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Tendinitis: ¿Qué es? ¿Cuáles son sus causas, cómo se previene y se trata para aliviar el dolor?

Las tendinitis se manifiestan con una clínica de dolor en el tendón afectado al ser solicitado en determinados movimientos, como explica la doctora Lledó Batalla, especialista de la unidad del hombro en el departamento de traumatología Lenox de Clínica Corachan

Los tendones son tejidos fibrosos y fuertes que unen los músculos a los huesos. En anatomía son considerados un tipo de tejido conjuntivo, que se conectan con todos los músculos del organismo. Por ello son esenciales para que el sistema musculoesquelético pueda ejercer sus funciones.

Para hacernos una idea del número de tendones que tenemos en el cuerpo –nos sitúa la Dra. Lledó Batalla, especialista de la unidad del hombro en el departamento de traumatología Lenox de Clínica Corachan-, “pensemos que en el aparato musculoesquelético.

Está compuesto por unos 650 músculos y, por lo menos cada uno de ellos tiene una estructura tendinosa. También hay que tener en cuenta que algunos músculos como los extensores o flexores de los dedos de manos y pies tienen 4 o 5 tendones en su parte distal (hacia los dedos)”.

Los tendones los hallamos en cada extremo donde termina y comienza un músculo. Los más conocidos los siguientes:

  1. Tendón del supraespinoso.
  2. Tendón del cuádriceps y rotuliano.
  3. Tendones de la pata de ganso.
  4. Tendón de Aquiles.
  5. Tendón largo del bíceps.

Aparece la tendinitis

La tendinitis es la inflamación o la irritación de esas cuerdas fibrosas que unen el músculo al hueso, los tendones. Es un trastorno que causa dolor y sensibilidad en la zona de la articulación.

El origen de esta inflamación, la tendinitis, suele ser el sobreesfuerzo del músculo de forma repetitiva, sin dar tiempo de descanso, o por un esfuerzo al que el paciente no está acostumbrado.

Las tendinitis se manifiestan con una clínica de dolor en el tendón afectado al ser solicitado en determinados movimientos. Según explica la Dra. Batalla, “generalmente, el dolor aumenta tras el ejercicio y mejora con el reposo de la musculatura implicada”.

Las contracturas, en cambio, diferencia la especialista de Clínica Corachan, “son acortamientos de las fibras musculares debido a una solicitación excesiva de las mismas. La realización de un gesto brusco, una tensión muscular mantenida en el tiempo, un cambio repentino de temperatura o una mala postura pueden provocar una contractura”.

En el caso de la contractura, su manifestación clínica es dolor en los movimientos en los que el músculo afecto participa, e incluso dolor en reposo. En la exploración, afirma la traumatóloga, “con la palpación notaremos una induración en el músculo que, en el caso de ser importante, se podrá apreciar incluso a nivel visual”.

Las contracturas suelen mejorar con la aplicación de calor local durante 20 minutos, “pero el tratamiento más definitivo es el masaje o el abordaje de los puntos gatillo del músculo a través de digitopresión (técnica de Jones) o punción seca, precisa la doctora Lledó Batalla.

Tendinitis más frecuentes

Las tendinitis más frecuentes en miembros superiores son la del supraespinoso y la bicipital en el hombro. La epicondilitis (codo de tenista) y la epitrocleitis (codo de golfista) en el codo, así como la tendinitis de De Quervain, en la base del pulgar. En los miembros inferiores, las tendinitis más habituales son la de los músculos abductores en la región inguinal, la tendinitis cuadricipital, en la rodilla, y la tendinitis aquile, localizada en la parte posterior del pie.

Aunque la tendinitis puede ser causada por una lesión repentina, es mucho más probable que la enfermedad se origine en la repetición de un movimiento en particular a lo largo del tiempo.

Los signos y síntomas de la tendinitis suelen ocurrir en el punto en el que el tendón se adhiere a un hueso y, generalmente, comprenden lo siguiente:

  • Dolor que, por lo general, se describe como un dolor sordo, especialmente, cuando se mueve la extremidad o la articulación afectada.
  • Sensibilidad.
  • Hinchazón leve.

Muchas personas padecen tendinitis porque sus trabajos o pasatiempos implican movimientos repetitivos, que tensionan los tendones. Usar la técnica adecuada es especialmente importante al realizar repetidamente movimientos deportivos o actividades relacionadas con el trabajo. La técnica incorrecta puede sobrecargar el tendón, lo que puede ocurrir, por ejemplo, con el codo de tenista, y provocar una tendinitis.

Por lo general, el médico puede diagnosticar tendinitis solo con la exploración física. Es posible que pida radiografías u otras pruebas de diagnóstico por imagen, si es necesario descartar otras enfermedades que puedan ser la causa de los signos y síntomas.

La mayoría de casos de tendinitis responden a medidas de cuidado personal. Tal como expresa la Dra. Batalla, “se debe consultar al médico si los signos y síntomas persisten e interfieren en las actividades diarias por más de unos pocos días”.

Tendinitis y contracturas las puede diagnosticar el médico de familia e iniciar el tratamiento sin necesidad de acudir a urgencias.

Tratamiento

Los objetivos del tratamiento de la tendinitis son aliviar el dolor y reducir la inflamación. A menudo, señala la especialista de Clínica Corachan, “ocuparse uno mismo de su tendinitis —mediante descanso, hielo y analgésicos de venta libre— es el único tratamiento que se necesita”. Si se trata de una tendinitis leve es posible que realizando reposo de ejercicio, y aplicando frío local, en 2 o 3 días el tendón esté totalmente recuperado.

Con el reposo, el frío y la analgesia, el tendón reacciona disminuyendo el proceso inflamatorio y mejorando la clínica.

Sin el tratamiento correcto, precisa Batalla, “la tendinitis puede incrementar el riesgo de sufrir rotura del tendón, una afección mucho más grave que tal vez requiera cirugía”.

También explica que, “en caso de que la irritación del tendón persista durante varias semanas o meses, se puede manifestar una enfermedad conocida como «tendinosis». Esta enfermedad consiste en cambios degenerativos en el tendón, junto con un crecimiento anormal de nuevos vasos sanguíneos”.

Prevención

Para reducir el riesgo de padecer tendinitis, la Dra. Batalla apunta diversas sugerencias:

  • Relajarse. Evitar actividades que provoquen un esfuerzo excesivo para los tendones, especialmente por períodos prolongados. Si se nota dolor durante un ejercicio en particular, se debe suspender y descansar.
  • Combinación. Si un ejercicio o actividad causa un dolor persistente y particular, se debe intentar otra cosa. Los ejercicios con máquinas pueden ayudar a combinar un ejercicio de carga por impacto, como correr, con ejercicios de menor impacto, como andar en bicicleta o la natación.
  • Mejorar la técnica. Si la técnica en una actividad o ejercicio es deficiente, se puede estar predisponiendo a tener problemas con los tendones. Hay que considerar, entonces, tomar clases u obtener instrucciones profesionales cuando se inicia un deporte nuevo o cuando se usan equipos para ejercicios.
  • Estirar. Después del ejercicio, hay que tomarse un tiempo para estirar, y así poder maximizar la amplitud de movimiento de las articulaciones. Esto puede ayudar a minimizar los traumatismos reiterados en tejidos tensos. El mejor momento para estirar es después del ejercicio, cuando los músculos ya han entrado en calor.

En cuanto a la alimentación, no se ha descrito claramente ningún alimento que pueda alterar la incidencia de las tendinitis. Sin embargo, hay hábitos que pueden ayudar a prevenir la tendinitis. La especialista en traumatología de Clínica Corachan, enumera un par de ellos:

  • Usar una correcta ergonomía en el lugar de trabajo. Si es posible, hay que hacer una evaluación ergonómica del lugar de trabajo y ajustar la silla, el teclado y escritorio, siguiendo las recomendaciones según la estatura, longitud de brazos y tareas habituales de cada persona. Esto ayudará a proteger todas las articulaciones y tendones de la tensión excesiva.
  • Preparar los músculos para practicar deportes. Fortalecer los músculos que se usan en la actividad o deporte puede ayudarlos a resistir mejor el esfuerzo y la carga.

Se sabe que la tendinitis es más frecuente en personas cuyos empleos implican movimientos repetitivos, posiciones incómodas, alcanzar lugares por encima de la cabeza con frecuencia, vibraciones o un gran esfuerzo físico.

Es más probable que se padezca tendinitis si se participa en determinados deportes que implican movimientos repetitivos, especialmente si la técnica que se sigue no es la óptima. Esto puede ocurrir con la práctica del béisbol, baloncesto, bolos, golf, correr, natación y tenis.

Y, la doctora Lledó Batalla advierte también que hay que tener en cuenta también que, “a medida que las personas envejecen, sus tendones se vuelven menos flexibles, lo que los hace más vulnerables a las lesiones”.

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