Villaverde del Río cumple sesenta y cinco años de arte y caramelos

Diez carrozas recorrieron las calles de la localidad en la tarde del cinco de enero, un cortejo que destaca por su cuidada estética y la riqueza de sus montajes

05 ene 2019 / 18:56 h - Actualizado: 05 ene 2019 / 19:03 h.
"Cabalgata de los Reyes Magos 2019"
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Un regio pasacalles desde la plaza de Andalucía, integrado por Sus Majestades de Oriente y la Estrella de la Ilusión, dibujó sonrisas y nervios en las caras de los más pequeños. Fue el prólogo a la mágica tarde de Reyes en Villaverde del Río. Día esperado y anhelado, que se vivió, como es habitual, como fiesta grande en la localidad, y que este año ha alcanzado, con esta Cabalgata, su edición número 65.

Purpurina, telas, alfombras y oropeles recreaban conjuntos suntuosos y realistas. Más de tres meses de trabajo y dedicación para componer una cabalgata que destaca cada año por su cuidada estética y su impronta artística.

Refulgente y brillante, la Estrella de la Ilusión hacia su aparición bajo un sol radiante. Beatriz Hernández, de blanco inmaculado, saludaba al abundante público que aguardaba con inquietud el discurrir del cortejo. Desde las alturas, arropada por multitud de estrellas y acompañada por la banda de música de la Hermandad de la Soledad de Alcalá del Río, abanderaba la magia de esta colorida comitiva.

Gaspar fue el primer rey que apareció en el desfile. Un orden distinto al habitual y que ya es seña de identidad propia. Enrique Manuel Romero le daba vida desde un trono con estatuas doradas y grandes abanicos. Melchor, encarnado por Juan Manuel García, regalaba sin cesar caramelos desde su blanco sitial, erigido sobre unas escalinatas ante vidrieras. Cerró la comitiva Baltasar, representado por Raúl Romero, acompañado por la banda de música del Cristo de la Resurrección de Sevilla. Bajo tres exóticas y gigantescas serpientes encontraba cobijo su trono, con su corte acomodada entre las doradas escamas de los reptiles.

Tras un extenso itinerario por la localidad, Sus Majestades finalizaron su periplo nuevamente en la plaza de Andalucía, para despedirse y realizar la callada labor con la que consiguen llevar la magia, el arte y la ilusión que han paseado durante la tarde a cada casa de la localidad.