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¿Es seguro consumir insectos?

La FAO y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición publican un documento informativo sobre insectos comestibles y seguridad alimentaria.

24 abr 2021 / 10:10 h - Actualizado: 24 abr 2021 / 10:12 h.
"Alimentación"
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Si bien el consumo de insectos por parte de los seres humanos o la entomofagia se ha practicado tradicionalmente en varios países durante generaciones y representa un componente dietético común de varias especies animales (aves, peces, mamíferos), el cultivo de insectos para la alimentación humana y animal es relativamente reciente. La producción de este "mini-ganado" trae consigo varios beneficios y desafíos potenciales.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha publicado recientemente el documento Looking at edible insects from a food safety perspective (Observando los insectos comestibles desde una perspectiva de seguridad alimentaria) con el objetivo de proporcionar al lector una descripción general de los diversos problemas de seguridad alimentaria que podrían estar asociados con los insectos comestibles.

En este documento se consideran algunos de los peligros potenciales para la seguridad alimentaria de los insectos comestibles: biológicos, químicos y físicos. También se discute el potencial de riesgos alergénicos y se presentan los marcos regulatorios que rigen los insectos comestibles en varias regiones, siendo los destinatarios de esta publicación los profesionales de la seguridad alimentaria, los encargados de formular políticas, los investigadores, los productores de insectos y los consumidores.

COMERCIALIZACIÓN

Los insectos están incluidos en la definición de «nuevo alimento» del nuevo Reglamento, en la categoría de alimento que consiste en animales o sus partes, o aislado de estos o producido a partir de estos, que las personas no hayan consumido en una medida importante en la Unión Europea antes del 15 de mayo de 1997 (fecha límite que fija el Reglamento).

En consecuencia, cualquier operador que quiera comercializar insectos para alimentación humana en la Unión Europea, debe presentar una solicitud de autorización o de notificación, en base a uno de los dos procedimientos. Una vez que la Comisión Europea lo incluya en la lista de la Unión, tal y como prevéì el Reglamento, se podrá iniciar su comercialización.

SEGURIDAD

En enero de 2021, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicoì la primera evaluación de seguridad de un insecto como nuevo alimento. Concretamente la referida al conocido como gusano de la harina, tanto el insecto completo seco como en forma de polvo (larva Tenebrio molitor).

“Las evaluaciones de seguridad realizadas por EFSA son un paso necesario en la regulación de nuevos alimentos en Europa, ya que el asesoramiento científico respalda la toma de decisiones a la hora de posibilitar la comercialización de estos productos en el mercado europeo”, explican desde el Ministerio de Consumo.

Dentro de los riesgos derivados del consumo de insectos podemos encontrar los riesgos nutricionales, riesgos biológicos y riesgos químicos.

RIESGOS NUTRICIONALES

“Los alimentos a base de insectos pueden presentar riesgos alérgenos potenciales para los consumidores, en particular para aquellos que son alérgicos a los crustáceos debido a la reactividad cruzada”, aclaran en el documento.

RIESGOS BIOLÓGICOS

En el apartado de riesgos biológicos se especifica que, aunque el riesgo de transmitir infecciones zoonoìticas a los humanos a través de insectos comestibles parece bajo, este tema requiere una mayor investigación para aclarar los riesgos potenciales para los alimentos y los piensos.

Estos riesgos biológicos se concentrarían en bacterias, virus, hongos, parásitos y genes transferibles de resistencia a antimicrobianos. Esos últimos son una preocupación emergente. “Un abuso y mal uso de los antimicrobianos en animales productores de alimentos seleccionan microorganismos resistentes, que pueden afectar a la salud de los seres humanos. La evidencia científica sugiere que los insectos pueden actuar como vehículos para bacterias que portan genes de RAM entre granjas y comunidades urbanas”, señalan. La aplicación de buenas prácticas agrícolas y de higiene por los productores de insectos es clave para evitar y mitigar la posible aparición de los peligros descritos.

RIESGOS QUÍMICOS

En cuanto a los riesgos químicos, los insectos criados en residuos agrícolas pueden estar expuestos a micotoxinas, productos para la protección de cultivos como pesticidas y otros peligros químicos como metales tóxicos y dioxinas. Si se utiliza estiércol de ganado y aves de corral para la cría de insectos, pueden estar expuestos a antimicrobianos y pesticidas. Además, otras sustancias como los retardantes de llama, las dioxinas, los aceites minerales, los antimicriobianos también pueden ser de preocupación a la hora de comercializar y consumir insectos.

Finalmente, el documento termina aclarando algunos otros desafíos importantes, como la aceptación del consumidor y el aumento de la producción, que la industria de insectos comestibles debería superar para tener un alcance más global.