La asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) del colegio Antonio Rodríguez Almodóvar de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) ha avisado de que las familias han decidido no llevar a clase a sus hijos cuando la semana que viene arranque el curso escolar, al entender que las zonas del recinto contiguas al espacio donde está siendo al fin construida la segunda fase del colegio no ofrecen "suficiente seguridad", extremo encuadrado en las mencionadas obras de ampliación.
Teresa Vega, presidenta de la AMPA, ha explicado que fue allá por el mes de marzo cuando arrancó el grueso de los trabajos de construcción de la segunda fase del nuevo complejo del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Antonio Rodríguez Almodóvar, después de que la primera fase del nuevo recinto del colegio fuese estrenada en el curso 2014/2015 y mediasen no pocas reivindicaciones en demanda de la construcción de esta ampliación del edificio.
Y más allá de que durante el verano las obras, contratadas por más de dos millones de euros a la empresa Construcciones Olmo Cecilia SL para un edificio de 12 aulas de Educación Primaria, cuatro aulas de pequeño grupo, un aula de Educación Especial, sala de usos múltiples y biblioteca, "apenas han avanzado" al ser afrontadas por "un máximo de diez" operarios, según la AMPA, los miembros de la misma han comprobado este mes de septiembre en una visita al centro una serie de deficiencias en materia de seguridad.
El estado de la valla
Según la AMPA, para separar el patio delantero del recinto estrenado en el curso 2014/2015 del espacio donde son acometidas las obras de ampliación, ha sido instalada una mera "valla" que no está suficientemente "anclada" al suelo, "se tambalea" y no impide plenamente acceder a la zona de obras, toda vez que en este patio están ubicadas dos aulas prefabricadas dobles.
En cuanto al patio de recreo, donde serían acometidas las obras de unión de los edificios de educación infantil y primaria, junto a la entrada de otro aula prefabricada doble, "queda un espacio carente de seguridad y de acceso a la zona de obra con un desnivel de más de un metro de profundidad, sin ninguna protección que impida la caída de algún alumno".
Por todos estos motivos y otras incidencias en materia de seguridad, la AMPA y parte del consejo escolar han decidido que al no reunir el centro "las medidas de seguridad necesarias para que los más de 450 alumnos inicien el curso sin riesgo para su integridad física", procede que las familias no permitan la asistencia a las clases de sus hijos por su propia seguridad, toda vez que el inicio de curso está fijado para el martes de la semana que viene.