Actores, artistas plásticos, escritores, periodistas, cantantes y en general representantes del sector cultural de nuestro país, han suscrito un manifiesto en el que solicitan a las administraciones un mayor “apoyo real” para dotar de contenidos y actividades al Centro de Interpretación Ocaña de Cantillana (CIOC).

Bajo el título “Dar vida al museo, dar vida a Ocaña”, el documento solicita la implicación de los gobiernos nacional, autonómico y provincial en la actividad y la proyección del espacio expositivo. Según recoge el escrito, para que este espacio pueda considerarse museo “tiene que tener varias características muy claras y razonables, como un horario permanente de apertura”, así como “una programación cultural e investigadora que de vida a la colección”. Cuestiones necesarias que “no se cumplen en su totalidad” en el CIOC.

Los firmantes del manifiesto consideran que la obligación del mantenimiento tanto de las instalaciones como de la actividad del Centro de interpretación “no solo debe recaer en la administración local, con sus limitaciones presupuestarias y legales”. Por ello, exigen “tanto a la Diputación de Sevilla, como al Gobierno de la Junta de Andalucía como al Gobierno de España (Ministerio de Igual y Ministerio de Cultura) que se pronuncien a favor del futuro del museo”.

Se reclama “un apoyo real” al espacio “donde se reúne la mayor obra del pintor de la libertad”. Del mismo modo, invitan a la sociedad civil a “movilizarse para que el Ayuntamiento de Cantillana pueda desarrollar y progresar en la consecución de un Museo Ocaña en toda integridad”. Según señala el escrito, esta será la forma de fomentar el conocimiento del artista “en las generaciones futuras” como referente tanto por su obra como por su vida y su lucha por los derechos del colectivo homosexual.

Es por ello que el manifiesto se ha lanzado coincidiendo con la celebración del Día Internacional del Orgullo LGTBI el pasado 28 de junio. A través de su trayectoria y su legado, Ocaña representa “los componentes de una sociedad avanzada y democrática: respeto, dignidad y derechos”, resalta el documento.

Más de 40 adhesiones suscriben la petición. A la propia familia del pintor se unen figuras destacadas como los cineastas Ventura Pons – autor de la película ‘Ocaña, retrato intermitente’ –, Pilar Távora y Benito Rabal; el dibujante Nazario; los actores Juan Diego, Carlos Bardem, Alberto San Juan y Willy Toledo; los escritores Juan José Téllez, Isaac Rosa y Felipe Alcaraz; Francisco Sierra, catedrático de comunicación; la cantautora Lucía Sócam, y la presidenta de la Asociación de Transexuales de Andalucía, Mar Cambrollé, entre otros.

José Pérez Ocaña nació en Cantillana en 1947. De forma autodidacta comenzó a plasmar a través de la pintura la exuberancia de las fiestas de su pueblo, los corrillos de mujeres mantoneras, sus vivencias, la religiosidad y la vida a través de una expresión que no se ceñía a ninguna corriente artística concreta pero que tomaba elementos de muchas.

Emigrado a Barcelona, se erige en icono de la contracultura compaginando la pintura artística con la de brocha gorda. Destaca por su arte, imposible de encuadrar, entre obras pictóricas, instalaciones y performances.

Abandera sin proponérselo la lucha por los derechos de las personas homosexuales, desde la sencillez de vivir con normalidad, en una simbiosis continua entre persona y personaje. Como cantaba Carlos Cano en su ‘Romance a Ocaña’, “era alegría de las Ramblas, corazón / armaba el taco, era la revolución”.

Fallece en 1983 a consecuencia de las quemaduras que le provoca el incendio fortuito del disfraz que portaba en la cabalgata de la juventud celebrada en el mes de septiembre. Su prematura muerte y la falta de valoración desdibujó y restó valor su obra y su trayectoria.

Tras un largo periplo, el Centro de Interpretación Ocaña Cantillana fue inaugurado en el mes de febrero de 2018. Toma como sede la remozada iglesia del Convento de San Francisco, un edificio del siglo XVII ya desacralizado, en cuya rehabilitación se emplearon dos décadas y que fue ya previamente inaugurado sin obras en el año 2015. El espacio, que mantiene la estructura del templo, se convierte en el espacio idóneo que revive e intensifica los fetiches de Ocaña – religión y religiosidad, mujeres, niños – a través de las piezas expuestas, entre las que se contabilizan 54 pinturas, algunas tan icónicas como su autorretrato o la representación de su entierro; fotografías, carteles, objetos personales y documentos audiovisuales.

El Centro abrió sus puertas con la intención de trascender a la propia colección para ser un referente para el estudio de la vida y la obra del artista cantillanero, para comprender su activismo y su producción. Es para ello para lo que se reclaman la atención de las administraciones, de forma que el CIOC pueda complementarse con actividades y contenidos que profundicen tanto en su producción y su legado como en la apuesta por la defensa de las libertades y los derechos.