«Sin Metro, Sevilla tiene un triple problema de movilidad, sostenibilidad y cohesión social»

Manuel Alejandro Moreno Cano. Fundador y presidente de la Asociación Sevilla Quiere Metro. A sus 26 años de edad, está logrando, como un ciudadano de a pie que ejerce sus derechos de participar en mejorar con espíritu constructivo el bien común, que en la Comisión Europea y en el Parlamento Europeo se estudie el triple problema de movilidad, contaminación y falta de cohesión social que arrastra Sevilla por la falta de la red de Metro planteada hace medio siglo.

Juan Luis Pavón

“Por favor, haga un llamamiento a la ciudadanía para que se una a la movilización de #sevillaquieremetro y diga que pueden contactar con nosotros a través del correo electrónico sevillaquieremetro@gmail.com”. Así concluía ayer la entrevista a Manuel Alejandro Moreno, joven ingeniero industrial, que trabaja en el área de transportes de la multinacional española Indra, y que en octubre de 2021 inició en solitario la reivindicación enviando cartas. Con solo 26 años de edad, ha logrado el hito de comparecer en Bruselas ante el Parlamento Europeo y de reunirse con representantes de cinco direcciones generales de la Comisión Europea. Y todo ello procurando la colaboración con y entre responsables y técnicos de Gobierno de España, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla. Sin utilizar la problemática del Metro como un arma arrojadiza de unos contra otros. “Desde la sociedad civil hay que aportar reivindicaciones con soluciones constructivas. Con actitudes de negatividad o derrotismo no se consigue nada”.

¿Cuáles son sus raíces biográficas?

Nací en Sevilla capital y siempre he vivido en Sevilla Este. Mi padre trabaja como fontanero y mi madre como limpiadora. Soy el más pequeño de cinco hermanos, uno es por parte de madre y tres por parte de padre. Estudié con el Colegio Híspalis, en el Instituto Valle Inclán y realicé la carrera de Ingeniería en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería, en Cartuja. La elegí porque desde niño me ha gustado resolver problemas, siempre he tenido la mente inquieta para eso. Y así, con ocho años de edad, viví una experiencia que ha marcado mi vida.

Cuéntela.

Muchas veces acompañaba andando a mi abuelo hacia el barrio de enfrente, en Puerta Este. Él era muy mayor, no podía andar rápido y no le daba tiempo cruzar el semáforo antes de que los coches reanudaran su marcha. A veces se quedaba en medio de los coches entre los dos sentidos de la avenida. Y llamé al teléfono municipal 010 para pedir que ampliaran el tiempo de duración del semáforo en verde para los peatones. Sabía que existía el 010 porque yo veía que mi madre a veces llamaba para informarse. A mí me atendió una mujer, tomó nota de lo que le expliqué, apuntó mis datos. Yo no le dije a mis padres que había llamado. Y días después llegó a mi casa una carta dirigida a Don Manuel Alejandro Moreno Cano. Y yo tenía ocho años. En la carta, el Ayuntamiento me felicitaba como ciudadano ejemplar y se comprometía a revisar los tiempos de paso en ese semáforo. Aquello me marcó. Descubrí en mi niñez que los ciudadanos de a pie pueden lograr cambios positivos en su ciudad y pueden resolver problemas. En mi caso, fue para que personas como mi abuelo pudieran cruzar una calle. Y eso sigue en mí: ayudar a mejorar la vida en la ciudad, sobre todo a la gente que más lo necesita.

¿Colabora con alguna entidad social?

Durante muchos años he sido voluntario en el Banco de Alimentos de Sevilla, y en mi barrio organizaba recogidas de alimentos implicando a más chavales.

¿Cómo inició su reivindicación para que se complete la red del Metro en Sevilla?

Empecé en octubre de 2021. Un día, al leer en periódicos algunas noticias sobre la Junta de Andalucía desempolvando y actualizando el proyecto de construcción de líneas de Metro. Y yo observaba que la sociedad civil no se movía para reclamar de forma organizada. Que no pedían el Metro quienes más lo han de disfrutar: la gente normal y corriente. Porque los políticos con corbata se mueven en coche oficial. Y le dije a mi novia Laura: “Mañana voy a coger un folio en blanco, para explicar con causas objetivas por qué hace falta red de Metro en Sevilla. Y se la envío a la Junta, al Ayuntamiento y al Ministerio de Fomento. Y si no me contestan, voy a crear un perfil en redes sociales para intentar que más gente la envíe, y que las administraciones públicas entiendan que es un problema prioritario. Eso hice. Envié la carta. Creé en Twitter la cuenta Sevilla Quiere Metro. Empecé a difundir la carta a numerosas personas. Sé que a la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía llegaron más de 200 cartas, y también fueron muchas las recibidas en el Ministerio y en el Ayuntamiento. Y ya hubo periódicos que se hicieron eco de lo que yo había puesto en marcha.

¿Qué personas se sumaron con más dedicación para dicho objetivo?

Sobre todo Víctor Aguilar Domínguez y Enrique de Álava, a los que no conocía. El primero fue Víctor, que de profesión es ingeniero de sonido. Me escribió a la dirección de correo electrónico que yo había puesto en Twitter, y se ofreció a arrimar el hombro. Y meses después le propusimos a Enrique involucrarse para ayudar a estructurarlo todo. Enrique es médico, profesor de la Universidad de Sevilla e investigador en el Hospital Virgen del Rocío experto en medicina personalizada, y además era de las personas más proactivas en el envío de peticiones por carta sobre el Metro. Entre los tres constituimos la Asociación Sevilla Quiere Metro para intentar poner nuestro grano de arena con el fin de resolver un problema que lleva enquistado demasiado tiempo.

¿Cuál fue el siguiente paso?

En diciembre de 2021, se acumulaban más retrasos en presentar el proyecto del tramo norte de la siguiente línea de Metro por construir. Y empecé a investigar cómo elevar este tema a las instituciones europeas. Descubrí que en el Parlamento Europeo existía la Comisión de Peticiones. Ahí lo mandé. Y la admitieron a trámite en abril de 2022, diciéndome que tenía la oportunidad de ir a Bruselas y exponer el 13 de julio ante esa comisión de la Eurocámara qué consecuencias acarreaba en Sevilla ser la única área metropolitana de Europa de ese tamaño que no tiene red de Metro. Y fuimos Enrique, Víctor y yo.

¿Qué criterios se plantearon para elaborar una propuesta que fuera considerada rigurosa?

Lo primero: que fuera completamente apartidista. Ya ha habido demasiados partidos políticos que se han aprovechado de la desgracia de no tener red de Metro. Lo segundo: no ir en contra de una Administración. Todo lo contrario: Ayudarles, ser constructivos. Por eso, nuestro discurso en Bruselas no fue en contra de ninguna Administración. El objetivo era exponer un problema, plantear un S.O.S., y pedir que las instituciones europeas ayuden a resolverlo, y aporten financiación. Estábamos llevando el tema del Metro a una dimensión en la que nunca había estado.

Para hablar de un asunto con 50 años de historia tenía 5 minutos de exposición oral en el Parlamento Europeo, además de la documentación que aportara. ¿Cuántas veces ensayó esa intervención para cuadrar fondo y forma?

Muchas. Hice ver que ya eran varias generaciones las que sufrían que esa promesa no se hubiera hecho realidad y solo teníamos una línea de Metro. Y me di cuenta de que no es solo un tema de movilidad. Hay otros dos aspectos esenciales, y alineados con la perspectiva europea: la sostenibilidad, y la cohesión social. Por eso siempre lo encuadramos en esas tres claves: Movilidad (única gran ciudad europea sin gran red de transporte público). Sostenibilidad (Sevilla va a estar para 2030 dentro de las cien ciudades europeas inteligentes y climáticamente neutras, en un proyecto del programa Horizonte Europa). Cohesión social (Sevilla está entre las ciudades europeas más desfavorecidas socialmente en términos de desempleo, pobreza y falta de equidad, no puede ser que según el barrio en el que resides haya tantas diferencias para que cualquier persona se desarrolle). Para preparar mi intervención estuvimos 20 días hablando con mucha gente de la ciudad, con el fin de saber explicar el problema con muchas vertientes. Hablamos con el Colegio de Arquitectos, con el Colegio de Economistas, con el Colegio de Ingenieros de Caminos, etc. Más de 25 personas revisaron nuestro discurso y nos hicieron sugerencias.

¿Cómo lo valoraron en Bruselas?

Gustó mucho a representantes de la Comisión Europea. Nos felicitaron, y nos aconsejaron que para pedir financiación europea a una infraestructura siempre lo planteemos de esta manera: aunando movilidad, sostenibilidad y cohesión social.

¿Qué lograron en los meses posteriores para conseguir ser recibidos el pasado 26 de enero por representantes de cinco direcciones generales de la Comisión Europea?

Fruto de muchísimas gestiones. Cuando fuimos en julio, en la Comisión de Peticiones solo estuvo presente la dirección general de las Regiones, es la que gestiona los Fondos Feder de cohesión territorial. Vimos que era interesante involucrar a más direcciones generales. Estudiamos cómo funciona por dentro la Comisión Europea, preparamos una carta y les solicitamos que se involucraran en el informe que prepara la de Regiones sobre las soluciones que aportar al problema de Sevilla sin Metro, que se está agravando en un contexto de emergencia climática y necesidad de reducir muy rápido la contaminación del aire y el uso de coches de combustión. Y nos respondieron positivamente, van a participar en el informe para que sea multidisciplinar la propuesta de solución, y además aceptaron reunirse con nosotros el pasado 26 de enero, la de Regiones, la de Economía y Finanzas, la de Reformas Estructurales, la de Clima y la de Medio Ambiente.

¿Qué reunión fue más importante?

La que tuvimos con Carole Mancel-Blanchard, subdirectora de la Dirección General de Regiones, acompañada por Vicente Rodríguez Sáez, responsable para España y Portugal de esa dirección general, y Pedro Moia, de su gabinete. Nos llamó la atención que todos se habían leído bien el informe de 40 páginas que elaboramos y les enviamos con antelación. Les mostramos gráficos de estudios recientes en Sevilla que demuestran cómo la red diseñada en su día para cuatro líneas de Metro está bien planteada para dar respuesta a los principales flujos de movilidad cotidiana a lo largo de la ciudad. En esa reunión se concretaron tres puntos fundamentales.

Explíquelos.

Primero: El tramo norte de la segunda línea que se va a construir (la que ahora es llamada línea 3), en el que la Junta de Andalucía va a utilizar Fondos Feder para sufragarla en parte, tiene que hacerse con una gestión excelente. De eso depende que desde la Comisión Europea se apruebe financiar otros tramos de líneas de Metro en Sevilla. Segundo: para conseguir financiación europea en favor del tramo sur de la segunda línea que se construya, el que ha de pasar por el Hospital Virgen del Rocío y por la Ciudad de la Justicia en Palmas Altas, nos dijeron que la Junta de Andalucía puede solicitar, a través del programa InvestEU, un préstamo al Banco Europeo de Inversiones, con condiciones muy ventajosas para pagarlo a largo plazo con intereses muy bajos. Y se tiene el aval de la Comisión Europea. Tercero: Cuando le planteamos cómo puede afrontarse disponer de fondos para iniciar la construcción de la que ahora se llama línea 2, nos recomendaron la necesidad de actualizar el proyecto, hacer muy bien los estudios de demanda sobre el número de usuarios de esos medios de transporte, como los posibles ramales del Aljarafe y del Aeropuerto, y tenerlo todo preparado para presentarlo rápido a la próxima convocatoria plurianual de Fondos Feder, que saldrá en 2027.

¿Qué ha sido lo más relevante en las últimas reuniones que han tenido en Sevilla con autoridades nacionales, regionales o locales?

Con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, le hicimos ver que era fundamental el compromiso del Gobierno de España para financiar el 50% de las obras del tramo sur, el que va desde el Prado hasta Bellavista. Y nos dijo que estaba dispuesta a negociarlo con la Junta de Andalucía.

¿Cómo ha colaborado con ustedes las tres administraciones concernidas para ayudarles a preparar sus reuniones en Bruselas?

En el informe que elaboramos, integramos aportaciones que nos hicieron desde la Junta de Andalucía y desde el Ayuntamiento de Sevilla, nos reunimos con ambas, nos han ayudado a preparar esas reuniones.

Tras sus reuniones con cinco direcciones generales de la Comisión Europea, ¿qué le aconsejan a nuestros representantes?

Al Ayuntamiento de Sevilla vamos a pedirle que, entre sus principales funciones, está agilizar la concesión de los permisos de obras y velar por la adecuada realización de las obras; y que no se demore tramitar también el tramo sur.

De las propuestas que plantean otros colectivos para mejorar el transporte público en Sevilla, siendo conscientes de que la red de cuatro líneas de Metro tardará aún muchísimos años en existir, ¿cuáles le parecen más acertadas?

El 'tranvibús' con Sevilla Este, con muchos autobuses rápidos, es una buena medida temporal, es la que más nos gusta. El problema es que la distancia es enorme, y hay vías muy saturadas, como las avenidas Luis Montoto y Eduardo Dato; y las calles de acceso al centro son muy angostas, lo que impide su eficiencia. También está bien la propuesta de carril especial en la conexión Aljarafe-Sevilla para autobuses y vehículos de alta ocupación. Nos hemos reunido con los alcaldes de municipios del Aljarafe como Bormujos, Tomares, Gines, Camas, y estamos estudiando cómo diseñar una extensión de Metro. Porque hemos de evitar lo que sucede ahora: el 50% de los coches que circulan a diario en Sevilla son del área metropolitana.

Deduzco que está dedicando muchas horas de modo altruista a esta reivindicación.

Muchísimas. Sacrificando tiempo de familia, de amigos, de ocio, y de dormir. Pero estoy satisfecho. Tenemos una hoja de ruta, con objetivos claros y pasos a seguir. Eso me motiva y me tranquiliza. Sabemos que si hacemos bien el tramo norte de la línea llamada 3, vamos a conseguir los fondos europeos para hacer la llamada línea 2. Y sabemos que si el Gobierno de España paga la mitad del tramo sur de la línea llamada 3, la Junta pagará la otra mitad y podrá empezar a construirse antes de que en 2027 llegue la nuega convocatoria de Fondos Feder.

¿Quién está reaccionando desde la sociedad civil sevillana al ver lo que estáis logrando como reivindicación cívica, y sin ser integrantes de los estamentos más institucionalizados?

Me gusta que estemos dando esperanza a un problema que llevaba muchos años enquistado, y que puede beneficiar la vida de tanta gente. Nos apasiona ejercer el altruismo en pro del conjunto de la ciudad. Por ejemplo, nos motiva que el comienzo de las obras del ramal técnico va a crear 100 puestos de trabajo. Tenemos que conseguir que la mayoría de la ciudad exija que se haga realidad la red completa de Metro. Está claro: en Sevilla la red de Metro solo se hará una realidad cuando la ciudadanía la reclame. Si la gente no lo pide, la Junta y el Gobierno no volverán a pactar un gran acuerdo para cofinanciar otra línea.

¿Considera que, para evitar más confusiones, debería cambiarse ya la nomenclatura de las líneas previstas, y nombrar como línea 2 a la que se va construir y utilizar en segundo lugar?

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Cien por cien de acuerdo. La confusión no ayuda a que se conozca la ciudad en su realidad. Por mi trabajo, conozco muchos profesionales en Madrid, y ya hay varios que me han dicho que en Sevilla hay tres líneas de Metro, porque están escuchando muchas noticias sobre la línea 3.

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