Los Palacios y Villafranca, en un lugar estratégico entre la marisma y la campiña, entre Sevilla y el mar –también entre la inmensa llanura del Bajo Guadalquivir y las primeras estribaciones gaditanas-, ha tenido siempre mucho que ver con las atalayas. De hecho, su origen es una pequeña atalaya llamada Al Mudeyne luego reconvertida en palacio (palacios) de recreo en tiempos del rey Pedro I El Cruel. Hoy en día, el instituto más antiguo del pueblo, precisamente el IES Almudeyne, se sitúa justo al lado de otra torre con menos historia pero que al menos se conserva intacta: la Torre del Agua que servía para impulsarla gracias a la caída libre desde sus más de 30 metros de altura y abastecer así a todos los rincones del municipio desde que se inauguró el 21 de julio de 1971. Esta torre, por supuesto en desuso desde hace décadas, está a punto de cumplir el medio siglo y, después de haber sido rehabilitada con la mitad del presupuesto del último Plan Supera de la Diputación provincial -287.200 euros- para convertirse en mirador turístico y centro de interpretación, será inaugurada ahora como tal coincidiendo con esta significativa efeméride.
Así lo ha anunciado hoy el alcalde palaciego, Juan Manuel Valle (IU), aprovechando que es el Día Mundial del Agua. Según ha adelantado el regidor palaciego, la torre ofrecerá un paseo didáctico a lo largo de sus cinco plantas, al término de las cuales se podrá disfrutar de unas vistas excepcionales para quienes no estamos acostumbrados a ver el pueblo a vista de pájaro: “el paisaje repleto de agua de la marisma y el arrozal, los canales y acequias de nuevos regadíos, los poblados de colonización, la manchonería, nuestros espacios naturales (humedales) como son el Cerro de las Cigüeñas o el Pantano, el Caño de la Vera y todo el Bajo Guadalquivir, además de los viejos pozos de las villas de Villafranca y Los Palacios y las nuevas fuentes de las avenidas y parques”.
Ahora que está a punto de rehabilitarse el edificio en sí, como toca llenarlo de contenido, el Ayuntamiento ha confiado para ello en la empresa Almagra, Cultura y Natureleza, de Emiliano Mellado, con quien se reunían hoy no solo el alcalde, sino también los concejales de Cultura y Turismo, Manuel Carvajal, y Educación y Agricultura, Jesús Condán.
Una referencia comarcal
Según el alcalde, las actividades que se preparan en el ámbito sociocultural harán de la Torre del Agua un equipamiento de referencia local y comarcal para que, “desde la puesta en valor del patrimonio industrial y la obra pública, sea punto de encuentro de la población con la cultura y los lugares emblemáticos de la identidad palaciega como el Pradillo y el Caño de la Vera”. Se prevén asimismo actividades también de carácter educativo y creativo en torno al paisaje, para que las nuevas generaciones descubran la historia local y la memoria de las mujeres y hombres que con agua la escribieron, y ahora los artistas locales con pinceles o cámaras la dibujen y plasmen en imágenes únicas. “Será la Torre una ventana y balcón con vistas a nuestro pueblo y su entorno, pero también una puerta abierta para recibir al visitante y punto de partida de rutas en torno a los valores naturales, monumentales y gastronómicos de un destino turístico seguro e inteligente”, ha insistido Valle. La Torre será, en este sentido, un Centro de Interpretación de los Paisajes palaciegos pero también de Recepción e Información Turística local y comarcal, gracias a la colaboración del Grupo de Desarrollo del Bajo Guadalquivir.