El barrio de La Nana de Los Palacios y Villafranca, el más populoso de los barrios jóvenes de la localidad, sueña en su natural juventud con el final del Pregón que ofreció Miguel Troncoso allá en 2005: “Que nuestra Semana Santa, aparte de Santa, pueda ser también Semana”. Aquella referencia cofrade -hace ya casi dos décadas- de quien lo había sido todo, incluso hermano mayor, en una cofradía tan histórica como la de la Vera Cruz contaba ya con el precedente de haber agrandado la Semana Mayor palaciega con el Martes Santo del Cautivo, el paso de Señor que hoy por hoy cuenta con más nazarenos. Pero la Semana podía seguir creciendo con el Miércoles, y es lo que sigue pretendiendo el mismo Miguel Troncoso tantos años después. Ayer tarde se dio un paso de gigante en ese sentido, al presentar en un acto multitudinario dentro de las restricciones que impone la pandemia las dos imágenes que crearán devoción en un barrio tan de nueva creación: Nuestro Señor del Amor y la Humildad en sus Tres Caídas y María Santísima de la Paz y Esperanza de los Desamparados.
La primera imagen, obra del escultor sevillano Enrique Lobo Lozano, la ha donado el palaciego Juan Manuel Tirado Muñoz. La de la Virgen, de los escultores Juan Jiménez González y Pablo Porras Casero, la ha donado el propio Troncoso, que no ha estado solo en este proyecto que empezó a tomar forma en junio de 2015, sino escoltado siempre por los también conocidos cofrades palaciegos Antonio Merino y Paco Canales.
Los tres han encontrado ahora la complicidad del nuevo párroco de El Buen Pastor, Francisco Bustamante, “quien nos ha ayudado con su dirección espiritual a integrarnos de una forma activa, sincera y cristiana en la vida de la parroquia, y por supuesto accediendo a la bendición pública de las imágenes y a su asentamiento devocional en la misma para guiarnos en todo este camino que aún nos queda para convertirnos legal y oficialmente en Hermandad”, expresa el propio grupo de fieles Pro Hermandad Miércoles Santo en un comunicado. Asimismo, en dicha nota agradecen “su sapiencia y buen hacer” al delegado diocesano de Hermandades y Cofradías, Marcelino Vilches, por haberlos atendido “cuantas veces le requerimos” y haberlos aconsejado hasta insuflarles “aún más los valores de la paciencia, la fe y la constancia para que nunca abandonáramos este proyecto”.
El proyecto es, en rigor, sacar ambas imágenes a la calle el próximo Miércoles Santo después de la pandemia del COVID-19. Aunque son conscientes de la lentitud natural de las cosas de palacio, Troncoso ha advertido de que con la presentación de las imágenes ayer tarde -con mucha gente también fuera del templo y viendo la celebración en una pantalla- no ha terminado nada, sino todo lo contrario: “Ahora es cuando empieza todo”. “Es ahora cuando deben irse integrando activamente otras personas, crecer en cantidad y calidad de todos los futuros hermanos”, ha insistido, para referirse a los proyectos de caridad y acción social, formación cristiana, constitución definitiva como hermandad, elaboración de unas reglas, una primera junta de gobierno y, por supuesto, la creación de una cofradía para salir en procesión.
En el barrio hay ganas de Miércoles Santo, y se notó en el acto de bendición de ayer. También en el resto del pueblo, donde se han consolidado desde hace años el Domingo de Ramos, el Martes, el Jueves y el Viernes, hay predisposición para el Miércoles, aunque lo más urgente sea sortear este último bache que se llama COVID-19 y tantos creyentes se pongan ya en manos de estos titulares con nombres tan oportunos para los tiempos que corren.