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¿Cuáles son las principales infecciones vinculadas a las relaciones sexuales y cómo evitarlas?
La prevalencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS) es de 32,4 casos por cada 100.000 habitantes
Alguno de los síntomas que pueden producir en la mujer: escozor o picor en el área genital, aumento del flujo, infección de orina, o dolor abdominal o pélvico
Las enfermedades de transmisión sexual más comunes, tal como señala la doctora Lola Gómez Roig, coordinadora de procesos obstétricos y ginecológicos de Clínica Corachan, “son la
, el gonococo llamado también gonorrea, la tricomona, el herpes genital, la sífilis, el virus del papiloma humano, y otras que, sin dar síntomas, pueden derivar en enfermedades crónicas como la hepatitis y el virus de la inmunodeficiencia humana”.
En este tipo de infecciones siempre existe una persona transmisora y una persona receptora, y el origen de estas es a través de las relaciones sexuales. Puede ser que haya infecciones que en uno de los dos miembros de la pareja no produzca síntomas y no por ello este no ser transmisor, precisamente porque hay infecciones que en ocasiones son asintomáticas.
Por lo general -explica la Dra. Gómez, que es también responsable del Institut Dra. Gómez Roig- las infecciones de transmisión sexual son patologías comunes, sobre todo, entre las personas jóvenes.
La mayoría de las veces se dan entre los 15 y los 24 años. Según datos del informe de vigilancia epidemiológica en España publicado por el Ministerio de salud, el año 2021 se dieron 15.338 casos de infección gonocócica, 6.613 de sífilis, y 20.507 de infección por clamidia trachomatis.
La prevalencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS) es de 32,4 casos por cada 100.000 habitantes, en el caso del gonococo; 13,7 para la sífilis y 48,3 para la clamidia, siendo así la más prevalente y también la que más aumenta.
Entre todos estos casos, el porcentaje de afectación en hombres es del 83% de hombres en las infecciones gonocócicas declaradas, 49% de hombres en clamidias declaradas, y 86% de hombres en las sífilis declaradas.
Los datos comparativos en las últimas décadas señalan un incremento del 18% de clamidias, un incremento del 19% de gonococo y del 8% de sífilis. Es una problemática en incremento, que afecta en mayor porcentaje a los hombres, excepto en los casos de clamidia, y que tiene una alta prevalencia entre jóvenes por debajo de los 25 años, especialmente la clamidia trachomatis.
Síntomas
No todas las infecciones de transmisión sexual dan síntomas o clínica reconocible. Algunas de ellas pueden dar, en la mujer: escozor o picor en el área genital, aumento del flujo, infección de orina, o dolor abdominal o pélvico. En los hombres puede haber
o secreción amarillenta o de otro color por el tracto urinario.
La aparición de yagas, úlceras o verrugas en las áreas genitales también pueden indicar la presencia de una ITS. En ocasiones, se inflaman ganglios (adenopatías). Pero, tal como insiste la especialista de Clínica Corachan, no siempre las ITS presentan síntomas o clínica aparentes.
Para saber si se está expuesto a una enfermedad de transmisión sexual se pueden hacer análisis de sangre, o análisis específicos de fluidos genitales. En ocasiones también a través de la orina se puede ver. Biopsias de lesiones en mucosas y piel también pueden ayudar en su detección.
Prevención
El uso de preservativos o métodos barrera de concepción son la mejor herramienta que disponemos para la prevención de las ITS. Por otro lado, el estar bien informado sobre los factores de riesgo y los antecedentes de la pareja con la que se tienen relaciones también pueden ayudar de forma muy relevante a la prevención. Las revisiones médicas o ginecológicas para descartar este tipo de infecciones previenen el contagio y afectación de otras personas.
- “Es importante recalcar que el preservativo es la mejor manera de prevenir la transmisión de ITS, pero es necesario saber que también se pueden transmitir por sexo oral, por el contacto de mucosas, o cutáneo, en algunas infecciones, así como por el contacto con sangre a través de heridas u otras afectaciones”, puntualiza la Dra. Lola Gómez.
Sobre si la infección de orina se puede vincular a las relaciones, o si es un síntoma de alguna de las infecciones de transmisión sexual, la especialista de Clínica Corachan confirma que “en ocasiones se puede producir una inflamación del tracto urinario, llamada uretra, y las inflamaciones pueden afectar a este nivel e incluso a nivel de la vejiga de la orina, ocasionando cistitis e infecciones de orina”. Sin embargo, precisa que “son más frecuentes las infecciones de orina no asociadas a las infecciones de transmisión sexual”.
Diagnóstico
Se pueden hacer estudios en sangre para ver si la persona ha estado expuesta o no a algún tipo de infección. También se puede hacer un análisis de los flujos o secreciones sexuales, así como de la orina. Mediante técnicas avanzadas de PCR se puede detectar si existe o no la presencia de alguno de los microorganismos responsables de las ITS. Cultivos de los flujos también pueden detectar infecciones. Y ante lesiones como úlceras o verrugas, la anatomía patológica de las mismas también puede estudiar la presencia de la infección.
Una vez diagnosticada la infección, el tratamiento depende del tipo concreto de infección hallada. Existen tratamientos específicos con antibióticos o antimicrobianos para cada tipo. A pesar de ello, en el caso de los virus, los tratamientos pueden ser más complejos.
Es importante siempre hacer un estudio correcto de los contactos para poder tratar a todas las personas afectadas y prevenir de esta manera una mayor transmisión. El tratamiento también es fundamental para evitar complicaciones asociadas a las infecciones, como pueden ser el dolor pélvico crónico, enfermedades inflamatorias pélvicas, infertilidad, complicaciones en caso de embarazo, e incluso algún tipo de cáncer, como el del cuello uterino.
Es necesario siempre tratar a la persona expuesta o transmisora a pesar de que no tenga clínica. La ausencia de síntomas no excluye la posible consecuencia de complicaciones y no protege de la transmisión.
Qué evitar
La mejor manera de realizar un tratamiento es mediante una prevención correcta. Se deben evitar los factores de riesgo que son: tener relaciones sexuales sin protección, tener contacto sexual con varias parejas, tener antecedentes de infecciones de transmisión sexual no bien tratadas, abusar de sustancias como alcohol y exposición e inyección de drogas ilícitas de forma reiterativa.
Vacunas como la del
(HPV) han colaborado en el progreso de la prevención de las ITS. Los tratamientos se van adaptando en función de la resistencia de los microorganismos, siendo eficaces y efectivos. Las infecciones de transmisión sexual son un problema de salud pública que está incrementando, y afectaciones como la sífilis, la tricomona y el gonococo, que eran muy prevalentes en décadas previas, han vuelto a resurgir, siendo un problema actualmente.
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