Cristo resucitó ayer en Gerena después de dos años sin hacerlo. Porque un año de cada dos, o cada año par, la Hermandad de la Soledad realiza su salida procesional en la mañana de la Resurrección y con la imagen del Cristo triunfante sobre la muerte. El domingo amaneció con la nueva hora tras el cambio y con un tímido sol que, poco a poco, fue venciendo a las nubes.
Pasadas las ocho de la mañana, la multitud congregada en la capilla de arriba –como se conoce a la de la Soledad– prorrumpió en aplausos y vítores ante la salida del Señor de la Paz en su Resurrección Gloriosa, imagen de Dubé de Luque, que junto con la Magdalena componen el pasaje del Noli me tangere –«no me toques»–, la expresión con la que Jesucristo le pidió que no lo retuviera. Pero su pueblo no solo lo tocó y lo retuvo, sino que lo paseó a los sones de la agrupación musical de la Encarnación de San Benito.
Superada la calle San Sebastián, el misterio esperó la llegada de la Virgen de la Soledad, bajo el palio blanco y estrenando manto blanco de tisú, donado por un grupo de hermanas. Una dificultosa salida de rodillas y cohetes estallando en el cielo pusieron a la Virgen en la calle entre emocionadas ovaciones. Cuando ambos pasos estuvieron frente a frente, puso banda sonora al encuentro entre la Virgen y su hijo resucitado la interpretación de Pasan los Campanilleros por la banda municipal de Gerena. El glorioso momento hizo estallar el júbilo y la alegría de la multitud que arropaba el momento. Retomada la procesión, en un cortejo con diferentes insignias, representaciones municipales –alcalde y miembros de la corporación local–, policía municipal, juez de paz, hermandades locales y hermanas con cirio blanco, fueron recorridas las calles del centro de la localidad en un ambiente de alegría de procesión de gloria y felicitación pascual. Entrado el mediodía, finalizó la procesión con la entrada de la Virgen en la capilla.
La Hermandad de la Soledad de Gerena presenta la peculiaridad de realizar su salida procesional alternando cada año entre Sábado Santo –cortejo de Santo Entierro– y Domingo de Resurrección. Cuenta con imágenes de Cristo Yacente y Resucitado, y es la Virgen la que realiza ambas procesiones, aunque con distinto estilo y dos pasos, uno pasional y otro de gloria. El palio blanco, que solo usa el Domingo de Resurrección –para la salida del Sábado Santo posee uno en terciopelo rojo– ha procesionado por última vez este año, al iniciarse el proyecto de uno nuevo, que se estrenará en 2018.