Las hermandades están siendo en estos días de confinamiento por el estado de alarma a raíz de la crisis del coronavirus un importante apoyo para sus hermanos y, por extensión, para sus entornos y localidades. Muchas son las iniciativas que se han puesto en marcha para ayudar desde la distancia. Ejemplos son los rezos virtuales – Rosario, viacrucis, ángelus, rogativas –, la emisión en directo de misas; concursos de dibujo infantiles para entretener a los más pequeños, y un largo etcétera de propuestas.
Entre ellas sobresale la labor asistencial, altruista y desinteresada, que están llevando a cabo de forma más intensa en estos días. A través del voluntariado, hermandades de la Vega del Guadalquivir se están organizando para ayudar a las personas de los grupos de riesgo con sus compras para evitar que salgan de casa. Con un funcionamiento similar, un teléfono de contacto coordina en cada una de ellas las solicitudes y la respuesta.
La hermandad de la Asunción de Cantillana ofrece su ayuda a personas mayores, impedidas o que vivan solas, para realizar compras en supermercados y farmacias. La iniciativa parte de la propia junta de gobierno y otros hermanos hasta constituir un grupo de una veintena de voluntarios, según ha señalado Manoli Palma, diputada de Caridad.
“Las personas mayores tienen miedo a salir, por lo que nos piden que les hagamos la compra”. Del mismo modo, se han puesto en contacto con “personas mayores y que viven solas” para ofrecer la ayuda. Unas 20 personas han requerido ya la ayuda asuncionista, que se lleva a cabo siguiendo todas las medidas de seguridad: “tenemos el mínimo contacto físico. Nos dan la lista por la ventana y le dejamos la compra en la entrada”.
Las peticiones suelen atenderse lo más urgente posible. “Si alguien llama y la persona encargada no puede, otro voluntario se hace cargo para intentar solucionarlo en el mismo día y que la persona no tenga que esperar ni salir”. Ante la crisis que atravesamos, “es muy gratificante ayudar a personas que lo necesitan. Muchas veces nos dejan mensajes de agradecimiento”.
El voluntariado de la hermandad de la Vera-Cruz de Alcalá del Río – 17 hermanos y hermanas – parte desde la diputación de Caridad con miembros del Grupo Joven y monitores del campamento de la corporación del Jueves Santo, junto con personas que también han querido aportar su colaboración y formar parte de este grupo de ayuda, según ha explicado el diputado de Caridad, Ignacio Velázquez.
Su función se orienta a “realizar tareas domésticas fuera del hogar”, ya sean compras, “tirar la basura”, o incluso“recoger la medicación y acercarla al domicilio por petición de las propias farmacias”. De forma paralela, esta labor se completa con otra de acompañamiento telefónico, en el que llaman a personas mayores que viven solas para hacerles más llevadero el aislamiento.
El voluntariado de la hermandad de la Soledad de Alcalá del Río surgió a partir de los distintos grupos que ya tiene establecido la diputación de Caridad para su labor asistencial, aunque se ha constituido como uno independiente y en el que también se integra la Juventud Cofrade, hasta sumar 35 participantes. Los voluntarios se hacen cargo de atender las peticiones según la proximidad a su domicilio.
Del mismo modo, para continuar la visita domiciliaria semanal que esta diputación hace a mayores y enfermos, “se hacen llamadas para mantener el contacto con estas personas y que se sientan acompañados”, según ha destacado Carmen Dolores Guerra, diputada de Caridad.
El objetivo en ambas hermandades es atender a la persona en el momento en el que lo necesite. Para ello, y en coordinación con la delegación de servicios sociales del Ayuntamiento, los voluntarios cruceros y soleanos están acreditados e identificados ante las fuerzas y cuerpos de seguridad – Guardia Civil y Policía Local – además de portar una identificación cuando realizan estas labores para justificar sus salidas.
Pocas han sido las peticiones que las dos hermandades han atendido hasta el momento, lo que también invita a hacer una lectura positiva de que la solidaridad entre vecinos está consiguiendo que no haya gente necesitada de ayuda.
La hermandad de la Vera-Cruz de Brenes ha puesto en marcha este voluntariado con dos líneas de actuación. La primera, en colaboración con el Ayuntamiento, atiende a casos de familias vulnerables, realizando las compras que necesiten. Desde que se inició el estado de alarma, “respondemos entre 1 y 2 peticiones diarias”, según ha indicado el hermano mayor, Raúl Ahijón.
La segunda línea de acción del voluntariado, propia de la corporación del Viernes Santo brenero, recoge durante la semana las peticiones para efectuar todas las compras de forma conjunta los viernes. Se concentran para evitar también que los voluntarios se expongan en exceso. Constituido por unas 20 personas entre la junta de gobierno y distintos hermanos, este voluntariado saldrá por primera vez este viernes a realizar las compras a aquellas personas que lo necesiten.
Como resalta el hermano mayor crucero “en estos momentos complicados, las hermandades deben tener una especial sensibilidad social” y con respecto a la caridad y la asistencia “hacer aún más de lo que hacían antes”.