Los nervios del año pasado, cuando la Cabalgata se trasladaba a la mañana del domingo por el pronóstico de lluvia, quedaron olvidados al amanecer una soleada mañana de cinco de enero donde se podía disfrutar, a pesar del frío, de una buena jornada de Reyes en la calle. Y, precisamente, este buen tiempo hizo que los moronenses abarrotaran la Alameda para acompañar a sus Majestades en la salida del cortejo.
Era una mañana intensa y, en los almacenes de la Familia Fortes, se comenzaba la jornada de puertas abiertas para poder disfrutar de las carrozas antes de su salida. Comenzaba así un cinco de enero volcado con los Reyes. Poco antes del mediodía, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaban al Ayuntamiento para comenzar su recorrido por las residencias y los conventos de la ciudad.
Adelantando la hora de salida con respecto a años anteriores, era poco más tarde de las cinco cuando a los lejos se podía vislumbrar la salida de los Reyes, nerviosos ante su gran día. Encabezaba el desfile el Cartero Real, una nueva carroza que estrenaba el Heraldo el viernes por la tarde, aunque en las últimas horas ha sido modificada para Mario Delgado, joven con el mejor expediente académico de Secundaria de la localidad. Lo antecedía el tren con el coro de mayores Ciudad del Gallo.
Ha sorprendido en la calle los beduinos que han acompañado a Carmen Lozano, Isidoro Gordillo y Desiderio Rodríguez quienes se han volcado en esta Cabalgata de Reyes donde se preveía el lanzamiento de 4.000 kilos, 15.000 balones y 20.000 pequeños juguetes.
La agrupación musical juvenil de la Fuensanta, así como las charangas, ponían el toque musical a un día intenso donde los nervios eran la nota dominante en la risa de los niños mientras vivían en la calle el día más especial. Se avecinaba una noche intensa en duermevela esperando los regalos al despertar.