Sanlúcar de Barrameda también reclama el desdoble de la A-471

El alcalde de la ciudad gaditana se une a la petición del regidor de Lebrija y denuncia “el abandono de la Costa Noroeste, que debe comunicarse con el resto”

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
05 ene 2020 / 11:04 h - Actualizado: 05 ene 2020 / 12:26 h.
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La exigencia del alcalde de Lebrija, Pepe Barroso (PSOE), de que la carretera autonómica A-471 que une el cruce de El Torbiscal (ahora con una flamante macrorrotonda) con Sanlúcar de Barrameda se convierta en una autovía ha tenido un apoyo rápido por parte del regidor de la ciudad gaditana, el también socialista Víctor Mora, que ayer aseguró “que no es normal que quienes tienen en Sanlúcar su segunda residencia, que sobre todo vienen de Sevilla, tengan que llegar por los accesos de la carretera de Trebujena o por los accesos de la carretera de Chipiona”. “Malos accesos son un hándicap, y tenemos que mejorar las comunicaciones, esa tiene que ser nuestra reivindicación”, añadió. “La Costa Noroeste se encuentra un poco abandonada y es un rincón que debemos potenciar comunicándonos con el resto”, ha dicho.

El deseo del alcalde sanluqueño conecta perfectamente con el del primer edil lebrijano, nunca mejor dicho, porque si uno busca que esa carretera, de titularidad autonómica, se desdoble para que el tráfico llegue más fluidamente a la ciudad de la desembocadura del Guadalquivir, el otro pretende que ese mismo tráfico no colapse la circunvalación que rodea Lebrija y, al mismo tiempo, que las comunicaciones de esta comarca del sur de la provincia hacia la costa noroeste gaditana no se vean marginadas ahora que todas las inversiones parecen volcarse en el desdoble de la N-IV, máxime después de haber liberalizado el peaje de la AP-4 Sevilla-Cádiz. “Es que, a nosotros, más que la N-IV, la que nos interesa es la A-471, que nos da salida al mar mucho más directamente y por donde circula tanta gente hacia nuestros pueblos turísticos de siempre, que son Sanlúcar y Chipiona”, insistió Barroso, que en este sentido llevará al próximo pleno una moción en la que pedirá la conversión de esta carretera en autovía, desde el cruce de El Torbiscal o al menos desde Las Cabezas de San Juan.

El propio grupo municipal del PSOE sanluqueño emitió ayer una nota en la que pedían “a la Junta y al Gobierno el desdoble de la A-471 desde Las Cabezas y el arreglo de los accesos a la ciudad”. En el escrito, el PSOE de Sanlúcar se felicita “por la eliminación el peaje de la AP-4”, pero “entendemos que este avance no puede ser el único ni el último”. “Si bien se ha anunciado que continuará el desdoble de la N-IV hasta Jerez, para la Costa Noroeste la A-471 es la salida natural de la provincia de Sevilla hacia las costas de Cádiz y esta conexión con las localidades vecinas de Trebujena, Lebrija y Las Cabezas soportan una gran intensidad de tráfico, en especial en la época veraniega, por lo que se hace necesario duplicar su capacidad”, dicen los socialistas sanluqueños, que hacen valer la capitalidad turística de Sanlúcar en la Costa Noroeste de Cádiz, el descenso de su tasa de desempleo y el crecimiento de casi 5.000 personas en su población en la última década para añadir: “Sin ferrocarril, facilitar la movilidad a la zona por carretera es fundamental para seguir creciendo, de ahí que los socialistas reivindiquemos una mejor conexión con la provincia de Sevilla y la mejora de los accesos a la ciudad”.

El logro de la N-IV

La nueva reivindicación conecta también, de algún modo, con el resto del desdoble de la propia N-IV, cuyas obras avanzan a buen ritmo en ese tramo de 8,3 km. en el que llevan más de tres años, el que va de Dos Hermanas a Los Palacios y Villafranca. Como el proyecto original es que llegara hasta Jerez de la Frontera, “cuyo impacto medioambiental también salió favorable”, recuerda Barroso, el proyecto aprobado del trayecto de la N-IV seguiría desde Los Palacios hasta El Torbiscal y luego, iría bordeando los pueblos de Las Cabezas y Lebrija para enderezar de nuevo hacia El Cuervo y Jerez. “Estamos viviendo momentos históricos con la liberación del peaje y la finalización del primer tramo del desdoble, que son logros que muy poca gente esperaba ver convertidos en realidad”, admite el alcalde palaciego, Juan Manuel Valle (IU), y añade: “Eso ha sido un motivo por el que todos hemos relajado la presión, al ver cómo las obras continúan a buen ritmo, pero eso no significa que nos hayamos olvidado del tramo pendiente, que es el más grande”. De hecho, “en nuestro término todavía quedan por desdoblar unos cuantos kilómetros, de los más peligrosos, como son todos los de la conocida como recta de Los Palacios, a la altura de Maribáñez”, ha insistido Valle, al recordar que precisamente en ese tramo se han producido tantas desgracias. “Desde Los Palacios vamos a seguir exigiendo que cumplan el proyecto al cien por cien”.

Desde luego, para el Ayuntamiento de Los Palacios supondrá un gran espaldarazo para el desarrollo industrial del municipio junto con el Parque Logístico Palenquivir y mejorará de forma sobresaliente las conexiones con los aeropuertos de Sevilla y Jerez y con los puertos de Sevilla, Cádiz y Algeciras.

También los alcaldes de Las Cabezas y El Cuervo, en cualquier caso, están en estos momentos especialmente preocupados por las conexiones de sus respectivos pueblos con la liberada autopista.

Según las últimas declaraciones del propio ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos (PSOE), y del propio delegado del Gobierno de España en Andalucía, Lucrecio Fernández, todo lo planificado en relación al desdoble completo de la N-IV “va adelante”, como han asegurado ambos en estos últimos días, desde la visita al peaje de Las Cabezas la víspera de su liberación. “Donde esa voluntad queda mejor reflejada es en los Presupuestos Generales del Estado”, advierte Valle.

Con todo, aún sin gobierno, a las antiguas reivindicaciones del desdoble de la N-IV hasta Los Palacios y de la liberación de la autopista le han surgido dos reivindicaciones actuales: el desdoble de la N-IV hasta Jerez y el desdoble también de la A-471 hasta Sanlúcar. Se trata de dos exigencias muy distintas y con competencias también distintas, aunque los implicados tengan tanto en común sobre casi el mismo terreno.