Cita agroganadera
Así es la Feria del Ganado que tomó el relevo a la de Sevilla y mueve un pujante negocio en Los Palacios
La cita agroganadera de este municipio sevillano se consagra como una de las tres primeras de España y registra en sólo tres días alrededor de 3.000 équidos y transacciones por valor de casi cuatro millones de euros
Ganaderos y compradores de todo el territorio nacional y países como Francia, Bélgica e Italia valoran, al margen de la calidad del ganado, la vuelta a los orígenes y los tratos a la antigua usanza, con un apretón de manos
Ya nada queda de la cita ganadera que fue el origen de la universal Feria de Abril de Sevilla. Al menos en la capital, porque la compra y venta de caballos y otras bestias sigue realizándose y, de hecho, este mercado está en auge dada la importancia que estos animales tienen en la citada fiesta y en otras, además de romerías de Andalucía. ¿Dónde? El negocio se concentra cada primavera a poco más de 20 kilómetros de la capital, en Los Palacios y Villafranca, municipio que organiza desde hace 28 años una feria agroganadera.
Son los mismos que lleva Carlos Amuedo, agricultor y ganadero, fundador de la cita. “Empezamos un grupo de cuatro amigos y hoy tenemos una de las ferias más importantes de España”, confirma el encargado de este mercado que sitúa en la decadencia de la feria de ganado de la capital la oportunidad que supo aprovechar el pueblo de Los Palacios. Aunque los más veteranos la localidad recuerdan que hubo un intento en los años 20, la primera feria del ganado de Los Palacios y Villafranca fue en abril de 1951, una iniciativa de la hermandad sindical de labradores y ganaderos que aprovechaban el paso del ganado de la Feria de Sevilla a la de Jerez de la Frontera. Pero realmente el impulso no llegó hasta 1995, año en el que se recuperó por parte del Ayuntamiento palaciego y se organizó como un mercado agroganadero y comercial.
Un camión recién cargado de équidos comprados.jpeg / María José Guzmán
Referencia de España
“Una de las claves ha sido que todos los gobiernos municipales han apostado por ella y nos hemos convertido en una de las principales de España, reuniendo a vendedores y compradores de todo el país, y también de Francia, Bélgica o Italia. Y esto nos distingue de otras ferias que existen en el entorno, como las de Rociana, Montellano, Morón o Algodonales”, explica Amuedo mientras dirige la entrada de ganado en el recinto, situado en las afueras del casco urbano. En esta edición el interés internacional ha cruzado el charco y la organización prepara estos días un vídeo para enviarlo a unos compradores americanos deseosos de conocer los detalles del evento.
Apenas hace unas horas que se ha abierto el mercado y Chantal Botana, que trabaja desde hace más de 20 años en esta feria como veterinaria, no da abasto recepcionando las cabezas de ganado. Ella apunta más alto: “Esta feria es la tercera de España, después de la de Mérida y otra en Cantabria, por el volumen de équidos y por la satisfacción de los ganaderos”, comenta mientras controla los documentos de las primeras ventas. La estimación es que el censo de cabezas de ganado desplazadas, que no se conocerá hasta el domingo por la tarde, será de unas 3.000. Son tres días de operaciones y luego otros tantos para registrar los cambios de titularidad, movimientos y vías de traslado de los animales que salen de la comunidad autónoma.
De padres a hijos
El trasiego es constante en los corrales alquilados por Manuel Carretero, un joven tratante de Mairena del Aljarafe y ejemplo de que hay garantía en el relevo generacional de este antiguo oficio. En los corrales se siguen haciendo tratos. Salen los primeros trailers llenos de caballos comprados cuando una familia de tratantes de Coria del Río entra con un camión de bestias. “Mi abuelo traía a mi padre y él me ha traído a mí desde que nací”, confirma José, que no deja de mostrar su satisfacción por la organización que encuentra en la feria.
Ganaderos y compradores.jpeg / María José Guzmán
Manuel Rodríguez, El Pariente, tiene 80 años y es un conocido tratante de ganado de Los Palacios, primero de vacas y luego de caballos. “Este oficio no se va a perder nunca mientras haya caballos, los animales se tienen que mover”, comenta tras despedirse de unos italianos que han llegado por primera vez a esta feria buscando caballos y yeguas domados y, por tanto, que dejan mayor rentabilidad cuando se revenden. “A los extranjeros les gusta mucho el ambiente que encuentran aquí y es que ¿dónde hay un escaparate como éste?”, se pregunta el tratante, que explica cómo el buen tiempo y la cercanía a la capital y al aeropuerto hacen que esta cita sea muy demandada.
Caballos de capas atípicas
En un primer paso por el recinto se ven caballos de raza, mestizos, caballos para deporte, trotones y llaman especialmente la atención los caballos de capas atípicas, como los albinos y los apalusas. Pero sin duda los équidos que más se han revalorizado en los últimos años son los mulos, híbridos de caballos y burros. “Es un animal muy duro, pero ya se usa para ocio, para los enganches y actualmente hay muchos ganaderos enfocándose a la cría de mulos”, confirma la veterinaria mientras señala también algunas cabezas de burros que, aunque se usan también para algunas labores del campo, son animales casi de compañía.
Caballos de raza apalusa, entre los más llamativos del mercado.jpeg / María José Guzmán
“Podemos decir que el precio medio es de 1.000 euros, pero hay caballos que se venden por 3.000 y hasta 5.000 y 6.000 euros”, comenta Amuedo. El balance aportado por la organización en 2023 apunta un volumen de negocio cercano a los cuatro millones de euros, en una edición que fue batiendo de nuevo récords después de la pandemia.
Ocio y un centenar de empresas
El recinto se va llenando al mediodía de público. La cita se promociona y crece año tras año con varios reclamos turísticos y ahora el apellido “de la gastronomía”. El pueblo es un destino gastronómico de gran nivel, donde se promueve la ruta del arroz de la marisma, produce un tomate único y prestigioso en España, es cuna de buen flamenco que desfila cada año por el Festival de la Mistela, y cultiva una gran afición al mundo del caballo y la doma vaquera. Pero detrás de todo ello hay un importante negocio que mueve en cada cita anual millones de euros y que pasa inadvertido para el grueso de visitantes que, por curiosidad, acuden a ver cómo en esta feria se mantienen las viejas costumbres y las transacciones se firman con un simple apretón de manos que, según dicen los ganaderos, vale más que una escritura.
“Esto no es un morfológico, esto no es Sicab, las instalaciones son distintas, pero hay gente que viene precisamente porque es amante de lo rústico, de lo auténtico y nosotros mantenemos todo a la antigua usanza”, comenta Amuedo. Y no hay mejor exponente de ello que el que escenifican cada año la asociación “La Era”, un grupo de agricultores y ganaderos que cocinan a diario platos típicos como el gazpacho, el sopeao o la sopa de tomate y enseñan cómo se cultivaba antiguamente esta hortaliza en el pueblo.
Y en ello, en esta vuelta a las raíces, a la protección de lo más genuino en el mundo rural, radica gran parte del éxito de esta feria agroganadera que Los Palacios ha convertido en un gran atractivo turístico en medio de una primavera de gran afluencia de visitantes a la provincia.
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