Este es el cartel de la Cabalgata de los Reyes Magos de Sevilla 2023

Su autor es Javier Jiménez Sánchez-Dalp. El acto de presentación tuvo lugar la tarde del viernes en el Salón de Actos de Caja Rural del Sur

Cartel de la Cabalgata de los Reyes Magos de Sevilla. / El Correo

El Correo

En la tarde del viernes 17 de noviembre, se ha presentado el que será el cartel de la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla 2024. O lo que es lo mismo, la ilustración de la Fiesta Mayor y de la Navidad en la ciudad de Sevilla. El acto ha estado presidido por D. Emilio a. Boja Malavé y D. Emilio Ponce Tornero; presidente del Excmo. Ateneo de Sevilla y director de la Fundación Caja Rural del Sur, respectivamente y contado con la asistencia del delegado de Fiestas Mayores D. Manuel Alés del Pueyo.

Tras la salutación y recibimiento ofrecido por D. Manuel Sáinz Méndez, director de la Cabalgata de Reyes Magos que ha querido agradecer, un año más, la acogida de Caja Rural del Sur a este señalado evento de la Casa, y la cariñosa presentación del vocal de Bellas Artes Luis Rizo Haro, ha tomado la palabra D. Javier Jiménez Sánchez-Dalp, arquitecto de profesión que ha tenido la oportunidad de ilustrar la Fiesta Mayor para la ciudad, desvelando y explicando el diseño planteado, con la historia de Manuel, un niño que, por un infortunio tiene que pasar la noche de Reyes Magos en el hospital y recibe la visita de Sus Majestades de Oriente en lo que en el Excmo. Ateneo de Sevilla llaman la “Segunda Cabalgata”.

Se trata de una composición triangular en los dos sentidos, con los dos vértices superior e inferior centrados en la Giralda realizada con acuarela, grafito, acrílico y lápiz de color sobre papel encolado a tabla.

Texto del autor sobre el cartel

«Manuel estaba ilusionado. En el Cole solo se hablaba de lo poco que quedaba para las vacaciones de Navidad y sobre todo de la Cabalgata, que tan buenos recuerdos le traían del año anterior. Aquel gentío que inundaba las calles, la espera impaciente, el ir en hombros o en brazos de su padre, de sus tíos, de sus abuelos, los racimos de globos y hasta las bolsas del súper enfundando los zapatos para que no se le pegasen los caramelos. No podía olvidarse de aquella secuencia mágica de carrozas, los niños montados en ellas, los policías a caballo, los beduinos y cómo no, los Reyes y la explosión de júbilo cada vez que se acercaba uno de ellos inundando el cielo de miles de caramelos.

Ya quedaba poco, el ambiente en las calles lo predecía, las luces decorativas colgadas de su calle, las tiendas y sus escaparates con motivos navideños, el hombre de las castañas asadas, los nacimientos, la feria de los belenistas. “Esto ya está aquí”, le decía su padre.

Él sabía que el día que llegase la Cabalgata era el preludio del despertar más feliz del año. Ese día que al levantarse se encontraría en el salón aquellos regalos que imaginó tener, más otros tantos inesperados.

Todo era ilusión e impaciencia a su alrededor hasta que algo cambió repentinamente convirtiendo esa espera en incertidumbre. Un percance o alguna circunstancia inesperada hizo que terminase en el Hospital.

Todo era cariño allí, el equipo médico, las enfermeras, los auxiliares, todos se desvivían por sacarle una sonrisa sabiendo la inoportuna fecha en la que había ingresado. Su familia no lo dejaban ni un momento solo. Pasaban los días y allí seguía sin cambio alguno.

Y llegó ese día tan señalado. Él lo intuía, en la tele colgada en la pared frente a él lo anunciaban a cada momento y poco a poco en el Hospital se notaba menos el bullicio diario de las visitas.

Llegó la merienda y en la tele comenzó la emisión de la Cabalgata. Todo lo que recordaba volvía a verlo en directo y qué maravilla, aunque fuese así poder disfrutarlo. Sus padres le iban anticipando qué carroza sería la siguiente, “¡ahí es donde la vimos el año pasado, Manuel!”

La tarde fue pereciendo y llegó ese instante de la “hora mágica” en la que un haz de luz naranja sobre el horizonte marcaba el inicio de la noche.

A Manuel se le caían los ojos, sus padres intentaban mantenerlo despierto hasta el final. Cuando todo terminó, después de un buen rato entretenido viendo dibujos animados, se empezó a preguntar cómo sería el despertar del día siguiente si él no estaba en su casa, y si los Reyes le habrían dejado los regalos allí, o dónde.

De repente se oyeron ruidos y un revuelo cada vez más cerca de la puerta de la habitación. Una voz grave sonó y se pudo escuchar, “¿se puede? Somos Melchor, Gaspar y Baltasar”. Manuel dio un respingo y de la posición tumbada en la que estaba se puso firme como un rayo. Se abrió la puerta y como en un sueño los Reyes Magos que acababa de ver en la televisión estaban entrando en su cuarto. La expresión de su cara era indescriptible, entre sorpresa y felicidad. Allí se postraron a los pies de su cama recreando sin querer la escena de la Epifanía entregándole regalos y caramelos de los que había repartido por Sevilla.

Ésta aunque es una historia inventada no deja de ser una realidad cada año en nuestros hospitales y según oí a muchos de los que la vivieron uno de los momentos más importantes y emocionantes de nuestra Cabalgata. Cuántos niños no pueden disfrutar de ver a nuestras carrozas en la calle ni dormir en su cama con la ilusión de despertar en ella el día más importante del año para ellos. Es lo que quise representar en este cartel como una parte más de lo que va a acontecer muy pronto y en homenaje a todos ellos y a todo el Cortejo Real del Ateneo que lo hará posible de nuevo.

Sevilla, como gran escenario donde se representa esta obra de arte e ilusión que es la Cabalgata del Ateneo, abre su telón poniendo sus calles, sus instituciones y a sus fuerzas y cuerpos de seguridad al servicio de esta Fiesta Mayor.

Lo representé en la habitación de un edificio muy querido por mi, por la obra que recientemente terminamos en la ampliación del Hospital de San Juan de Dios de Eduardo Dato. Hospital que recomiendo conozcáis y hagáis uso del que os sorprenderá por todo, por las instalaciones y por el personal que de manera tan eficiente junto a los Hermanos de la Orden atienden a los enfermos.

En esta composición triangular en los dos sentidos con los dos vértices superior e inferior centrados en nuestra Giralda y el Ateneo se representa como me dijo mi querido Luis Rizo la verdadera esencia de nuestra Cabalgata.

Esta realizado con acuarela, grafito, acrílico y lápiz de color sobre papel encolado a tabla.

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Mi agradecimiento a la Orden hospitalaria de San Juan de Dios, a todos los componentes de la escena relacionados de alguna u otra forma con el Hospital. Miguel, Pablo, María, Carlitos, Luis y Romu. A la Hermandad de la Quinta Angustia que me facilitó el atrezo y a Daniel que me ayudo a componer fotográficamente la escena que estaba buscando».

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