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Clase de Yoga en China. / EFE
Hoy, como cada 21 de junio, se celebra el Día Internacional del Yoga, según lo dispuso la ONU en 2014 atendiendo a la petición del Gobierno de la India, cuyo primer ministro entonces, Narendra Mondi, lo defendió en su discurso como “un don inestimable de nuestra antigua tradición” y tuvo el apoyo de 175 estados. La consideración del mandatario indio y de la propia ONU venía ya refrendada, desde luego, por millones de personas que lo practican en todo el mundo, y en esta séptima edición de la efeméride, la ONU ha subrayado el importante papel del yoga, una disciplina milenaria, “en la atención psicosocial y la rehabilitación de los pacientes con COVID-19 en cuarentena y aislamiento”.
En su mensaje de hoy, la ONU llega a asegurar que “el mensaje del yoga para promover el bienestar físico y mental de la humanidad nunca ha sido más relevante”. Asimismo, se puede leer en ese comunicado que “durante la pandemia, se ha observado una tendencia creciente de personas de todo el mundo que adoptan esta práctica para mantenerse saludables y rejuvenecidos y para luchar contra el aislamiento social y la depresión”. Reconociendo este importante papel del yoga, la conmemoración de este año lleva el emblema de “Yoga para el bienestar”. El lema del año pasado fue “Yoga para la salud, ahora en casa”. Y otros años se ha relacionado el yoga incluso con la paz y la lucha contra el cambio climático.
Diez beneficios
Los principales beneficios generales que aporta el yoga –disciplina física, mental y espiritual- son que reduce el estrés y la ansiedad, ayuda a la relajación, a mantener el cuerpo activo y el peso, reduce la presión arterial, refuerza el sistema inmune, mejora la elasticidad de los músculos, cuida las articulaciones y aumenta la confianza en sí mismo. La palabra “yoga”, de hecho, proviene del sánscrito y significa “unidad”, o sea, la unión del cuerpo y la mente. El yoga busca adoptar un modo de vida realmente saludable, no solo gracias a las posturas y a los movimientos, sino a la respiración y a la atención plena en cada instante.
Se calcula que alrededor de un 15% de la población española practica yoga y pilates. Desde luego, su capacidad para adaptarse a la demanda en Occidente ha sido fundamental, pues se trabaja aspectos esenciales para las necesidades de una vida moderna.