Los fieles de San Pablo no dejan a sus titulares ni aunque llueva

Amaneció el día de paraguas y chubasquero en el Polígono San Pablo. "Nada, no os preocupéis, esto es un chaparrón pasajero", confía una mujer en la puerta de la parroquia de San Ignacio de Loyola. Los vecinos del barrio, fieles cada Lunes Santo, esperaban la decisión bajo la lluvia.

"Hemos venido a que digan que no. Pero hay que venir", afirma Joana Catalán, hermana de la cofradía. "Nosotros tenemos muchas horas por delante, es complicado arriesgar", añade. "Como salgamos, van a hacer una magna dentro de la catedral", ironiza un adolescente a su lado.

Dentro del templo, muchos fieles charlan en corrillo, otros miran de forma compulsiva la página web de la Aemet en busca de esperanza. "Somos una Hermandad con muchos niños, hoy no nos podemos dejar llevar por el corazón", reconoce Fernando Valderrama, joven devoto de la Hermandad, una de las más populares pese a que fue fundada hace tan sólo 20 años.

Y en esa pelea lo racional tiraba más: a las 11:30, el Hermano Mayor, José Luis Pérez, anunció emocionado que habían pedido media hora extra. "Hemos consultado los partes meteorológicos y, si son buenos, intentaremos salir".

Cuarenta minutos después, confirmó el mal presagio: la Hermandad del Polígono San Pablo no hará estación de penitencia esta Semana Santa. "Nos han informado de que vienen varios frentes, y no podemos poneros en riesgo a vosotros y a nuestros titulares", ha explicado José Luis Pérez.

El anuncio fue recibido con tantos aplausos de apoyo como lágrimas de dolor. "Es muy duro, pero si no podemos hacer la estación de penitencia con garantías, es mejor así", declara el cofrade Fernando Valderrama. 

La UME cantó su himno aunque no hubo salida

Fuera del templo estuvieron durante una hora, cabeza alta y estáticos, una compañía de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Llevan cinco años acompañando a la Virgen del Rosario, su patrona. 

Cuando se informó de que la cofradía no saldría, entraron a cantar su himno delante de los titulares. Tono marcial, rígido, que contrasta con lo popular de este barrio del extrarradio sevillano.

"Hermanos, las puertas del templo estarán abiertas todo el día. El que quiera, puede venir a acompañarlos", terminó el Hermano Mayor.

Y el Polígono, como cada año, como siempre, vino a estar con su Cautivo y su Rosario.