Los primeros almendros en seto ecológicos de España están en Lora

La empresa Ingeoliva produce también los aceites certificados más premiados del mundo

03 sep 2018 / 07:41 h - Actualizado: 03 sep 2018 / 07:41 h.
"Economía","El campo y su agroindustria"
  • Los almendros cultivados en seto permiten la recolección mecánica del fruto. / Fotos cedidas por Ingeoliva
    Los almendros cultivados en seto permiten la recolección mecánica del fruto. / Fotos cedidas por Ingeoliva

Los aceites El Cortijo, fabricados en Lora del Río, cuentan con certificado ecológico y son los más premiados en el mundo. En su apuesta por una producción agrícola responsable con el medio ambiente y de calidad, la empresa es la primera en España que ha conseguido el certificado ecológico para sus almendros, cultivados de forma novedosa en seto.

Introducidos en 2013, la empresa fue pionera en Andalucía en cultivar el almendro en seto, lo que permite la pronta entrada de los árboles en producción, reduce los trabajos de poda y permite una recolección automatizada. En la finca se siembran las variedades Isabelona y Soleta, de floración tardía para evitar heladas. Este sistema innovador conseguido a base de investigación, y mantenido dentro de la normativa y las prácticas ecológicas, ha sido certificado como ecológico por el Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (CAAE), siendo la primera empresa de España en obtenerlo.

Calidad, ecología e innovación son los tres pilares que sustentan a Cortijo El Puerto, nombre comercial y de las instalaciones en las que se localiza Ingeoliva. La familia De la Torre Liébana creó la empresa en 2010, y dos años después adquirieron la finca de Lora del Río para crear un ecosistema donde combinar la agricultura de precisión y la ecológica.

Si la agricultura tradicional «erradica toda la vegetación mediante acción mecánica y pesticidas, solo mantiene los árboles productivos y ataca las plagas con productos químicos, en Cortijo El Puerto se aprovecha la biodiversidad para mejorar la producción y la viabilidad de las explotaciones», explica Enrique De la Torre, consejero delegado de la empresa.

La filosofía es «imitar a la naturaleza». Se configura un ecosistema que combina hierbas y arbustos autóctonos con los árboles de cultivo. Se crea una biodiversidad donde las plantas fijan el terreno y sus nutrientes, y se «fidelizan» insectos y animales beneficiosos para combatir de forma natural las plagas. Para ello insertan entre los árboles «autovías de biodiversidad, dos carriles de arbustos y plantas de forma alternativa para conseguir que haya floración durante todo el año». Así los insectos beneficiosos se quedan en la finca, lo que favorece la polinización natural «que aumenta el rendimiento de las cosechas». Para potenciar esta lucha biológica, cuentan también con «hoteles para insectos», cajas de madera donde pueden encontrar cobijo.

Todos los cultivos de la finca están certificados como ecológicos. Pero «normalmente lo ecológico no se asocia con la última tecnología», por lo que la intención era compaginar agricultura ecológica con la de precisión, «usar la máxima tecnología de manera respetuosa con el medio ambiente». Así, todos los árboles cuentan con GPS, plantados en seto para facilitar la recolección de manera automática mediante cosechadora. «Supone un ahorro en costes, que se reinvierte en ecología». Del mismo modo, su línea de innovación ha ido probando cultivos en seto para mejorar la producción.

De las 210 hectáreas de Cortijo El Puerto, en torno al centenar se dedican a olivos, la misma cantidad a almendros y el resto a cítricos. Cultivan 11 variedades de olivo, para producir diez tipos de aceite de oliva virgen extra y ecológicos: arbequina, arbosana, picual, koroneiki, picudo, hojiblanca, chiquitita, oliana, cornicabra y manzanilla cacereña, que ponen en el mercado con colecciones monovarietales. «El primer aceite de oliana comercializado del mundo lo sacamos nosotros en 2017». La empresa fue pionera en el sector agroalimentario nacional en etiquetar en braille los códigos QR del aceite para que las personas invidentes accedan con sus dispositivos electrónicos a toda la información que este sistema ofrece.

El aceite «está maltratado» en botellas de plástico, por lo que envasan al vacío en lata y botella de cristal opaca, que alarga la vida del producto, y con diseño personalizado. «Queríamos que el diseño tuviera una integración con lo que se hace. Cada variedad de aceite va asociada a un animal que está en la finca. Hay una burrita con DNI que se llama Oliana, y su imagen ilustra el envase de esta variedad».

La última edición de los premios TerraOliva, la prestigiosa competición internacional del aceite de oliva virgen extra celebrada en julio en Israel, otorgó ocho galardones a los aceites Cortijo El Puerto. De ellos, siete premios fueron a sus aceites y el octavo por el diseño. Con ellos, la empresa suma 140 premios internacionales, 11 otorgados al diseño y empaquetado y el resto valora la calidad de sus variedades. Son por ello los aceites de oliva virgen extra más premiados del mundo. «Es un reconocimiento a la regularidad y a la labor en conjunto» que hacen desde esta finca.