¿Puede el consumo de lácteos reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares?

El equipo de Nutrimedia ha llevado a cabo un informe técnico de los últimos estudios científicos que analizan los beneficios de los productos lácteos para la salud.

12 mar 2022 / 10:02 h - Actualizado: 12 mar 2022 / 10:03 h.
"Alimentación"
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El consumo de productos lácteos forma parte del día a día de miles de personas, ya sea en forma de leche, queso, mantequilla o yogures. Sin embargo, su alto contenido en ácidos grasos saturados, sal o azúcar, suele generar cierto debate sobre si su ingesta puede ser beneficiosa o no para la salud.

Es en este punto donde el equipo de Nutrimedia ha querido ahondar, llevando a cabo un informe técnico de los últimos estudios científicos que han analizado los efectos de los productos lácteos en la salud, concretamente su relación con las enfermedades cardiovasculares.

No obstante, la razón principal para la realización de este estudio es debido a la gran cantidad de publicaciones que realiza la prensa sobre ciertos alimentos como los lácteos y sus beneficios o contraindicaciones, y que, en multitud de ocasiones no se sostienen sobre una base científica.

El informe técnico, titulado “El consumo de lácteos ayuda a prevenir la enfermedad cardiovascular”, analiza tanto estudios científicos como guías alimentarias que establecen recomendaciones sobre el consumo de lácteos. “Por ejemplo, en la guía alimentaria para la población española de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) se recomienda el consumo de dos a cuatro raciones de lácteos al día, priorizando las preparaciones bajas en grasas y sin azúcares añadidos. En el Healthy eating plate (plato para comer de forma saludable) o Plato de Harvard, creado por expertos en nutrición de la Escuela de Salud Pública Harvard, se recomienda limitar la leche y los lácteos a una o dos raciones al día. En nuestro entorno, en el documento elaborado por la AgeÌncia de Salut Puìblica de Catalunya, se recomienda el consumo de productos lácteos, especialmente queso, leche (sin azúcar ni cacao añadido) y yogur natural sin azúcares añadidos, una a tres veces al día, sin especificar la cantidad”, explican en el informe.

Composición nutricional

Normalmente, el debate que se cierne sobre los productos lácteos viene dado por su alto contenido en ácidos grasos saturados, sal (en el caso del queso) y azúcares añadidos (en algunas leches y yogures). “En concreto, se ha especulado que un consumo elevado de grasas saturadas procedente de los lácteos se asocia a un aumento de los niveles de colesterol y, por lo tanto, un aumento del riesgo cardiovascular. Sin embargo, estudios recientes han sugerido que este grupo de alimentos, sin distinguir entre lácteos enteros o bajos en grasa, puede no estar asociado con el incremento del riesgo cardiovascular. Actualmente, por tanto, existe controversia y confusión sobre si consumir o no más productos lácteos, o productos lácteos más específicos, como el queso, el yogur o la leche.”, añaden.

No obstante, tal y como explican en el informe, los lácteos contienen proteínas de alto valor biológico, grasa, lactosa, vitaminas (A, D, B6 y B12) y minerales (calcio, fósforo y potasio). El porcentaje de grasa, principalmente saturada, es diferente según el tipo de lácteo. “El consumo de lácteos, en concreto el consumo de los bajos en grasa, figura en la mayoría de las guías alimentarias. Estas recomendaciones están habitualmente indicadas en situaciones de sobrepeso, obesidad y problemas cardiovasculares por su menor contenido en energía, en ácidos grasos saturados y colesterol”.

Lácteos y enfermedad cardiovascular

El estudio PURE (Prospective Urban Rural Epidemiological) publicado en septiembre del 2018, evaluó la asociación del consumo de los lácteos y los productos lácteos específicos con las enfermedades cardiovasculares. Este estudio observacional incluyoì datos de 136.384 participantes (92,3% del total de los participantes) de 35-70 años de 21 países (cinco continentes).

Los participantes fueron evaluados durante un seguimiento de 9,1 años, produciéndose 6.796 muertes y 5.855 casos de enfermedad cardiovascular (enfermedad coronaria, ictus e insuficiencia cardíaca). El consumo de lácteos fue más alto en Europa y Norteamérica (media ajustada por edad, sexo, educación, localización, tabaco, diabetes, ingesta de frutas, vegetales, carne roja, alimentos ricos en almidón y energía, y centro): 368,4 g/día, desviación estándar: 285,5 g/día), y más bajo en sudeste asiático (36,7 g/día; 75,4 g/día).

En cuanto a los resultados obtenidos, el estudio PURE afirma que el consumo de más de dos raciones al día de lácteos en comparación con ningún consumo se asoció con un menor riesgo de mortalidad total, mortalidad por enfermedad cardiovascular, mortalidad por otras causas y enfermedad cardiovascular. Por su parte, el consumo de más de una ración al día de leche, yogur y queso, en comparación con ningún consumo, también se asoció con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. No obstante, el consumo de más de una ración de mantequilla en comparación con ningún consumo, no pudo asociarse con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. Asimismo, una ingesta alta de grasas saturadas de lácteos en comparación con una ingesta baja, no se asoció con la enfermedad cardiovascular.

“En relación con el mensaje “El consumo de lácteos ayuda a prevenir la enfermedad cardiovascular” podemos concluir que es posiblemente cierto. Esto es debido a que la evidencia disponible muestra que el consumo de lácteos se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular. En este contexto, este efecto estaì basado en estudios de tipo observacional bien diseñados y ejecutados, como el estudio PURE y la inmensa mayoría de estudios incluidos en las revisiones sistemáticas previas”, concluyen desde Nutrimedia.

Sin embargo, el equipo asegura que “debido al diseño observacional de los estudios sobre la asociación entre el consumo de lácteos y el riesgo de mortalidad por cualquier causa, la calidad de la evidencia es valorada como baja. Por lo tanto, el consumo de lácteos también podría reducir el riesgo de mortalidad por cualquier causa”.