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Los Palacios y Villafranca

San Sebastián: procesión de invierno

Los Palacios y Villafranca se prepara para lucir mañana a su Patrón, que es también el de la Policía Local, en un desfile consolidado después de 15 años

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
18 ene 2020 / 16:33 h - Actualizado: 18 ene 2020 / 16:36 h.
  • San Sebastián: procesión de invierno

Los Palacios y Villafranca, como otras localidades que veneran de un modo especial al santo que llegó a ser jefe de la guardia pretoriana del Imperio Romano, caso de Brenes, Lora del Río, Marchena o Albaida del Aljarafe, lo tiene hoy todo listo para una procesión de su Santo Patrón que se celebra mañana domigo por un itinerario que derrocha simbolismo, al menos en este municipio que fueron dos (Villafranca de la Marisma y Los Palacios) y que terminaron uniéndose en 1836. Lo simbólico de la procesión no radica solo en que sea precisamente el Patrón del pueblo el que desfila por sus calles el primero de todo el año, o que el santo sea también el protector de la Policía Local, que ha pasado por etapas más o menos afectuosas con él a la luz de su participación en el acto, sino que el itinerario una justamente la parroquia de Santa María la Blanca, la histórica y mayor de Los Palacios, con la capilla que aspiró a ser parroquia sin conseguirlo cuando Villafranca de la Marisma era otro pueblo autónomo, y que esa capilla, muy conocida como de Los Remedios por la Virgen que la preside, se llame oficialmente capilla de San Sebastián.

La Hermandad de la Vera Cruz, María Santísima de los Remedios y Nuestro Padre Jesús Cautivo organizó por primera vez esta procesión del Patrón local que también se aloja en su capilla en el año 2006, cuando todavía había muchos palaciegos que ignoraban que el Patrón del pueblo fuera San Sabastián. Aquella primera vez se hizo de noche, y respetando la festividad del 20 de enero. Pero poco después se consolidó la costumbre de que el Santo procesionara mejor de día y coincidiendo con el domingo más cercano a su día. Desde entonces, y con el respaldo de la Policía Local, la procesión se ha convertido en un hito religioso del invierno y en la tercera procesión de la Hermandad del Furraque, que en Semana Santa hace dos estaciones de penitencia: una el martes con el Cautivo y otra el jueves con el Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de Los Remedios.

El pueblo volcado

El paso del Santo Patrón saldrá mañana desde la Parroquia de Santa María la Blanca, donde fue trasladado previamente, y después de una función solemne que presidirá a las 11.00 horas el párroco, Diego Pérez Ojeda. En la misa, cuya capilla musical estará dirigida por Javier Salguero desde el órgano, participarán además los curas de las otras parroquias, el Sagrado Corazón de Jesús y El Buen Pastor. A continuación, en la procesión participarán los máximos representantes religiosos, civiles y militares del pueblo, desde el Consejo de Hermandades y Cofradías a la Guardia Civil, pasando por los grupos jóvenes de todas las cofradías, los tres consejos parroquiales, la Corporación municipal del Ayuntamiento, el pregonero de la Semana Santa de este año, José Joaquín Sánchez, y, por supuesto, la junta directiva de la Hermandad de la Vera Cruz.

Un santo de arte

La imagen de San Sebastián ha sido representada por los más célebres pintores, especialmente durante los siglos XV y XVI, como Botticelli, El Greco o Rafael, entre otros muchos. El santo palaciego, ya en su paso y adornado con unas enormes rosas, puede venerarse desde ayer en la parroquia de Santa María la Blanca, listo para su procesión de mañana, que concluirá en la capilla que lleva su nombre antes de las 14.30 horas.

La persona histórica nació en el año 256 en Narbona, en la actual Francia que entonces era parte de la Roma imperial, si bien fue educado en Milán. Ignorante de su fe cristiana, el emperador Diocleciano lo nombró jefe de la primera guardia pretoriana imperial. Sin embargo, el emperador Maximiano lo obligó a escoger entre su condición militar y su fe religiosa. Como Sebastián eligió seguir a Cristo, el emperador lo condenó a morir. Sus propios compañeros lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste tal y como suele representarse el santo y lanzaron sobre él una lluvia de flechas, hasta darlo por muerto. No obstante, cuando sus amigos se acercaron para recoger el cadáver lo encontraron con vida y lo curaron. Le aconsejaron que se fuera de Roman, pero el exsoldado se negó y se presentó de nuevo ante el emperador, para dar otra vez testimonio de su fe, en un acto de valentía cristiana que ha quedado para los anales de la historia, pues el santo se atrevió incluso a reprochar a la máxima autoridad romana que persiguiera a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, y esta vez sus verdugos no fallaron. Los cristianos recogieron su cuerpo y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. Era el año 288 y el santo acaba de cumplir 32 años.