Montaítos, chacinas y buena cocina. Así define Pepe Cuaresma la carta de su bar de la calle San Felipe. Un restaurante joven, cuenta con año y medio de vida, pero repleto de sabores tradicionales, como el de sus croquetas caseras de cola de toro y jamón, la carrillada ibérica o sus famosas espinacas. Pero en la carta de Entrevarales también hay lugar para recetas nuevas y sabrosas, como el hojaldre de boletus con salsa a los cuatro quesos o la taleguilla de queso de cabra con tomate confitado. Pepe Cuaresma, hostelero de siempre, capitanea este local escoltado por su hijo José. Un bar que bien parece un museo sevillano. Costales, palmas rizadas, esculturas, quemadores de incienso y una colección de buenas fotografías lo convierten en el mejor lugar de encuentro para una tertulia cofrade. Aunque Entrevarales también tiene un rinconcito guardado para quienes son amantes del Rocío o de la Feria.