A pesar de que la temporada de cereza es bastante corta, estando disponible solo en los meses de mayo, junio y julio, esta fruta llega justo a tiempo a nuestras vidas para refrescarnos y llenarnos de vitaminas, antioxidantes y minerales muy beneficiosos para nuestra salud.
El origen de esta fruta se sitúa en el Mar Negro y en el Mar Caspio, llegando después a Europa y Asia por medio de las aves y las migraciones humanas. España es uno de los países que más cerezas produce y exporta en el mundo, siendo las cultivadas en el valle del Jerte (Cáceres) las que gozan de más popularidad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es la primera en recomendar el consumo de las cerezas, aconsejando que estas estén bien maduras a la hora de comerlas pues es cuando sus nutrientes están más concentrados.
PROPIEDADES
Entre sus muchas propiedades se puede destacar su alto contenido en vitamina A y C, las cuales la convierten en la fruta perfecta para cuidar de nuestra piel, ya que mejoran la circulación y reducen la inflamación, disminuyendo incluso la apariencia de celulitis.
Por otro lado, sus compuestos antioxidantes le permiten reducir el estrés oxidativo en el cuerpo, algo que estaría relacionado con enfermedades crónicas y de envejecimiento prematuro. Además, su alto contenido de antocianinas ayuda a reducir la inflamación y la retención de líquidos y a proteger contra enfermedades como la artritis o la gota.
De igual forma, gracias a sus antioxidantes, las cerezas son un aliado genial a la hora de cuidar de nuestra memoria, tal y como señala la Asociación Americana contra el Alzheimer. Asimismo, las cerezas son uno de los alimentos que contienen melatonina, una hormona que ayuda a regular nuestro sueño, el ritmo cardíaco y a frenar el envejecimiento.
Sus flavonoides les confieren un alto poder diurético y depurativo, ayudándonos a eliminar líquidos. Además, es muy buena para perder algunos kilos de más por su efecto saciante y su bajo contenido calórico, 100 gr de cerezas proporciona únicamente unas 48 calorías.
Por último, la pectina, un ácido natural que contiene la cereza, actúa como estimulante de las glándulas digestivas, teniendo un efecto laxante en nuestro cuerpo, por lo que es recomendable su consumo frente a posibles estreñimientos.