Semana Santa 2019 en la provincia

Remediadora hasta del desconsuelo en Los Palacios

La Hermandad de la Vera Cruz de Los Palacios y Villafranca se asusta con la tormenta de Sevilla y deja al Furraque con la miel en los labios

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
18 abr 2019 / 20:50 h - Actualizado: 18 abr 2019 / 21:42 h.
"Jueves Santo","Semana Santa 2019 en la provincia"
  • Remediadora hasta del desconsuelo en Los Palacios

La Virgen de los Remedios, apodada en Los Palacios y Villafranca la Reina del Furraque, estaba dispuesta a remediar no solo los males de todo el año, sino también los amagos de tormenta que iban relativizando los partes meteorológicos conforme avanzaba la tarde, las negras nubes del horizonte, el eco de los truenos lejanos, el sirimiri de después del almuerzo, las dudas del millar de nazarenos que miraban al cielo, el viento de agua que decían los viejos, el agua borrascosa que amenazaba de lejos, el miedo de la junta de gobierno que encabeza Juan Gavira... pero finalmente pudo más “la responsabilidad”, es decir, la capacidad humana de respuesta por si hubiera llovido, por si hubiera habido que refugiarse deprisa y corriendo, por si hubiera habido que lamentar carreras y atropellos, el estropicio de una cofradía que no lo merece, por si.

Remediadora hasta del desconsuelo en Los Palacios

El caso es que, aunque la salida de la Hermandad de la Vera Cruz y María Santísima de los Remedios estaba prevista oficialmente para las 17.30 horas, la junta de gobierno anunció a mediodía que la posponía para las 19.00. Pero no hizo falta. Antes de las 18.00 horas, la Hermandad difundió un comunicado en el que decidía no salir. Opiniones para todos los gustos y una junta satisfecha de su rápida decisión.

En la capilla de San Sebastián, el gentío se turna esta tarde-noche para seguir siendo gentío. El paso del Cautivo que se lució el Martes, en la retaguardia de una capilla rebosante de devoción. En primer plano, los pasos del Crucificado y la Virgen. El del Señor había sido restaurado este año por Enrique Gonzálvez, aunque aún le quedaban unos detalles. Los respiraderos incluyen cuatro cabezas de angelitos con miradas renovadas, también cuatro cartelas pintadas por Eduardo Cerrada que muestran el Entierro de Adán, la Exaltación de la Cruz, Santa Elena y San Francisco de Asís; la Historia de la Humanidad o de la Salvación, que aquí viene a ser lo mismo. De vez en cuando suena una saeta.

A las 20.30 horas está previsto el rezo del Santo Rosario. En cada casa particular, las túnicas más inmaculadas que nunca –sin cera, sin barro en las capas- vuelven al perchero; los bocadillos preparados para una larga estación de penitencia -hasta las 1.30 horas de la madrugada- van a servir para la cena; los berrinches de los niños ilusionados se han diluido con las últimas luces de la tarde...

Y en el corazón de todos late la sonrisa tibia de una Virgen que siempre lo remedia todo: hasta el desconsuelo de sus hijos por no haberla lucido como merece la ilusión de un pueblo. Su mirada habla de eternidad, de que detrás de un año viene otro año, de que la fe no tiene fecha de caducidad.