El Ayuntamiento de Lebrija ha tomado el guante de la propia iniciativa ciudadana de vivir lo más intensamente posible sus Cruces de Mayo a pesar del confinamiento en casa por la crisis del coronavirus. En este sentido, acaba de lanzar un entrañable y pintoresco vídeo por las redes con imágenes que fueron grabadas antes del real decreto del 14 de marzo, unas instantáneas que, según el propio Consistorio, “nos definen como ciudad con una tradición que perdurará en el tiempo gracias al intercambio generacional que se vive, pues abuelos, padres y niños disfrutan al unísono de esta fiesta”.
La iniciativa municipal respalda así la de muchos lebrijanos que han adaptado la fiesta a las circunstancias montando cruces en los patios de sus propias casas, o en balcones y terrazas, para celebrar más íntimamente una fiesta que sin duda define la idiosincrasia de uno de los más municipios más genuinos del sur de la provincia. Otros lebrijanos han escrito letras de sevillanas corraleras, ese género que encarna la banda sonora del sentir popular por estos lares y que dio lugar a un trío de mujeres bajo ese nombre precisamente, Las Corraleras, formado a finales del siglo pasado por María Peña, Juana Vargas y María Jesús Ruiz, también célebres por su disco de 2004, Queremos ser chicas Almodóvar. Las sevillanas corraleras nacieron precisamente en las casas de vecinos, como toda la literatura popular, cuando las mujeres hacían un alto en su tarea doméstica y sacaban una coplilla, como aquella que dice: “Mi novio me ha dejao / no tengo pena / la plaza de chavales / la tengo llena”.
Muchos son los lebrijanos que llenan las redes sociales de este típico soniquete. Los más pequeños también pintan de llamativos colores sus dibujos de las cruces. El Consistorio, por su parte, reconoce y anima a continuar “con cuantas iniciativas pongan en valor esta y otras tradiciones lebrijanas que nos permiten sentir Lebrija”, que es su lema turístico.