Nuevo barrio
El futuro del Puerto de Sevilla: "Al hablar de un barrio nuevo a los vecinos nos están apartando, como si esto fuera un descampado"
El Ayuntamiento no sacó adelante la modificación del PGOU sobre el distrito tras no conseguir los apoyos de la oposición
La Asociación de Vecinos del Distrito Portuario lamenta que solo se piense en el ocio y en nuevas viviendas
Naranjas podridas en el suelo, naves llenas de grafitis, un asfalto y acerado desgastado, aparcamientos llenos y una combinación molesta de ruido y mal olor generada por una obra en el cruce entre la calle Tarfia y la calle Páez de Rivera es la carta de presentación de una tarde de paseo cualquiera por el Distrito Urbano Portuario de Sevilla. Un barrio de los años 50 y 60 que ha visto como la ciudad ha ido creciendo a su alrededor y se ha ido quedando anticuado, habitado sobre todo por vecinos de avanzada edad que llevan tiempo viviendo allí, alguna familia que ha comprado un piso en la zona, y muchos estudiantes que aprovechan la cercanía al campus universitario de Reina Mercedes.
Hablar de los barrios es hablar de un modelo de ciudad y de un modelo de gestión. Los vecinos del Puerto, aunque reconocen que se han hecho cosas buenas, tienen una sensación general de abandono. Y eso que el Ayuntamiento de Sevilla y la Autoridad Portuaria intentaron sacar adelante el pasado mes de marzo una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para crear un "nuevo Distrito Urbano Portuario" en el entorno de la Avenida de las Razas, con locales de ocio gastronómico y nocturno, comercios, oficinas o un hotel, además de alguna zona verde y una zona de aparcamientos.
Sin embargo, en el pleno municipal Vox y Podemos - Izquierda Unida votaron en contra y el PSOE se abstuvo, al considerar que no se tenían en cuenta las alegaciones vecinales y sí "los usos lucrativos". La respuesta del delegado de Urbanismo, Juan de la Rosa, a esta negativa en bloque fue criticar "la irresponsabilidad de la oposición".
En medio de todo este debate están los vecinos actuales, que ven como se piensa sobre todo en que haya más residentes y más visitantes para trabajar y consumir en vez de revitalizar el puerto y que sea un lugar habitable. No quieren un nuevo barrio, sino que el actual mejore. "Cuando hablan de nuevo barrio nos están apartando. Aquí no se ha hecho ninguna actuación durante décadas. Las palabras tienen un gran significado. Como si esto fuera un descampado...", cuenta Diego de Caralt, presidente de la Asociación de Vecinos Apolítica del Distrito Portuario de Sevilla, a El Correo de Andalucía, que abarca unos 800 residentes en su radio de acción más casi el doble de población estudiantil flotante.
Así está la Avenida de Las Razas, donde se quería llevar a cabo un gran proyecto para el Puerto de Sevilla / Jorge Jiménez
Los vecinos piden ser escuchados
Esta asociación considera "de justicia" poder opinar sobre las actuaciones en el distrito. “Esto ha estado abandonado porque el Ayuntamiento y Puerto de Sevilla han querido", afirma De Caralt. "Aquí todo el mundo va a ganar dinero y no se contempla a los vecinos. El epicentro somos nosotros, a quien se nos tiene que tener en cuenta", añade desde la azotea de un edificio de la calle Tarfia donde se puede ver toda la zona portuaria.
Diego de Caralt, pte. a.vv. Puerto de Sevilla (i) y Eduardo Cruz, miembro a.vv. Puerto de Sevilla (d) / Jorge Jiménez
Entienden que desde fuera se pueda pensar en que todo va a quedar muy bien con la oferta de ocio planteada, pero no es lo mismo para los de dentro. "Tú no vives aquí. Vas a venir, vas a estar cuatro horas y luego te vas a ir a tu casa tranquilamente. En cambio, aquí nos quedamos nosotros", plantea De Caralt.
Están a favor "de que se hagan cosas", pero no que "entren como elefantes por una cacharrería y que hagan lo que les da la gana". "Nos encanta el Master Plan (como se le ha llamado al proyecto) si lo hacen bien,", añaden.
Recreación de cómo sería el Puerto de Sevilla con el nuevo proyecto / Autoridad Portuaria de Sevilla
Bares, tiendas y hasta un hotel
Diego de Caralt Moxo y Eduardo Cruz Travé, presidente y miembro de la Asociación de Vecinos Puerto de Sevilla, definen todo el proyecto como "un cambio brutal" que afectará al Muelle de Tablada, la Avenida de Las Razas, las naves regionalistas pertenecientes a la Exposición Iberoamericana de 1929, unos almacenes comerciales, los llamados tinglados junto al río, o una zona con un aparcamiento, una gasolinera y un supermercado.
A cambio, se va a construir 700 viviendas, una pequeña plaza, comercios, makers, locales de ocio gastronómico y nocturno, un espacio de oficinas/coworking, un hotel, un aparcamiento nuevo y zonas verdes.
'Master Plan' del proyecto para el Puerto de Sevilla / Autoridad Portuaria de Sevilla
Es decir, una extensión de Sevilla y una transformación del barrio, en su día de gente trabajadora del puerto, sin dotarle de una personalidad propia, como protestan los vecinos, por ejemplo sin haberse preocupado antes por unas naves regionalistas "en estado de abandono". "El Puerto de Sevilla las tenía que haber arreglado y mantenido, son un monumento", afirma De Caralt, que añade que existe "la obligación moral de cuidar el patrimonio cultural e industrial y dejar un legado para el futuro".
Naves y grúas del Puerto de Sevilla / Jorge Jiménez
"El problema es la visión de ciudad que se tiene. Una Sevilla de exportación, para venderla al de fuera. ¿Sacrificando a los de dentro?", asegura Eduardo Cruz. Por eso, dado que no hay apenas locales comerciales y todo son viviendas, querrían que no hubiera ocio nocturno ni bares musicales que atraigan ruido por las noches o gente en estado de embriaguez: "Empiezas a poner gente a pasear por estas calles y a los pisos bajos los has hecho polvo".
También proponen que se construya al tresbolillo, es decir, dejando espacios entre los futuros edificios de viviendas para "que corra el aire y se coloquen zonas verdes", en lugar de "tantos metros cuadrados de zonas verdes" en un único espacio alejado destinado a eso.
Más aparcamientos y limpieza
Tanto De Caralt como Cruz coinciden en que el deseo general de los vecinos es tener un barrio "tranquilo y con calidad de vida" y que los principales temas de conversación son la limpieza, los aparcamientos y el ruido. Lo primero es algo común con otros distritos, con naranjas por el suelo, grafitis en los muros, o bolsas de basura en algunos rincones.
Grafitis y basura en la calle Tarfia del Distrito Portuario de Sevilla / Jorge Jiménez
Actualmente, por su cercanía al estadio Benito Villamarín, al Real de la Feria, a hospitales como el Duques del Infantado, el Viamed Fátima y el Virgen del Rocío, o a la Jefatura Provincial de Tráfico, el distrito se convierte en un recurso para todo aquel que busca aparcamiento en la zona. "Esto se ha definido en algún sitio como el aparcamiento de la ciudad para los días especiales y una zona de talleres", teoriza Eduardo Cruz. "Es un secuestro de las calles del barrio", denuncia.
Esta asociación vecinal no entiende que no se haya hecho un "estudio de movilidad" por parte del consistorio. A lo que hay ahora, habría que sumar todo aquel que vaya por la oferta de ocio, las nuevas viviendas o las oficinas. "¿Cómo van a venir y dónde van a aparcar?", se pregunta Diego de Caralt, que añade que los vecinos mueven su coche para ir a trabajar, a comprar o al hospital y por las mañanas no hay manera de encontrar sitio. "Cuando metan el ocio nocturno, ya ni por la noche…”, apostilla Cruz.
Suciedad y aparcamiento en la calle Tarfia / Jorge Jiménez
Y finalmente, está la integración con el resto de la ciudad, que estos vecinos lamentan que se rija por el criterio de la rentabilidad económica y no por consideraciones ambientales y sociales. "Abrir el puerto a la ciudad está siendo que desde que sales de la Torre del Oro no hay un paseo para sentarse a leer a la sombra o tomar un café", critica De Caralt. "Te van a obligar a pasear por una zona comercial de bares y tiendas para que consumas", prosigue, "que debería ser una opción, no una obligación".
¿Está cerca un acuerdo? ¿O una reunión?
Este representante vecinal cree que está "bastante cerca un acuerdo que satisfaga a todos" siempre que se resuelvan "unos flecos muy importantes" y "el Ayuntamiento esté abierto al diálogo". También está dispuesto a hablar con Rafael Carmona, presidente la Autoridad Portuaria, con quien se sentó una vez y no volvió a saber más. "Hay que reunirse con planos y que nuestros arquitectos asociados transformen en cosas técnicas nuestras palabras", solicita.
"Queremos otra cosa, hablándolo", sentencian los vecinos del Distrito Portuario de Sevilla. Al final, tener calidad de vida es el bien más preciado, al que todo vecino de ciudad tiene derecho a acceder. Y los residentes a este lado de la orilla del Guadalquivir se niegan a seguir así, en un lugar que consideran llamado a ser "invivible" para sus mayores, para ellos, y para sus hijos.
- El embalse de Melonares no tenía tanta agua como ahora desde hace más de cuatro años
- Cerámica de Portugal al peso en este outlet de Sevilla: cuatro platos por 3,50 euros
- Vecinos de la promoción de Grupo ABU en Artillería: 'Nos mudaremos de Sevilla Este al lado del centro, nuestra ilusión
- Una avería deja sin suministro eléctrico durante horas a miles de vecinos de Pino Montano
- Vuelve la huelga en Tussam: estos son los días en que se convertirá en indefinida
- El rey Felipe regresa a la Fábrica de Artillería para entregar las Medallas de Oro en las Bellas Artes
- La Magna, una prueba de fuego para la ciudad
- La imagen de San Judas Tadeo regresará al Silencio en enero: 'Tenemos garantías de que quedará intacta