Los Palacios tira de sus agricultores para desinfectar todo el pueblo

Algún vecino agricultor usó su máquina de fosfatar para desinfectar su acera, la del vecino, su calle acaso... Otro sugirió por redes sociales que podrían ayudar los tractoristas, al ver el insuficiente parque móvil municipal, y así fue como se han ido animando hasta tener al alcalde, Juan Manuel Valle (IU), “como una centralita”, según se ha definido él mismo después de que el Ayuntamiento haya organizado ya a cinco equipos, por turnos, para desinfectar el pueblo cada cuatro o cinco días. “Vamos a llamar a un grupo diferente en cada ocasión”, ha explicado el regidor palaciego.

Hoy ya han salido, desde bien temprano, casi una decena de agricultores, además de los alcaldes pedáneos y otros voluntarios, para desinfectar el pueblo con agua y lejía a presión. El Ayuntamiento insistió ayer, de hecho, en el obligado encierro porque hoy iban a pasar tractores por todas las calles. “Estoy anotando nombres y teléfonos de gente que no para de llamar y ofrecer sus medios”, asegura Valle. Esta oleada de solidaridad, por cierto, no se limita a los tractores, sino a comerciantes y droguerías que ofrecen lo que tienen: lejía, jabón, desinfectantes.

La concejala de Vías Públicas, Parques y Jardines, Irene García, ha informado a este periódico de que se ha dividido el pueblo en grandes zonas, subdivididas a su vez en otras más pequeñas. Operarios del propio Ayuntamiento vienen realizando desde el lunes la desinfección de diversos espacios públicos de la localidad como parques, plazas, bancos, contenedores de basura o barandillas de los espacios públicos del municipio, centrándose igualmente los esfuerzos de limpieza desinfectante en edificios públicos, las calles y avenidas más transitadas. También se ha llegado a los polígonos industriales.

Desde hoy, los protagonistas del manchón palaciego, los productores de estas tierras que a una orilla y otra del municipio cultivan el afamado tomate o el arroz, según se dediquen a las tierras de labor o a la marisma, están protagonizando estos días un capítulo solidario de esta larga historia en que se ha convertido la crisis por el coronavirus. A su entregada labor anónima contribuyen los trajes y mascarillas que usan. “Un ejército de solidaridad repartido por todo el pueblo”, han escrito algunos vecinos en redes sociales, agradecidos con la medida. “Es muy duro, pero también emocionante cuando ves la respuesta de la gente”, señala el alcalde. Como durante la mañana han quedado pendientes solo dos barriadas, esta tarde saldrá el cuerpo de bomberos a continuar con la desinfección.