El pasado 26 de febrero se celebraba el Día Mundial del Pistacho, una fecha poco conocida, pero que el Instituto Europeo de la Alimentación Mediterránea (IAMED) ha querido utilizar para recomendar el consumo de este por sus múltiples beneficios para la salud.
Este fruto seco tiene múltiples usos en la cocina andaluza y se vincula desde tiempos remotos con la Dieta Mediterránea. “El modelo de Alimentación Mediterránea es conocido, y reconocido, por sus múltiples beneficios para el organismo, gracias a grupos de alimentos como los frutos secos, que a lo largo de la historia han formado parte de la dieta habitual de las poblaciones del Mediterráneo. De entre todos ellos, destacamos el pistacho con motivo del Día Mundial de este alimento”, admiten desde el IAMED.
En primer lugar, los pistachos son una gran fuente de energía y de proteínas, consumirlos en las cantidades recomendadas dentro de la Dieta Mediterránea puede ayudarnos a la hora de trabajar, hacer las tareas diarias o incluso practicar deporte.
Asimismo, según diferentes estudios, consumirlos habitualmente puede mejorar la salud cardiovascular y reducir el colesterol, concretamente, la Sociedad Americana de Cardiología asegura que el consumo periódico de pistachos contribuye a la prevención de las enfermedades cardiovasculares, como infartos de corazón, ictus y trombosis. Además, los pistachos son los frutos secos que tienen el mayor contenido de fitoesteroles, encargados de mantener los niveles de colesterol en sangre.
Los pistachos contienen vitaminas E, B2 y B6, magnesio, potasio, fibra y una gran cantidad de hierro, siendo frutos secos muy beneficiosos para deportistas o para personas con anemia ferropénica. Solo 30 gramos de pistachos ya nos aportarían en torno al 9% del valor recomendado de magnesio, potasio, hierro y grasas saludables.
Su alto contenido en fibra nos ayuda a regular nuestro tránsito intestinal. Una ración de pistachos aporta 3 gramos de fibra, siendo uno de los frutos secos que más fibra aporta a nuestro organismo.
De igual forma, gracias a la vitamina A, E y B2 que contienen los pistachos, estos ayudan a proteger nuestra piel y a que esta se regenere. Además, son un potente antioxidante que ayuda a retrasar el envejecimiento de la piel y hace que esta se vea más saludable.
Finalmente, según algunos estudios, el consumo de pistachos estaría relacionado con una menor incidencia de cataratas, pérdida de visión y degeneración macular gracias a la luteína y los carotenos de los pistachos.