Manuel y Cristóbal, los saucejeños que murieron a manos de los nazis

El Ayuntamiento les ha recordado con motivo del Día internacional de conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto

30 ene 2019 / 07:52 h - Actualizado: 30 ene 2019 / 07:55 h.
  • Manuel y Cristóbal, los saucejeños que murieron a manos de los nazis

Manuel y Cristóbal eran dos vecinos de El Saucejo como tantos otros, pero se vieron sorprendidos por el inesperado holocausto el que que España se vio envuelto, mandando a luchar a una guerra cercana a jóvenes que intentaban levantar cabeza tras la Guerra Civil.

Con motivo del Día Internacional de conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, que tuvo desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento de El Saucejo, porque “queremos hacer ejercicio de memoria y recordar a los dos saucejeños que perdieron la vida en el campo de concentración de Gunsen en Austria bajo el dominio nazi”.

La historia de ambos saucejeños bien podría ser el argumento de una película, ya que “en muy pocos días pasan de ser ciudadanos normales a huir de sus hogares, ser bombardeados en la carretera de Malaga - Almeria, en lo que fue la primera colaboración de la aviación de Hitler y Mussolini, considerado como el mayor crimen de la guerra civil española”.

De ahí, participaron en las batallas del Ebro “y pasaron al exilio francés, donde son obligados a trabajar en campos de trabajo , por último son apresados en la baja Sajonia como prisioneros de guerra y pasan al dominio nazi donde son llevados al campo de concentración de Mauthausen y posteriormente al de Gusen donde son sometidos a condiciones inhumanas y asesinados”.

Casado y con dos hijos

Manuel Valle Roblesnació en El Saucejo en 1900, y murió en Gusen en 1941. Su vida transcurre en paralelo a la de su amigo y paisano Cristóbal Mingolla. Jornalero del campo, casado y con dos hijos pequeños que huyen precipitadamente con él a Málaga una vez que El Saucejo fue tomado por los sublevados el 4 de septiembre de 1936 dejando un reguero impresionante de víctimas que superan los dos centenares.

“Siendo lo propio y habitual entre la población trabajadora, era asiduo al Centro Obrero, lo cual es más que suficiente para ser señalado con el estigma de ‘rojo peligroso’ por las fuerzas golpistas y, por tanto, destinatario de la cruenta represión con que se forjó el nuevo Estado, explica el Ayuntamiento.

El bombardeo sistemático de Málaga en febrero de 1937 le lleva, en la famosa y triste huida, hacia Almería en donde se queda su mujer Isabel Martín y sus hijos por un tiempo hasta el final de la guerra.

Manuel se incorpora a los frentes de batalla hasta llegar a Cataluña donde vive el fin de la República y su paso al exilio francés. Tras el tránsito por los campos del Rosellón francés y las Compañías de Trabajadores Españoles termina, como prisionero de guerra, en el Stalag XI-B de Fallingsbostel en la Baja Sajonia para iniciar su último viaje sin retorno posible: llega a Mauthausen con un masivo contingente de republicanos el 27 de enero de 1941 con el número de matrícula 6196.

El 20 de octubre es trasladado a Gusen para morir diecinueve días después, el 8 de noviembre de 1941, cuando tenía 41 años de edad.

Una familia de trabajadores

Cristobal Mingolla Rueda nació en El Saucejo en 1895, y murió en Gusen en 1942. Nacido en el seno de una familia de trabajadores del campo, Cristóbal crece entre las necesidades y penurias a los que estaban sometidos secularmente los de su clase. Pierde a su mujer muy pronto y se queda con dos hijos muy pequeños justo en los albores de la República cuando las esperanzas tocaban las puertas de los jornaleros andaluces.

No se le conoce afiliación política o sindical concreta pero se sabe que Cristóbal iba con regularidad al Centro Obrero, lugar por excelencia donde se expresaba la sociabilidad entre la población trabajadora local, para escuchar las noticias y departir con los compañeros la actualidad del trabajo y los anhelos del mañana; pero sobre todo, “era el lugar donde todo saucejeño pobre cultivaba la identidad social como obrero que aspiraba a una sociedad más justa e igualitaria”.

El golpe militar le sorprende en un melonar en las afueras del pueblo. Se refugia con su familia en un molino cercano por donde pasa una masiva columna de refugiados, hombres, mujeres y niños de Algámitas y Villanueva de San Juan, que venían huyendo de la represión y se une con ellos en su camino hacia la Málaga republicana.

La ofensiva a esta ciudad en enero y febrero de 1937 provoca un masivo éxodo por carretera hacia Almería, siendo la primera vez que la población civil es bombardeada por tierra, mar y aire.

Con muy pocos datos

De su periplo durante la contienda se sabe sólo que recaló en Cataluña hasta su caída en el invierno de 1939. El paso hacia Francia le lleva a los campos de concentración del Rosellón francés, donde, al parecer, Cristóbal cae enfermo y termina en un hospital en Perpiñán.

Un paisano suyo regresó desde aquellos campos a El Saucejo siguiendo las falsas consignas de que nada tenía que temer quien no tuviera delitos de sangre y fue asesinado por las nuevas autoridades golpistas.

Este dramático suceso le convence, definitivamente, para descartar cualquier idea de regreso. Previo a la invasión nazi de Francia y su detención por los alemanes, trabaja en la famosa línea defensiva Maginot con una Compañía de Trabajadores Españoles. Una vez detenido por los alemanes es prisionero de guerra en el Stalag XVII-B de Krems-Gneixendorf en Austria y luego deportado a Mauthausen el 19 de diciembre de 1941 con el número de matrícula 4784.

De allí es trasladado a Gusen el 8 de junio de 1942 donde muere un mes después, el 11 de julio, cuando contaba con 47 años de edad.

Los dos, como ejemplo de una guerra criminal que acabó con millones de inocentes, han sido recordados por el Ayuntamiento y los vecinos de El Saucejo.