Ni el tiempo pudo con la Soledad de Alcalá del Río

La dolorosa salió este domingo en procesión triunfal y de gloria para recorrer la localidad por el XXV aniversario de su coronación canónica pese a las predicciones nada halagüeñas

01 nov 2021 / 13:29 h - Actualizado: 01 nov 2021 / 14:51 h.
  • A pesar de los pronósticos de lluvia los días previos, la tarde permitió la salida de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad por el XXV aniversario de su coronación canónica (Foto: Francisco J. Domínguez)
    A pesar de los pronósticos de lluvia los días previos, la tarde permitió la salida de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad por el XXV aniversario de su coronación canónica (Foto: Francisco J. Domínguez)

No han podido los – muchos – Viernes Santos de lluvia. Ni la inestabilidad política y social en la República ni en la Guerra. No ha podido la pandemia, en la que – a pesar de todo – salió. No iban a poder por tanto las predicciones adversas de los días previos. Porque la Virgen, Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad, siempre sale. Vestida de sol, con el mundo postrado a sus pies, vencedora del tiempo y la adversidad, este domingo la Virgen volvió a salir en Alcalá del Río y paró el tiempo, en todas sus posibles acepciones.

El tiempo para la Virgen es absolutamente relativo. Cinco siglos lleva velando por su pueblo, viendo pasar generaciones a sus plantas rendidas. Todo ha cambiado en Alcalá del Río, pero solo ella ha permanecido. Es la Virgen de la historia y del tiempo, la que siempre y en todo ha estado presente. Por eso, por su mucha antigüedad, la sede hispalense concedió con honores la coronación canónica.

Contra las predicciones previas, el día amaneció con sol

Y por eso, porque frente a medio milenio unos meses no son nada, junio ha estirado este año sus páginas en el calendario para concluir el 31 de octubre con la procesión de la dolorosa por las bodas de plata de su coronación canónica. Día que además fue el más grande del año – con permiso del Viernes Santo – porque hasta la jornada tuvo 25 horas.

“¿Qué tienes que hasta al tiempo remueves?”, se preguntaba una hermana en los prolegómenos de la procesión. Los mapas auguraban muchos litros de lluvia los días previos, pero el domingo amaneció radiante. Un sol primaveral también participó el la misa estacional que, ante el paso y emitida por Canal Sur, ofició el Arzobispo de Sevilla, Monseñor Saiz Meneses.

Las nubes corrían por el cielo a primera hora de la tarde. El viento revolucionaba colgaduras y gallardetes, y presagiaban trabajo extra para el encendedor, que con esfuerzo mantuvo la candelería parcialmente encendida durante la tarde y la noche. Pero el pronóstico era favorable y Alcalá del Río y parte de la provincia se echó a la calle para ver a la Virgen.

Ni el tiempo pudo con la Soledad de Alcalá del Río
El cielo se tiñó de color morado, el color que representa a la hermandad, a su paso por la calle Real de Castilla (Foto: Antonio Hita Moreno)

El cielo se tiñó de morado en la calle Real de Castilla

Una alfombra de romero, como aquel 15 de junio en que fue coronada, puso el suelo a la procesión. Arrancó a las 17.00 horas el cortejo oficial, para el que se expidieron más de 1.000 papeletas de sitio, aderezado con estandartes de hermandades de la Soledad y corporaciones con sus titulares coronadas canónicamente. Muy fotografiado fue el tránsito de la Virgen por la calle Real de Castilla, con el cielo teñido de morado, color que representa a esta hermandad.

Arcos con las letanías del Santo Rosario, desde ‘Causa de nuestra alegría’ a ‘Reina de Alcalá del Río’, fueron epítetos con los que el gentío iba rezando al paso de la dolorosa por las calles, en ese templo y trono en el que Patrocinio López, las hermanas Antúnez y el taller de Olmo pusieron sus puntadas de oro. Tras el acto institucional ante el Ayuntamiento finalizó la procesión oficial y el gentío que acompañaba a la dolorosa era un río continuo que ocupaba las calles, ya sin cortejo, entre vivas, rezos y oraciones.

Ni el tiempo pudo con la Soledad de Alcalá del Río
Recepción por parte de la corporación municipal en la puerta el Ayuntamiento (Foto: Eduardo Pastor de la Hera Naranjo)

Una treintena de petaladas durante el recorrido

Y hubo lluvia. Mucha, pero de pétalos. Casi una treintena de petaladas, regaladas por sus calles, llovieron sobre el palio. Regadas de amor y armadas a base de ir día tras día jóvenes, niños y mayores a las parcelas al otro lado del río a recolectar las mejores rosas para la Rosa Mística. Ese río que con su Vega fue escenario y testigo del momento histórico en el que Carlos Amigo depositó sobre sus benditas sienes la corona del amor.

Ni el tiempo pudo con la Soledad de Alcalá del Río
Los vecinos regalaron casi una treintena de petaladas a la Virgen (Foto: Eduardo Pastor de la Hera Naranjo)

Una corona en la que va mucho. Todo podría decirse. Porque para una Reina solo cabe el oro, pero a este los 24 kilates se le quedan cortos, por su valor sentimental incalculable. En la corona están más de tres kilos y medio de oro de tantos soleanos que soñaron con verla coronada canónicamente y que se desprendieron de sus joyas para que la Virgen tuviera lo mejor.

El recorrido repitió el del día de la coronación canónica

También quiso el Guadalquivir celebrar este aniversario. Volvió la Virgen a sus dominios, a ese barrio del Arenal que desde 1996 no la recibía. El recorrido emuló el triunfal tras la coronación canónica, llevándola por calles y plazas por donde solo en aquella ocasión pasó. Y fue allí donde la lluvia, la real, hizo acto de presencia. La hermandad – en contacto con meteorología – tenía la fiabilidad de que la noche iba a permitir disfrutar. Pero una nube baja, de esas que dicen que no detectan los radares y que aguó la tercera de las procesiones de la Misión del Gran Poder, quiso acompañar a la Soledad alcalareña.

Ni el tiempo pudo con la Soledad de Alcalá del Río
Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad Coronada junto a la capilla de San Gregorio antes de finalizar la procesión oficial (Foto: Eduardo Pastor de la Hera Naranjo)

Un chirimiri, que empezó cuando la Virgen miraba al río y a la presa en torno a las 23.00 horas, continuó arreciando. Pero como dice el refrán, no hay mal que por bien no venga, esta lluvia brindó la oportunidad de que la dolorosa hiciera estación en la parroquia. Una magistral chicotá por la cuesta que lleva desde el río a la parroquia, dejó a la Virgen en el templo con el repique de campanas y la ovación de la gente que abarrotaba cada recoveco.

Ni el tiempo pudo con la Soledad de Alcalá del Río
La Virgen tuvo que hacer estación en la parroquia el aparecer la lluvia de forma inesperada (Foto: Banda de música de la Cruz Roja)

La hermandad lleva un año de celebraciones, adaptadas a las circunstancias. Ya en junio la Virgen salió, aunque en un traslado reducido, portada por la junta de gobierno y sin su pueblo alrededor, que la esperaba en la plaza el Calvario para la misa conmemorativa del XXV aniversario. Por eso, la que todo lo dispone y maneja los tiempos, quiso volver a la parroquia, para salir esta vez en su paso de palio, con música y con todos los soleanos junto a ella.

Pasada la medianoche, la dolorosa volvió a salir. Con itinerario recortado, el paso arrió en la capilla de San Gregorio, con el canto del himno de la coronación canónica, pasadas las 1.30 horas. La Virgen volvió a hacerlo, y ni el tiempo pudo con ella.

Ni el tiempo pudo con la Soledad de Alcalá del Río
La dolorosa bajo uno de los arcos que adornaban el recorrido, y donde puede leerse el lema del XXV aniversario de la coronación canónica (Foto: Francisco J. Domínguez)