San Benito se reencuentra con su comarca y su devoción

El Patrón de Castilblanco saldrá en procesión a las 20.00 horas tras dos años sin hacerlo, en una romería marcada por la multitudinaria afluencia de devotos y peregrinos de toda la provincia

28 ago 2022 / 11:30 h - Actualizado: 28 ago 2022 / 11:33 h.
  • San Benito, devoción de la comarca (Foto: Francisco J. Domínguez)
    San Benito, devoción de la comarca (Foto: Francisco J. Domínguez)

Un río de carriolas, flamencas, caballos y sombreros ha compartido los senderos con la ropa deportiva y los chalecos reflectantes. Compatibles y complementarios como reflejos – algunos de tantos – de una fe y una devoción cercanas y sencillas que este domingo verán su culminación. La Vega, la Sierra y prácticamente la provincia han peregrinado hasta San Benito. Y tras dos años, el Patrón de Castilblanco y de la Sierra volverá a reencontrarse con los devotos al caer la tarde agosteña.

Es también el Patrón de Europa. Pero antes de ser declarado como tal en 1964 movía a la devoción desde muy diversos e incluso lejanos confines. Ya en el Libro de la Montería de Alfonso XI, fechado a mediados del siglo XIV, aparece reseñada la ermita de San Benito. Las estampas antiguas lo denominaban ‘El Aparecido’, pista quizás sobre cómo llegó a este enclave, asentado en un recoveco de la sierra. Pero da igual cómo y desde cuándo, porque la devoción es tan amplia y tan extensa que es algo propio de la gente de la comarca que no entiende de límites administrativos. Su fama de milagroso ha sido un añadido para que San Benito se haya asimilado como una herencia legada a lo largo de incontables generaciones.

La ermita permanecerá abierta durante todo el día

Tanto las hermandades como las multitudes que hoy domingo participan de los actos en el recinto sagrado son la mejor demostración de esa herencia. La función de hermandades, a las 10.00 horas, ha sido el último de los peldaños subido por los devotos en este ascenso hasta el encuentro con su celestial mediador.

San Benito se reencuentra con su comarca y su devoción
Tras la salida del santo se ofrecerá un panegírico a cargo de un sacerdote (Foto: Francisco J. Domínguez).

Las puertas abiertas de la ermita permitirán durante toda la jornada llenarse del consuelo que devuelven los nardos, que devuelven su olor tras pasarlo por el hábito – de estreno y reflejo de la devoción de la comarca – del Patriarca de Occidente. Irán pasando las horas de este domingo entre visitas al santo, quema de velas y vistas a una sierra vestida de gala para su patrón.

A las 20.00 horas, ayudado por las mujeres castilblanqueñas, San Benito saldrá al dintel de la puerta de su ermita, recibido con plegarias y aplausos a partes iguales. Hace dos años que esta estampa no se produce, por lo que el momento será muy esperado. El vicario parroquial de Mairena del Alcor, el reverendo Francisco Javier Sancho, ofrecerá el panegírico al santo desde el púlpito que parece el contrafuerte que, a base de homilías y sermones, mantiene desde siglos la ermita.

Finalizado este, a hombros de las sambeniteras y acompañado por la banda de la Virgen de Gracia de Castilblanco, San Benito iniciará el camino ascendiendo hasta la cruz que marca el final del real de la ermita.

San Benito se reencuentra con su comarca y su devoción
Los estandartes de las filiales precederán a San Benito en la procesión (Foto: Francisco J. Domínguez).

La romería del multitudinario reencuentro

La Matriz ha querido llamarla la Romería del Reencuentro. Del Santo con sus devotos. De las hermandades con los caminos. De los fieles de Sevilla ahora como grupo organizado y con un estandarte traído a mano desde Pino Montano. Pero también el de las promesas particulares, el de los grupos de amigos que han recorrido kilómetros por fe, por promesa o simplemente como reto personal y deportivo.

Un mismo destino, y una sola petición. La salud, deseo universal a fuerza de repetición. Y a cambio cera quemada, que abona – a cuenta o a plazo vencido – la bendita intercesión. Con ello se viste una romería penitencial a la que se acude siempre como la primera vez. Porque a San Benito siempre se vuelve.

San Benito se reencuentra con su comarca y su devoción
Devotos quemando velas como agradecimiento o promesa a San Benito (Foto: Francisco J. Domínguez).

Es la vuelta al lugar donde el tiempo nunca ha pasado. Donde el silencio es el hábito negro de la permanente escucha del que recoge, media y devuelve con creces. Se vuelve a los exvotos como a ventanas por las que mirar un pasado de fe. A los trajes que ya visten la nada y cuentan historias de felicidad y tragedia.

Y como pátina vivificadora, los recuerdos. De la infancia, de los baches de la vida. De las alegrías y las muchas gracias concedidas. Por eso San Benito es fe, camino y familia, promesa y pureza de una devoción. Una experiencia que nunca defrauda. Un enclave sagrado al que, porque lo pide el corazón, siempre se quiere volver. Una vuelta ahora de reencuentro, constatado como multitudinario tras esta prolongada ausencia.

Antes de la entrada del Santo se hará la puja por las maniguetas

Llegado a la cruz del real, el paso revirará para afrontar ahora la bajada hacia el templo. No faltarán vivas ni oraciones entre la multitud, ni la tradicional puja, al filo de la media noche, tirando de esos ahorros guardados durante estos años sin romería para ofrecerlos y tener el privilegio de agarrarse a la manigueta y depositar al Santo – a buen seguro lentamente, sin querer despedirse – ante su altar.

San Benito se reencuentra con su comarca y su devoción
El Patrón de Castilblanco en su templete, exornado de nardos, y estrenando el Hábito de la Comarca para su salida procesional (Foto: Francisco J. Domínguez)

Concluirá así la romería. La vuelta se llevará consigo el debate entre el cansancio y la paz interior. Los peregrinos volverán a sus domicilios. La Matriz emprenderá la marcha a las 7.00 de la mañana para continuar en el pueblo la fiesta del Lunes de San Benito. Las filiales harán lo propio, siendo Brenes la que eche el cierre a los caminos en la tarde del miércoles. Y el Patrón de la Sierra volverá a su altar, con el hábito empapado de peticiones y agradecimientos, en el que sin duda habrá sido un prolífico y muy disfrutado reencuentro con su comarca y su devoción.