La tarde del 1 de abril se convirtió en pesadumbre para los dueños de un Citroën C3 que se encontraba aparcado en las cercanías de la orilla del Guadalquivir, en La Puebla del Río, mientras los propietarios disfrutaban de una jornada de tranquilidad en las inmediaciones.
El suceso tuvo lugar sobre las cinco y media de la tarde, cuando unas rachas de viento bastante fuertes, que duraron unos segundos, provocaron también la caída al río de varios enseres del bar donde se encontraban.
En aquellos momentos el coche se encontraba vacío y se desconocen los motivos por los que, sin motivo aparente, el automóvil se desplazó desde su aparcamiento, acabando en la orilla y sobre las piedras, ya que la marea se encontraba baja en esos momentos.
Por desgracia, momentos después, el oleaje dejado por un barco que navegaba por el Guadalquivir hizo que el agua lo arrastrara hacia el río totalmente, dejándolo sumergido.