Un decorado bíblico para la Pasión del Señor

Unos 70 vecinos de la pedanía alcalareña de San Ignacio del Viar dan vida a las últimas horas de Jesús

19 mar 2016 / 22:02 h - Actualizado: 19 mar 2016 / 22:13 h.
"Semana Santa en la provincia"
  • Un decorado bíblico para la Pasión del Señor
  • Un decorado bíblico para la Pasión del Señor
  • María acoge en su regazo a su hijo Jesús. \ A.C.
    María acoge en su regazo a su hijo Jesús. \ A.C.
  • María acompaña a su hijo camino de la muerte. \ A.C
    María acompaña a su hijo camino de la muerte. \ A.C

Con unas nubes bíblicas de fondo fue crucificado en la tarde ayer en San Ignacio del Viar, una de las pedanías de Alcalá de Río, el joven que representaba a Jesús. Más allá de suponer una amenaza para el desarrollo de esta iniciativa, que cumple su séptima edición, dieron un mayor realismo a la Pasión, que pusieran en marcha auspiciados por las misioneras de la Doctrina Rural.

El elenco de figurantes lo componen unos 70 vecinos de esa localidad de unos 650 habitantes. «También participan personas de Alcalá y de Burguillos», relatan algunos de ellos. Todos llevan desde «el 15 de enero ensayando, un día a la semana», sin importar las condiciones climatológicas. «Hasta con paraguas» se han llegado a llevar a cabo algunas de las previas.

Ni siquiera una reciente paternidad ha sido impedimento para algunos de los personajes como Poncio Pilatos, encarnado por Manuel Vergara Fernández, que pasó de ser soldado durante tres ediciones a representar a Jesús. «El primer año tuvieron que llevarse a mi hija, de tres años, asustada». Al siguiente, la pequeña tuvo que pasar por el mismo sufrimiento por lo que decidió solicitar un cambio de personaje para pasar «del nerviosismo que duraba todo el año a disfrutar mucho de la actividad».

Así de bien se siente también Juan Pablo Juste, que da vida a Judas, «el malo de la historia», pero en cuya piel se encuentra «muy cómodo», afirma.

Las lloronas que esperan a Jesús en una de las caídas de su recorrido lo componen un grupo de seis mujeres que se emocionan de verdad. Emoción que se palpa en el ambiente, que es el mayor atractivo de esta representación y que emana de todos y cada uno de los participantes. Así, en un lugar en el que no hay cofradías en Semana Santa, la Pasión se ha convertido en la mayor manifestación de fe durante estos días.

Esta representación se desarrolla al amparo de la parroquia de la pedanía, que arranca de la plaza central. Con la iglesia y los hermosos arcos del corazón de San Ignacio como decorado del detonante de toda la historia, las escenas se van repartiendo por el recorrido que lleva a los asistentes andando junto a los personajes por las estrechas y blancas calles de la localidad hasta llegar al parque Manuel Ruiz Luque, convertido en el Gólgota durante los momentos finales de la representación. Y en ese final, donde se alcanza el momento de mayor congojo del público, Jesús es crucificado, con un realismo que deja boquiabierto al respetable, descendido de la cruz y entregado a su Madre, que llora desconsolada junto a San Juan. Portado por dos hombres para recibir sepultura, este grupo abandona la escena refugiándose en un improvisado muro, desde donde salen ya desprovistos del personaje para dar por finalizada la actividad. Los abrazos entre ellos y el júbilo por el trabajo bien hecho conforman el último regalo que el grupo ofrece a quienes se acercan cada año a este rinconcito para revivir esta historia, que es la más grande jamás contada.