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El alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, en un mitin en Cataluña. / El Correo
Dos años sin plenos ordinarios. Esto es lo que está sucediendo en Marinaleda. La última sesión ordinaria que se convocó fue en enero de 2016. En estos 24 meses los únicos plenos que se han celebrado han sido extraordinarias o urgentes, a pesar de que, según fija la normativa, se tiene que convocar una sesión ordinaria al trimestre, es decir, cuatro al año.
Esta es la queja que lanzan los socialistas de Marinaleda, «el último pleno ordinario se celebró en enero de 2016», censuran, lo que les ha llevado esta irregularidad hasta la Fiscalía, aunque no descartan acudir al juzgado, «porque se está vulnerando la ley», se queja el portavoz socialista en el Consistorio, Mariano Pradas. Este concejal acusa al alcalde, Juan Manuel Sánchez Gordillo (IU), de pasar más tiempo en Cataluña defendiendo las tesis de los independentistas catalanes, que en su municipio. «A Sánchez Gordillo no se le ve por el Ayuntamiento, a no ser que lo visite por la noche», censura Pradas.
Otro problema añadido a esta inactividad por parte del gobierno municipal, es que este municipio de la Sierra Sur está funcionando con los presupuestos prorrogados de 2016, algo que, según teme el portavoz socialista, se puede prolongar en el tiempo, «porque todavía el equipo de gobierno de Sánchez Gordillo no nos ha presentado un documento de presupuestos.
En estos dos años sí se han convocado plenos urgentes o extraordinarios. En total han sido ocho, «aunque dos de ellos han sido repetidos porque a la primera convocatoria no acudió el alcalde». A lo que añade Pradas que una de estas sesiones se llegó a convocar a las 22.00 horas, «pleno al que no acudió el regidor».
La última vez que el salón de plenos estuvo lleno, según el portavoz socialista, fue en el mes de septiembre, en la sesión extraordinaria que se celebró para el reparto de 25 viviendas sociales.
Pradas manifiesta que esta forma de actuar de Sánchez Gordillo demuestra que el alcalde no respeta ni al pueblo ni a la oposición, «ni a la democracia».
A lo que añade que la forma de actuar del alcalde de Marinaleda es beneficiar a los que le apoyan y de discriminar a los que no comparten su opinión: «No respeta a nadie y todo el que no está con él es apartado y discriminado. Hay que ir al son que el toque».
Por su parte, el secretario general del PSOE de Marinaleda, reprocha a Sánchez Gordillo que los socialistas en el último pleno ordinario del año que se debería haber celebrado en diciembre iban a llevar una proposición para que la última barriada de 25 viviendas sociales que se ha construido en Marinaleda se llamase Miguel García Caparrós, asesinado durante la manifestación en favor de la autonomía andaluza el 4 de diciembre de 1977, en vez de llevar el nombre del «dictador» venezolano Hugo Chávez, que es como se llama actualmente.
A esta crítica se une que en estas vacaciones no se han podido compulsar documentos, «porque la única personas autorizada estaba de vacaciones y no se había permitido a ningún otro trabajador municipal que pudiese realizar estas gestiones», afea.