Un homenaje al recuerdo en San Nicolás del Puerto

Sus acentos les delatan. Pero claro, ¿qué importancia tiene eso en San Nicolás del Puerto? Ninguna, y es que los maruchos y maruchas tienen la inmensa suerte de verse rodeados de turistas, especialmente en verano. Es un pueblo que triplica su población en esta época del año gracias a su playa artificial y a las bondades que ofrece su rivera, cascadas incluidas. Es un enclave paradisíaco que se viste de terror en enero gracias a un certamen internacional de cortometrajes y que saca ese terror a la calle en julio con su archiconocida noche del terror. Es un lugar, como decimos, acostumbrado al turista.

Sin embargo, el turista que le visita durante estos días es, por decirlo de alguna manera, algo más especial que el resto. Este turista no viene solo a disfrutar de sus agradables temperaturas, su playa o su rivera. Este turista viene a indagar en sus gentes, sus costumbres y la forma de vida de los más experimentados del lugar.

Ya se llevó a cabo el pasado año en Las Navas de la Concepción con éxito, y este año se repite la fórmula en San Nicolás del Puerto. Se trata de un campo de voluntariado organizado por la empresa Natures, una cooperativa basada en los principios de la economía social dedicada a los servicios relacionados con las temáticas medioambientales, geológicas y biológicas. El proyecto tiene por nombre Tradiciones: documental audiovisual de la perspectiva juvenil y está financiado y promovido por el Instituto Andaluz de la Juventud.

Quienes componen este campo de voluntariado son chicos y chicas de toda España, todos menores de 18 años. Durante quince días, estos chicos y chicas llevan a cabo actividades que se dividen en tres grupos: actividades principales, actividades complementarias, y actividades lúdicas. Entre las actividades principales se encuentra la visita institucional por parte del Instituto andaluz de la juventud, del Ayuntamiento de San Nicolás del Puerto, del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, así como el conocimiento del mundo audiovisual, el uso de la cámara, el lenguaje periodístico, la iluminación, la grabación del audio, y la realización de las entrevistas a las diferentes personas de la localidad.

De otra parte se encuentran las actividades complementarias. Algunas de ellas son la visita a la fábrica de la luz, al Cerro del Hierro, a la radio, reuniones con asociaciones, reconocimiento del pueblo y de actividades culturales, entre otras muchas. Y por último entre las actividades lúdicas han realizado concurso de talentos, cine fórum, actividades con el Ayuntamiento de San Nicolás del Puerto, rutas en bicicleta, rutas a pie, y como no, el baño en la playa fluvial.

No obstante, aunque en su mente se grabará a fuego San Nicolás del Puerto y todas las maravillas que lo rodena, los chicos del campo de voluntariado se llevarán un recuerdo audiovisual. Este domingo tendrá lugar la proyección ese documental que llevan elaborando todos estos días. Para realizarlo han recibido clases de guión o técnicas periodísticas y audiovisuales. Sin embargo, nada hubiesen conseguido sin su tesón y sus ganas de trabajar. Obviamente, tampoco hubiese sido posible sin la inestimable ayuda de los mayores de San Nicolás del Puerto, que se han prestado a ello brindando en bandeja sus recuerdos.

Lo que se va a proyectar este domingo es algo más que un documental. Es el documento gráfico más importante del que una persona puede presumir, el de sus vivencias. En este documental los chicos del campo de voluntariado han querido conocer cómo se vivía antiguamente en un entorno rural, abarcando aspectos como el laboral o el afectivo, entre otros. La comparación con la realidad hará comprender al espectador cómo hemos cambiado, aunque también mostrará qué hemos heredado y por tanto en qué nos parecemos.

Tal vez algún día los recuerdos se borren de las mentes de unos, aunque eso sí, permanecerán por muchos años en la de otros, en la de aquellos que tuvieron la suerte de conocerlos aunque solo fuera durante quince días. Lo del acento es lo de menos. En San Nicolás están acostumbrados.