Las pinturas murales del colosal edificio romano desenterrado en 2015 en la Plaza de Armas de Écija, conocido popularmente como El Picadero, están siendo restauradas con vistas a su puesta en valor. Se trata de los muros decorados de un edificio romano que han sido comparados por expertos con las pinturas morales de la ciudad de Pompeya.
En concreto, se están llevando a cabo trabajos de limpieza, consolidación y restauración de los estucos. En una primera fase se van a diagnosticar las patologías que sufren las pinturas como paso previo al tratamiento para su conservación y su futura exposición al público.
Los muros, algunos de los cuales alcanzan los dos metros y medio de altura, están siendo restaurados “para que puedan verse y disfrutarse los hallazgos romanos” del Picadero, explica el concejal de Gestión del Espacio Urbano, Sergio Gómez. En concreto, la habitación sobre la que se trabaja muestra no solo los estucos y pinturas murales, de una factura notable y de un alto grado de conservación, según los expertos, sino también un suelo de mármol igualmente vistoso.
Restaurarlos para exhibirlos
“La puesta en valor de estos restos tiene que ir de la mano de su restauración y su consolidación”, explica Sergio Gómez, “y desde hace días hay un equipo trabajando sobre esas pinturas”. El presupuesto de los trabajos es de unos 10.000 euros y está llevándolos a cabo una empresa ecijana de restauración, según el Ayuntamiento de Écija.
La restauración debe dejar esta sala “en perfecto estado para poder mostrarla tras la apertura al público de El Picadero”, señala el responsable municipal de Urbanismo, que apuesta por “ir ganando recursos que mostrar a los visitantes” al yacimiento arqueológico de Plaza de Armas.
Además, la idea es que los trabajos sirvan para futuras tareas de restauración en otras salas de los hallazgos de la fase romana del yacimiento del Picadero, como apunta el arqueólogo municipal, Sergio García-Dils, que argumenta la restauración de las pinturas murales en la “doble necesidad de la correcta preservación de lo ya excavado y en tenerlo todo en el mejor estado posible para su contemplación”.
Laboratorio de ideas para avanzar en la excavación
En concreto, en la habitación de los estucos se está en la fase de limpieza de las pinturas, una primera intervención que va a permitir ver “la evolución a corto plazo de las distintas patologías que se puedan presentar, porque no dejan de ser pinturas a la intemperie”, explica García-Dils. Seguirían unas tareas “más específicas de consolidación, reintegración de lagunas y reposición de fragmentos que hemos encontrado caídos o que amenazaban con caerse y hemos tenido que retirar”, señala el arqueólogo municipal.
Esta restauración “está sirviendo de laboratorio de cara a la excavación de otras estancias de esta ‘domus’ en que también hay pinturas, así que las estrategias que se están estableciendo nos servirán de guía para el resto del yacimiento y conforme vayamos avanzando iremos sobre seguro para ir tomando medidas”, concluye García-Dils.