45º CONGRESO NACIONAL DE MEDICINA INTERNA

Los internistas alertan sobre el 'chemsex', la peligrosa moda sexual que dispara las infecciones de transmisión sexual

Se ha detectado en España un incremento de la incidencia de ITS en hombres y en mujeres, muy especialmente tras la pandemia de la COVID-19

Los internistas alertan sobre el 'Chemsex', la peligrosa moda sexual que dispara las infecciones de transmisión sexual / Freepik

Rafa Sardiña

Los médicos internistas advierten que las prácticas de ‘Chemsex’, especialmente el ‘slam’, aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS).

Consiste en el uso de drogas para mantener relaciones sexuales de forma prolongada y con distintas parejas sexuales. Producen una intensa desinhibición y disminuyen la percepción cognitiva y emocional, por lo que es más fácil contagiarse con alguna enfermedad durante las relaciones sexuales.

Según han explicado en el 45º Congreso Nacional de Medicina Interna, que tiene lugar en Las Palmas (Canarias) del 24 al 26 de octubre, las ITS más frecuentes en España son:

  • gonococia (gonorrea)
  • clamidia
  • sífilis

En la última década, se ha detectado en España un incremento de la incidencia de todas ellas en hombres y en mujeres, muy especialmente tras la pandemia de la COVID-19.

El doctor Jorge Del Romero Guerrero, director médico del Centro Sanitario Sandoval perteneciente al Hospital Clínico de Madrid, ha matizado durante la ponencia “Infecciones de Transmisión Sexual. Chemsex”, que “no todo consumo de drogas para mantener relaciones sexuales se considera chemsex".

Y es que, aunque no existe un claro consenso científico sobre su definición, el chemsex se define como: el consumo intencionado de drogas, principalmente mefedrona (u otras catinonas sintéticas), metanfetamina y GHB/GBL, y otras sustancias para mantener relaciones sexuales, generalmente en grupo (“sesiones, chills”), "durante un periodo prolongado de tiempo (entre varias horas y días) en el contexto sociocultural del colectivo LGTBI".

Qué sustancias peligrosas se utilizan en el 'Chemsex'

El consumo en chemsex varía en función de la región donde se practica. No obstante, las sustancias más utilizadas incluyen la mefedrona (“mefe”) que pertenece a la familia farmacológica de las catinonas sintéticas.

Estas sustancias se modifican químicamente para eludir la fiscalización internacional, lo que resulta en más de 220 variantes. Algunas de ellas, como la ‘Alfa’ (Alpha-PVP) o el Monkey dust (Alpha-PiHP) son 10 veces más potentes que la cocaína. También prevalece el consumo de metanfetamina (“tina”) y de GHB/GBL (“chorri”).

Además, el uso asociado de otras sustancias, como la ketamina, la cocaína, el tusi (o cocaína rosa), popper, entre otras. Asimismo, con frecuencia, el uso de drogas se asocia con el uso de potenciadores de la erección, sobre todo el sildenafilo.

“Nuestra experiencia en el Centro Sandoval, en Madrid, muestra que, en la actualidad, la mefedrona es la sustancia más prevalente, seguida del GHB y el popper. Además, se detecta un aumento del consumo intravenoso de drogas (especialmente mefedrona y metanfetamina), fenómeno conocido como ‘slam’. En Sandoval, la prevalencia del slam ha aumentado significativamente en los últimos años".

Menos casos de VIH, pero más gonorrea y clamidia

Con respecto a las personas que practican chemsex, en su inmensa mayoría son:

"Hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y mujeres trans (la mayoría de ellas trabajadoras del sexo). Es decir, es un fenómeno muy parcelado al colectivo LGTBI”, ha resaltado el doctor Del Romero.

Respecto a los riesgos para la salud física, “el consumo de drogas implica, por su propia naturaleza, desinhibición y disminución de la percepción del riesgo de contraer ITS”.

“En los últimos años, la alta eficacia preventiva de la transmisión del VIH mostrada por el TARs y la PrEP ha reducido la percepción del riesgo de contraer o transmitir el VIH y, consiguientemente, se ha reducido significativamente el uso del preservativo entre los HSH (hombres que mantienen sexo con hombres)".

Esto ha producido en el Centro Sandoval una "reducción del número de diagnósticos de infección por el VIH y un persistente incremento de los casos de gonorrea, clamidiasis/LGV y sífilis”.

En cambio, "los diagnósticos de hepatitis B son infrecuentes y se realizan principalmente en personas migrantes no vacunadas. El ‘slam’ se asocia, además, a múltiples complicaciones como celulitis, flebitis o abscesos”.

Novedades terapéuticas para el VIH

En los últimos años el número de nuevos diagnósticos ha disminuido, gracias a la implementación de la PrEP y a un mejor control de la infección con la terapia antirretroviral (TAR).

No obstante, el doctor Javier de la Fuente, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Ribera Povisa, de Vigo (Barcelona), ha subrayado que "en lo que apenas se ha modificado es que casi la mitad de los nuevos diagnósticos se hacen en fases avanzadas de la infección”.

  • “Las opciones actuales del TAR son múltiples y muy eficaces en el control de la replicación viral. La aparición de tratamientos long acting permite además mejorar la calidad de vida de los pacientes al reducir la frecuencia de tomas, reduciendo la estigmatización y la ansiedad de las personas que viven con VIH”.
  • “La mayor novedad terapéutica viene de los resultados obtenidos en la PrEP con la administración semestral de lenacapavir que impide las nuevas infecciones, con la mayor eficacia preventiva hasta ahora vista y que puede marcar un hito en la lucha contra la infección por VIH”.
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