Un hecho insólito ha ocurrido en el Gran Poder

Preguntémonos si los templos son seguros.

El cofrade es muy sensible a las medidas de seguridad y autoprotección durante la veneración de las imágenes sagradas.

En los actos de besamanos o besapiés, hermanos bienintencionados pero poco preparados (y en ocasiones menos educados) se encargan de la seguridad y emplean en ocasiones medidas de seguridad más contundentes que empáticas para quienes quieren rezar de cerca o contemplar la unción sagrada de la imagen.

También se acercan a ellas los que quieren contemplar su belleza o apreciar la valía cultural del patrimonio religioso que atesora la religiosidad popular.

En estos días en que las imágenes 'pisan suelo', resulta chocante ver cómo en algunos templos guardias de seguridad uniformados vigilan y controlan al devoto, en ocasiones con la poca empatía que merece el fiel que puede llegar a soportar colas de algunas horas por estar frente al Cristo o Virgen que le duele en el corazón.

Pero es obvio que alguien deba vigilar, controlar, ordenar y hasta asistir, ya sea de librea o con vestimentas acordes al acto, durante estos momentos de cercanía y devoción.

Un hecho insólito y el brazo arrancado al Gran Poder en 2010

Por eso ha sorprendido lo sucedido el sábado por la mañana en el besamanos de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso de la Hermandad del Gran Poder, y que las cámaras de la señal que emite la propia Hermandad desde la Basílica han captado. Recordemos que en el mismo sitio ya se sufrió el ataque a Jesús del Gran Poder y que la imagen del Señor de Sevilla tuvo que ser restaurada tras serle arrancado un brazo en un acto vandálico. El Gran Poder hubo de ser intervenido de urgencia por 'el médico de las imágenes', Luis Álvarez Duarte.

El cofrade, Ángel Vílches, en su cuenta de X (antes Twitter) pone en conocimiento unos hechos que, no constituyendo gravedad alguna en este caso, sí debe servir de autocrítica para pensar si son seguros nuestros templos.

Afortunadamente, lo sucedido en la Basílica del Gran Poder, en la Plaza de San Lorenzo de Sevilla, no ha revestido ningún daño, pero sí debe servir para reflexionar sobre el modelo de seguridad en los días de cercanía con las imágenes y cómo horas después nadie de la Hermandad se ha dado cuenta.