El Museo Histórico Municipal de Écija cumple veinte años y lo va a celebrar hoy con una conferencia y una exposición. En ambas se tiene previsto repasar la trayectoria de la galería pública, abierta en el Palacio de Benamejí, un edificio monumental que se ha ido adaptando a su uso museístico.
Con estos dos actos, el Ayuntamiento de Écija quiere poner de manifiesto «la importancia del museo y dar a conocer su historia», explica la concejala de Desarrollo, Fátima Espinosa. La conferencia sobre la historia del Museo Histórico Municipal correrá a cargo de su director, Antonio Fernández Ugalde, y de Beatriz Taboada Villanueva, restauradora y conservadora del mismo. Ambos van a explicar toda la historia del edificio y sus ampliaciones sucesivas para ir adaptándose a los nuevos descubrimientos arqueológicos en la ciudad. Además, está previsto que expliquen y muestren algunas piezas arqueológicas relevantes que se han ido restaurando en estos años en el laboratorio del propio museo local.
El Palacio de Benamejí fue adquirido por el Ayuntamiento de Écija en el año 1906 y cedido más tarde a Defensa, para que el ejército español instalara en él una comandancia militar. El alquiler a los militares fue simbólico, ya que pagaban una peseta (0.006 euros) por el palacio, que revertió al Consistorio a finales del siglo pasado y empezó a funcionar como museo municipal desde el mes de noviembre de 1997. «Para las instituciones que no están abiertas al público las conmemoraciones son importantes porque son momentos para darse a conocer, y aunque nosotros siempre tenemos abierto, hemos querido aprovechar para hacer una exposición que explica la trayectoria del museo», explica Fernández Ugalde, «para hablar de nosotros mismos, que es lo bueno que tienen los aniversarios».
Según el director del museo, este ha ido experimentando cambios en sus veinte años de vida y alberga en la actualidad «una colección bastante importante de piezas en comparación con otros museos andaluces e incluso nacionales». «Creo que ha sido una suerte que se haya podido recuperar un edificio que es Bien de Interés Cultural, restaurado de forma satisfactoria y que se adapta perfectamente como museo», señala, y destaca que el año pasado se superaron los 42.000 visitantes, prueba de su éxito.
En el museo municipal de Écija se exponen piezas procedentes de las excavaciones arqueológicas que, desde finales del pasado siglo, se llevan a cabo en la ciudad, sobre todo de las que se llevaron a cabo para la construcción del parking de la plaza de España, el Salón, y la que todavía está en marcha en el Picadero.
En este sentido, Fernández Ugalde destaca la colección de estatuas, «encabezada por la de la Amazona Herida», la amplia y rica nómina de mosaicos romanos o la colección antropológica desenterrada en el Salón, que supera los 5.000 individuos, «la más grande de mundo de un yacimiento, en un gran estado de conservación» y sobre la que se trabaja para impulsar futuros estudios, avanza el director del museo.
«Hablamos de excavaciones importantes, como la del Salón, que han ido proporcionando materiales arqueológicos de primer orden», subraya Fernández Ugalde, para quien la conmemoración de los veinte años del museo «es importante para presentar el trabajo del día a día del laboratorio y para insistir en las características de nuestro museo, en que es significativo que una ciudad con el potencial cultural y turístico que tiene Écija disponga de un museo», explica.
El director de la galería de Écija sostiene que esta «intenta contar la trayectoria de la ciudad desde el pasado más remoto, la Prehistoria, hasta el presente», un viaje histórico «no completado aún», reconoce, «pero que transmite la importancia de ciudad, que todo el mundo intuía, mucha gente conocía, pero de la que no se tenía verdadera constancia hasta las excavaciones sistemáticas del Salón o de la plaza de Armas de El Picadero».
Restos de la Écija visigoda, estatutaria romana y ejemplares enormes y bien conservados de mosaicos romanos –«como no se ven en muchas partes de España y del occidente del Mediterráneo»– son «factores que se van sumando» a la riqueza de lo almacenado en el Museo Histórico Municipal de Écija, afirma Fernández Ugalde. Todo ello, en conjunto, «nos permite explicar la trayectoria histórica de una ciudad tan importante como Écija».
El museo astigitano cuenta con cuatro salas en torno al patio principal, con restos que cuentan la historia de los primeros pobladores de la vieja Astigi, más tres espacios anexos en la planta alta, las salas de arte romano, en la que se exponen estatuas –con la Amazona Herida como principal atracción– y parte de los enormes mosaicos desenterrados en la ciudad.
«La idea es que se siga desarrollando con salas que cuenten la edad moderna, el Renacimiento y el Barroco, llegando hasta el siglo XXI, mostrando un recorrido por Écija desde hace 5.000 años hasta el presente», anuncia Fernández Ugalde. El museo también funciona como sala de exposiciones de la ciudad, ya que cuenta con salas de exposiciones temporales, restauradas hace poco y que llegan a albergar hasta dos exposiciones al mes.
Y entre lo que le falta para «ir mejorando», según su director, el museo necesita «salas por musealizar y espacios por adecuar, porque el museo de Écija no es solo un edificio monumental en que se expone, sino algo vivo, con sus talleres y su laboratorio en los que se trabaja por que se sigan restaurando piezas patrimoniales que mostrar al público», concluye.