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¿Está en forma nuestro corazón para un deporte intenso más allá de los 40?

Incluso si se ha llevado una vida activa y saludable durante la infancia y juventud, sería recomendable hacer una revisión del corazón a partir de los 40 años

¿Está en forma nuestro corazón para un deporte intenso más allá de los 40? / CTS

La popularización de la actividad en gimnasios y la afición al running por libre o en grupos de amigos han hecho que cada vez más población alcance la cuarentena con cierta costumbre de práctica deportiva habitual. Pero el gran aumento de carreras populares que permiten el acceso a todos los públicos sea cual sea su preparación, también han provocado que muchas personas sobre los 40 años que prácticamente nunca habían dedicado tiempo a un entreno físico se precipiten ahora a ello con la ilusión de inscribirse en una competición. 

Intensificar el esfuerzo por determinados objetivos alcanzada la edad de los 40 años se haya o no hecho deporte anteriormente, ¿no debería requerir una supervisión médica para saber si el corazón está en condiciones óptimas para llevarlo a cabo?

Tal como expone el Dr. Eduardo Larrousse, jefe de cardiología de Clínica Corachan, incluso si se ha llevado una vida activa y saludable durante la infancia y juventud, sería recomendable hacer una revisión del corazón a partir de los 40 años. “A medida que envejecemos -señala el especialista- el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta, y algunos problemas cardíacos pueden desarrollarse sin síntomas evidentes”.

Es especialmente recomendable -indica el Dr. Larrousse- “hacerse un chequeo cardíaco antes de comenzar una actividad física intensa para evaluar nuestra condición física, prevenir complicaciones y conocer los factores de riesgo que pueden influir a la hora de sufrir problemas del corazón”.

Lo más conveniente, según sugiere el cardiólogo de Clínica Corachan, es seguir un enfoque prudente y estructurado para minimizar el riesgo de lesiones o complicaciones de salud. Y precisa que “con una combinación adecuada de preparación médica, asesoramiento profesional, entrenamiento progresivo, y seguimiento continuo, es posible alcanzar dichas metas de manera segura y efectiva”.

Diversidad de deportes y riesgos

La necesidad de revisar el estado del corazón y los riesgos asociados varían según la disciplina deportiva, debido a las diferentes demandas físicas que imponen. Sin embargo -añade el especialista-, en general, cualquier cambio repentino a un régimen de ejercicio intenso justifica una evaluación médica para asegurar que el corazón y el cuerpo en general están preparados para las nuevas exigencias. Esta revisión puede ser más o menos exhaustiva dependiendo del tipo de deporte, la intensidad, los antecedentes de salud y la condición física previa.

Generalmente, es el cardiólogo el especialista clave para evaluar la salud del corazón y realizar un análisis más profundo y especializado del sistema cardiovascular. Dependiendo de los resultados, también puede ser interesante contar con un médico del deporte y entrenador personal que diseñe un plan de entrenamiento seguro y adaptado a cada necesidad. Otros profesionales, como un nutricionista o un fisioterapeuta pueden complementar tu preparación para iniciar la actividad física intensa.

El conjunto de pruebas necesarias depende del perfil de riesgo de cada persona y de la disciplina deportiva que se planea practicar. Según explica el Dr. Larrousse, “inicialmente, el cardiólogo empezará con una historia clínica, un electrocardiograma (ECG), y un análisis de sangre. Si se encuentran anomalías o si el deporte planeado es de alta intensidad, se pueden realizar pruebas adicionales como la prueba de esfuerzo, el ecocardiograma, o el registro del ritmo cardíaco de 24 a 48 horas seguidas mediante un aparato (Holter).

En casos donde el resultado de las pruebas sugiera una enfermedad cardiaca significativa o un riesgo más alto, podrían recomendarse otras pruebas como la resonancia magnética cardíaca o la angiografía coronaria”.

Estas pruebas ayudan a garantizar que el corazón esté en condiciones de llevar a cabo el esfuerzo adicional y a prevenir complicaciones durante el entrenamiento o la competición. “Los resultados de las pruebas pueden revelar condiciones que varían, desde problemas leves, manejables con tratamiento y que permiten ejercicio bajo supervisión, hasta condiciones graves que contraindican completamente la actividad física intensa, hasta que se resuelvan o manejen adecuadamente”, explica el Dr.

Sin embargo, también añade que, “en muchos casos, aunque se desaconseje el ejercicio intenso, se pueden recomendar otras formas de ejercicio moderado y controlado que sean seguras para la condición específica”. Lo que sí es crucial -puntualiza el especialista- es “seguir las recomendaciones del médico y, en su caso, ajustar los planes de ejercicio para proteger la salud cardiovascular”.

Alertas y prevención

En caso de situarse ya sobre los 40 años y practicar actividad física intensa sin haber pasado revisiones médicas, es importante estar atentos a ciertos signos y síntomas que podrían indicar la necesidad de una evaluación cardíaca urgente. Estos son: dolor en el pecho, dificultad para respirar, palpitaciones, mareos o desmayos.

El Dr. Eduardo Larrousse indica una serie de medidas de prevención, en caso de querer realizar actividad física intensa, cuidando a nuestro corazón:

  1. Realizar un chequeo cardiológico para identificar posibles riesgos o condiciones subyacentes que puedan requerir tratamiento o ajustes en el plan de ejercicio.
  2. Hacer un seguimiento de la frecuencia cardiaca para asegurar que se está entrenando a la intensidad adecuada.
  3. Escuchar al propio cuerpo es esencial para prevenir problemas cardiacos y parar y solicitar ayuda si uno no se encuentra bien.
  4. Mantener un estilo de vida saludable.
  5. Incorporar ejercicio aeróbico y de fuerza.
  6. Programar descanso y recuperación.
  7. Evitar el ejercicio si se tiene fiebre o en condiciones extremas (altas o bajas temperaturas, altura excesiva sin aclimatación previa) .
  8. Controlar el estrés.
  9. Mantener seguimiento médico regular.

¿Qué le pasa al cuerpo a partir de los 40?

A esa edad, detalla el experto de Clínica Corachan, “el cuerpo experimenta una serie de cambios importantes a nivel metabólico, funcional y cardiovascular”. Son cambios -precisa- que forman parte del proceso natural de envejecimiento y pueden afectar la forma en que el cuerpo responde al ejercicio y a otras actividades físicas. “Estos cambios no significan que no se pueda mantener o incluso mejorar la forma física después de los 40 años, pero sí indican la necesidad de ajustar las expectativas y adaptar el ejercicio a unos objetivos realistas”. 

Para ello -continua- “es fundamental no fumar, no beber alcohol, controlar el peso, la tensión arterial, el colesterol y el azúcar y prestar atención a la nutrición, al descanso respetando los tiempos de recuperación, y asegurarse de realizar ejercicios de fuerza, flexibilidad y aeróbicos de manera equilibrada”. El Dr. Eduardo Larrousse concluye que “la prevención, la evaluación médica regular y un programa individualizado de ejercicio son clave para mantener la salud cardiovascular y funcional a medida que se envejece”. 

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