Comedia

Los Morancos cumplen 45 años en los escenarios: “Seguimos siendo los mismos que salimos de El Tardón”

El dúo cómico sevillano celebra este aniversario con un lleno absoluto de público en sus cinco noches en el teatro Cartuja Center de Sevilla

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Jorge Jiménez

Carlos Doncel

Jorge y César nacieron en una casa con gracia. Aunque fueron los únicos de la familia Cadaval que convirtieron ese age en su trabajo, allá por abril de 1979. Hoy, 45 años después de aquel comienzo, y tras miles de gritos entre Omaíta y Antonia, Los Morancos tienen ese mismo gancho que los llevó a la fama. La prueba es irrefutable: han vendido todos los asientos del Cartuja Center para su show 'Bis a bis' en las noches del 3 al 7 de abril.

"Desde siempre hemos entendido el humor de otra forma, hasta en la tragedia", asegura César. "Cuando murió mi padre lloramos mucho, pero también nos reímos porque lo cambiamos mil veces de ropa", recuerda el cómico. Y con esa identidad, con esa forma de ver el mundo que les dieron un padre de Sevilla y una madre catalana, nacieron y siguen estos dos hermanos. "La vida cambia por muchísimas circunstancias, pero creo que César y yo seguimos siendo los mismos que salimos de El Tardón", comenta Jorge.

No solo lo dicen ellos: también la gente del barrio, de su barrio. "Soy vecino de ellos de toda la vida. Y aunque han triunfado, siguen siendo unas personas muy sencillas", cuenta José Antonio Pardo, de 60 años, mientras busca la puerta de acceso al Cartuja Center. Compró las entradas para el nuevo espectáculo de Los Morancos en diciembre. "Fui con César al colegio", rememora. "Son algo nuestro, es una alegría verlos así tantos años después".

El sello Moranco

Hace más de cuatro décadas de su debut y el sello de este dúo cómico continúa intacto. Una coherencia vital y profesional de la que presumen: "Cuando llevábamos 30 años, nos dijo un directivo de televisión que quería unos nuevos Morancos. ¿Unos nuevos? Pues tendrán que nacer, ¿no? Nosotros hemos cambiado nunca", afirma el menor de los hermanos.

"¿Qué humorista ha cambiado?", se pregunta Jorge. "¿Buster Keaton o Tip y Coll cuándo cambiaron su estilo? Gila nunca dejó su teléfono. Lo importante es que tú tengas un sello, y que ese sello no lo pierdas nunca".

¿Buster Keaton o Tip y Coll cuándo cambiaron su estilo? Lo importante es que tú tengas un sello, y que ese sello no lo pierdas nunca

Jorge Cadaval

Y en esa forma de concebir la comedia juega un papel esencial la cercanía a la vida de calle, a los personajes que uno encuentra en la cola del mercado, esperando en una farmacia. Todo bien acompañado de una fina crítica social, por supuesto. Y lo hacen así porque nunca dejaron de ir a estos lugares. El paradigma está, claro, en sus dos personajes más conocidos: Antonia y Omaíta.

"Cuando presentamos la primera vez a la Omaíta en Televisión Española, nos dijo el director de programación: 'Esto, dos minutos y me parece mucho'", declara Jorge. Pero justo el pico de audiencia se alcanzó con ese sketch. "A las dos semanas, volvió: 'Que en vez de darle dos minutos, podríamos darle de cinco a diez, ¿no?'. Al final tuvimos que hacer una hora de programa", recuerda. "En el humor nunca sabes dónde está el éxito". 

"Sentimos satisfacción, gratitud, respeto"

"Tenemos seguidores que saben más de nuestras vidas que nosotros", asegura César. Y no lo dice por decir: "Yo algunas veces, cuando no me acuerdo de una parodia, llamo a una chica de A Coruña que montó un club de fans. Me dice hasta en qué programa salió, se lo sabe todo al dedillo", explica Jorge. 

"Los que nos siguen, son acérrimos. Los Morancos para ellos es como el Betis para mucha gente", deja caer con guasa el mayor de los Cadaval. "Después de tanto tiempo, sentimos satisfacción, gratitud, respeto. Tenemos un reconocimiento popular maravilloso y el cariño del público", añade César.

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Llevan toda la vida sobre las tablas, pero aún impera el espectador por encima de todo. "Yo me sigo cagando siempre antes de salir al escenario. Hay alguien enfrente que ha pagado una entrada, y creo que tienes que dárselo todo", confiesa César. Será porque nada ha cambiado en estos 45 años de carrera. Y porque aquellos dos hermanos que salieron un día de El Tardón son los mismos que hoy vuelven a subirse a las tablas con el mismo objetivo que entonces: hacer felices a los demás.

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Jorge Jiménez

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