El sueño de Palenquivir, un parque empresarial de 740.000 metros cuadrados en la salida sur de Los Palacios y Villafranca, estratégicamente situado junto a la carretera N-IV –en vías de ser desdoblada hasta Jerez– y a la autovía A-4 y erigido en nudo estratégico entre los puertos de Cádiz y Sevilla, lleva fraguándose desde hace más de una década, pues fue en 2006 cuando sus promotores, Inarbagua y Jamate y la constructora Rafael López Sánchez, consiguieron la recalificación de aquellos terrenos marismeños. Desde entonces, al menos en tres ocasiones se había anunciado la inminencia de las obras de urbanización, pero siempre falló la aprobación del Plan Parcial al carecer de informes favorables de administraciones superiores al Ayuntamiento palaciego. Este jueves, por fin, el pleno pudo aprobar –y por unanimidad– definitivamente este plan parcial al contar ya los promotores con todos los vistos buenos del Ministerio y la Junta de Andalucía y estar a falta tan solo de determinadas exigencias antes de presentar su proyecto de urbanización, lo que está previsto que se produzca a comienzos de 2018. «Si toda marcha bien, en la primera mitad del año que viene pueden empezar las obras», dijo ilusionado el alcalde, Juan Manuel Valle (IU), al terminar el pleno.
El presupuesto contemplado inicialmente alcanza los 18 millones de euros. Se prevén más de 350.000 metros cuadrados de parcelas logísticas e industriales (naves de 5.000 metros cuadrados), además de otras de uso terciario; y 80.000 metros para oficinas y locales comerciales; 90.000 metros cuadrados de zonas ajardinadas; y otros 30.000 metros cuadrados que se dedicarán a zona social y deportiva de uso público. Solo para uso viario se necesitarán 130.000 metros cuadrados. Restan más de 100.000 metros que se cederían para la conexión con la N-IV en el caso de que se siguiera el desdoble hasta Jerez y que en todo caso quedaría como espacio libre.
El macroproyecto se ha tomado en Los Palacios y Villafranca «como un antes y un después», según Valle, no solo porque todo el suelo industrial actual –incluido el de las pedanías palaciegas– apenas suman 30 hectáreas, sino por la significación económica y laboral que puede suponer.