Lora del Río recuperará su aceña, el mayor molino harinero del Guadalquivir

Patrimonio ha dado luz verde a la puesta en valor de la edificación fabril del siglo XVIII, lo que permitirá acceder al mismo para conocer su arquitectura y su funcionamiento

Vista de la aceña de Lora del Río (Foto: Plataforma / Francisco J. Domínguez

Francisco J. Domínguez

Lora del Río cuenta con el que fue el mayor molino harinero del Guadalquivir, un edificio industrial del siglo XVIII y que al permanecer enterrado se ha conservado en un relativo buen estado. Con el visto bueno de la Comisión Provincial de Patrimonio, la ejecución del proyecto de puesta en valor permitirá la recuperación de la aceña, enterrada hasta hace apenas 2 años.

La Comisión, en la reunión celebrada este miércoles, ha aprobado la restauración y puesta en valor tanto del antiguo molino harinero como del azud – el canal que derivaba el agua desde el río para el funcionamiento de las instalaciones –. Con esta intervención se dará a conocer el conjunto “desde el punto de vista material y de su funcionamiento y relación con la población”, según se ha explicado en una nota.

Graderío para una primera interpretación y visita al interior

El edificio, del que se conocían sus características y estado, fue extraído en una intervención arqueológica, ya que se encontraba en su cota original – más baja que la actual – y completamente enterrado, tanto por la acción del río en sus crecidas como por el aporte de material de forma intencionada para evitar su expolio y degradación.

El proyecto de intervención comprende la recuperación del entorno alrededor del edificio para recorrer perimetralmente el conjunto, “planteando la habilitación de un espacio de descanso con bancos corridos y un graderío frente al edificio con un aforo para 95 personas que permita una primera interpretación”. Desde este espacio, se podrá acceder al molino “por el acceso principal tal y como se hacía cuando se encontraba en uso el mismo, permitiendo la visita del interior del edificio”, según se especifica desde la Comisión.

El molino harinero o aceña de Lora del Río se sitúa en la orilla derecha del Guadalquivir, al final de la Alameda del Río. Según explicaba Francisco Sierra Wic, coordinador de la plataforma vecinal ‘Hospital Puente de Hierro’ en la revista de feria de 2021, el edificio, de gran envergadura y dos plantas, “presenta seis bóvedas perfectamente definidas y debajo de cada bóveda se sitúa una piedra de moler movida por la fuerza del agua que era canalizada desde la misma corriente del Guadalquivir hacia los rodeznos que hacían mover las piedras de molienda”.

Construido en 1764 con seis piedras para moler, fue el mayor molino del Guadalquivir

El historiador local José González Carballo señala que “el 25 de mayo de 1764, Francisco Antonio Salvador de Herrera y Loyzaga, con residencia entonces en Sevilla, solicitaba que se le concediese permiso, licencia y facultad para construir una aceña o molino de agua”. Tras invertir “nada menos que 80.000 pesos de plata”, construyó una aceña “de 6 piedras, situadas en el interior de un hermoso edificio basamentado sobre sillares de granito y rematado con seis bóvedas de gran belleza interior”.

Sobre el azud, explica que “se adentraba en el Guadalquivir en dirección opuesta a la corriente e imprimía una dirección fija a las aguas hacia el molino harinero donde remataba, y medía aproximadamente 50 metros de longitud y 4 metros de anchura, compuesta de un conglomerado de piedras de todas clases y tamaños y reforzada a ambos lados por dos muros de mampostería”.

Sierra Wic destaca que “la importancia de este edificio, recién descubierto a los ojos de los curiosos que visiten el lugar, reside en ser el de mayor envergadura y producción ubicado en todo el recorrido del Guadalquivir, desde su nacimiento hasta su desembocadura”. Al respecto Pascual Madoz, en su Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico, señala ya en el siglo XIX que “por su buen estado, fábrica y situación se consideraba el mejor molino harinero del Guadalquivir, moliendo en las 24 horas del día hasta 600 fanegas”, como recoge González Carballo.

Hubo un intento de recuperarlo como balneario y club náutico

Sepultado tras el abandono de su uso por las crecidas del río, en los años 60 del siglo XX hubo un intento de recuperarlo. “La idea era utilizar la azuda como sostén de agua embalsada, convirtiéndola en parte de un balneario público cómodo y sin peligro, y el edificio de la Aceña en club náutico, complemento del balneario” sigue explicando González Carballo. Sin embargo, el proyecto no se llevó a término. Visible incluso hasta los años 80, fue cubriéndose con materiales fluviales y por el propio Ayuntamiento, para asegurar su conservación.

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Ya en fechas recientes, la constitución de la plataforma vecinal ‘Hospital Puente de Hierro’ – que lucha por diferentes proyectos que consideran beneficiosos para el pueblo – ha supuesto un empuje para la recuperación de la aceña, siendo al respecto su objetivo “rescatar para el patrimonio municipal esta edificación y reclamar un uso para el bien común, que garantice en el tiempo su conservación”. En este sentido, en enero de 2020 el conjunto fue localizado y balizado por parte del Ayuntamiento, para, a lo largo de 2021, llevar a cabo la excavación que ha vuelto a dejar visible el molino. Tras la extracción el edificio, la resolución favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio supone el espaldarazo para completar su recuperación y puesta en valor.

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