El convulso año 2020 va a despedirse con una importante cita solidaria. Se trata de la primera carrera solidaria por las enfermedades mitocondriales.
Es la 'Run for Mito 2020', para ayudar a los niños y adultos que sufren la que está considerada una enfermedad minoritaria por su baja prevalencia, pero se estima que el numero de afectados por patologías mitocondriales son similares a los del cáncer infantil.
Estadísticamente, está demostrado que cada 30 minutos nace un niño que desarrollará una enfermedad mitocondrial antes de cumplir los diez años.
Su investigación nunca será rentable para la industria privada. Sin embargo cualquier persona puede desarrollar una enfermedad mitocondrial, para la que no existe cura.
Beneficiaria
En AEPMI (Asociación de Enfermos de Patologías Mitocondriales), se financian proyectos de investigación sin ninguna ayuda pública.
Por eso se pone en marcha la Primera Run for Mito en marcha. Carrera solidaria por la investigación de las Enfermedades Mitocondriales. Por la continuidad de la investigación en 2021. Será los días 26, 27 y 28 de diciembre de 2020, con tres kilómetros que se podrán hacer andando, corriendo..., con sorteos entre los participantes.
Habrá un dorsal Solidario por seis euros. El dorsal se puede comprar en https://tienda.believe-app.com/producto/1a-run-for-a-mito/
La idea es conseguir todos los dorsales previstos y compartir con familia y amigos para ayudar a sumar kilómetros por la investigación. Es por una buena causa.
Las enfermedades
Las enfermedades mitocondriales son desórdenes resultantes de la deficiencia de una o más proteínas localizadas en las mitocondrias e involucradas en el metabolismo. Hay descritas unas 150 mutaciones que acaban en enfermedades de distinto tipo.
Pueden estar causadas por mutaciones en el ADN mitocondrial, o bien por mutaciones en genes nucleares que codifican para proteínas implicadas en el correcto funcionamiento de la mitocondria. Las enfermedades mitocondriales causan el mayor daño a las células del cerebro, corazón, hígado, músculos esqueléticos, riñones y del sistema endocrino y respiratorio, ya que los tejidos con mayor dependencia del metabolismo mitocondrial (es decir, aquellos que requieren un mayor aporte energético) son los más sensibles a las mutaciones mitocondriales.