de sitios icónicos y fotos que se suben a las redes denunciando “nuestra difícil situación laboral en algunos de estos monumentos”, concluyen.