Solidaridad

Los niños de La Palma sí tienen quienes les escriban

Los alumnos de sexto de Primaria de un colegio de Los Palacios escriben cartas a los chicos de su edad de colegios de la isla canaria afectada por el volcán y ahora esperan sus respuestas

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
02 dic 2021 / 17:01 h - Actualizado: 02 dic 2021 / 17:10 h.
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  • La clase que ha enviado las cartas.
    La clase que ha enviado las cartas.

El drama no se lo va a quitar nadie, pero el consuelo de compartir emociones tampoco, y determinadas emociones duran para siempre, como la de recibir la carta de un desconocido desde la otra punta del país, concretamente desde la Península, cuyo desastre natural provocado por el volcán de La Palma, en las Islas Canarias, se sigue aquí con especial preocupación.

Los docentes de un colegio de Los Palacios y Villafranca, el CEIP Pablo Ruiz Picasso, vieron una invitación televisiva a que los chicos de aquí escribieran cartas, con dibujos y palabras de ánimo, a los chicos de allá. Y la maestra Inés Sivianes no se lo pensó dos veces para contarles la idea a sus alumnos, que se pusieron de inmediato a escribir. “La experiencia ha sido muy bonita porque ellos no sabían nada de sellos ni remitentes; están en otra época, pero han aprendido”, sonríe la maestra palaciega.

Los niños de La Palma sí tienen quienes les escriban
Imagen de las cartas.

En las misivas, algunos chicos palaciegos han invitado a los alumnos canarios a sus casas. “Y ahora hay muchos ilusionados, esperando que les contesten”, explican en el colegio, aunque son conscientes ya de que, como han llegado allí miles de cartas, en algunos colegios van a rellenar un mapa gigante con las cartas, colocándolas en los lugares de los que proceden.

Una profe de aquí

Los alumnos palaciegos ni siquiera se hubieran enterado de si las cartas habían llegado correctamente a su destino, pero da la casualidad de que en uno de los colegios canarios donde llegaron cartas palaciegas trabaja Eva Labrador, una maestra precisamente de Los Palacios y Villafranca. La docente se llevó las cartas a su casa para clasificarlas y fue uno de sus hijos quien descubrió en dos remitentes direcciones del pueblo de su mamá. La emoción se multiplicó entonces, allá y acá, porque ni allí ni aquí se terminaban de creer el periplo de las cartas llenas de buenos deseos; desde un pueblo sevillano hasta otro pueblo canario en el que justamente trabajaba una chica que ha vivido toda su vida en el pueblo desde el que partió la carta.

Mientras esperan las respuestas, se ha puesto de moda en el cole desayunar plátanos.