Sevilla
San Jerónimo y La Candelaria, la agonía de dos mercados de abastos en barrios deprimidos
Las plazas de estas barriadas sevillanas acumulan puestos cerrados y una actividad comercial muy lejana del auge que vivieron hace poco más de 20 años
Una señora mayor compra en una pescadería de la Candelaria / Jorge Jiménez
A las diez de la mañana de un día entre semana el mercado de abastos de San Jerónimo está cerrado. A esta hora, como ocurre en el vecino de Pino Montano, se debería escuchar el pregón de un pescadero y el jaleo de las marías con la compra. Pero todos los puestos interiores, incluido el único en funcionamiento, una churrería, tienen la persiana echada. Dentro de este edificio construido en 1973 solo hay una mujer pintándole las uñas a otra. "Si hace falta, nos quitamos para que echéis fotos, eh", ofrece una de ellas.
"Recuerdo ir de niño y ver fruterías, carnicerías, una ferretería y varias tiendas más. Hace unos 20 años, los 40 locales estaban casi en pleno funcionamiento, y con la crisis de 2008 empezó el declive", rememora Pepe Boza, presidente de la asociación de vecinos Siglo XXI de San Jerónimo, una barriada de clase trabajadora de la zona norte de Sevilla. "El estado actual del mercado es lamentable, hay algunos puestos que se caen a pedazos. Es muy doloroso verlo así, daba mucha vida", reconoce Boza.
"En 2004 se reformó un tercio de la plaza de abastos, y hoy subsiste nada más que la calentería", cuenta Juan José Conde, presidente de la organización vecinal Todos somos iguales. El resto del inmueble, al que unas rejas con candados impiden el paso, está en ruinas. El calendario pardo que cuelga de uno de los puestos, lleno de escombros y basura, da cuenta de la vida que un día tuvo el mostrador.
De los 17 locales exteriores, solo se usa uno, muy pequeño, que vende chucherías. "Este era una tienda de ropa, aquí había una relojería, el bar de Paco estaba justo aquí...", repasa Conde. "Todo murió".
Puestos de la zona abandonada del mercado de San Jerónimo / Jorge Jiménez
Desde el Ayuntamiento declaran que "se están estudiando varias vías tanto al corto como al medio plazo". Pepe Boza, de la asociación de vecinos Siglo XXI, tiene claro que la solución no pasa por abrir uno o dos comercios, sino por "elaborar un plan integral". "Aunque siendo sincero, creo que no tiene ningún futuro esperanzador", admite Boza.
La Candelaria, un mercado de "supervivientes"
La plaza de abastos de La Candelaria, uno de los barrios más deprimidos de Sevilla, no muestra signos del esplendor que los vecinos aseguran que presentaba antaño. "Hace mucho tiempo, mi padre tenía que decir un sábado a las 10 de la noche que no despachaba más", recuerda el pescadero Juan Antonio Campos. Hoy solo se ven seis comercios y dos bares abiertos de los 30 disponibles; los clientes, pocos, superan casi todos la setentena.
"Los mercados de abastos han ido envejeciendo junto con su población, no sabiendo captar a las nuevas generaciones", detalla un informe de 2024 de la Federación de Mercados de Abastos de Sevilla (Femase). "Los jóvenes no tienen la costumbre de comprar aquí, y las personas mayores, que sí lo tienen, van muriendo. Los que quedamos abiertos somos unos supervivientes", cuenta Javier Aguilar, al cargo de una carnicería.
Javier Aguilar despachando a unos clientes en su carnicería / Jorge Jiménez
El estudio de la Femase también señala que "los horarios restrictivos, la inversión en mejora de su infraestructura o la falta de digitalización y promoción de los procesos de venta" son algunas de las causas de la baja ocupación. "Hay que cambiarle el chip a la juventud a través de la información. A nosotros no nos dan publicidad, mientras que Carrefour sale todos los días en la tele", opina Manolo Gómez, dueño de la charcutería El Cateto.
"Este es un edificio municipal, igual que el Ayuntamiento, aunque aquí necesitamos que se fundan 50 bombillas para que las cambien", critica José Castejón, propietario de uno de los bares y presidente de los comerciantes de la plaza de abastos de la Candelaria. "Este espacio tiene muchas deficiencias: la cubierta se cala cuando llueve, el suelo tiene 50 años, y las puertas, que las iban a poner automáticas, siguen siendo manuales", añade Castejón.
Fachada del mercado de abastos de La Candelaria / Jorge Jiménez
El Consistorio hispalense explica que "hay un proyecto de remodelación y mejora encargado", aunque su ejecución depende "de la aprobación de los presupuestos". La idea que trasladan desde el equipo de gobierno municipal es que las obras comiencen "los antes posible".
Mientras algunas plazas de abastos como la de Pino Montano o Las Palmeritas han conseguido renovarse y asentar una clientela con una oferta variada, la de San Jerónimo y La Candelaria están cerca de morir. "Al mercado no le veo futuro. Ojalá aguantara 10-15 años, que es lo que me queda para jubilarme, pero con la edad que tengo, no sé si llegará", cuenta José Castejón en su bar. Acodados en la barra, tres parroquianos bromean con este comerciante: "Qué bien hablas, Pepe". Su cara de preocupación denota que no está para chistes: "Vivo todo esto con mucha incertidumbre".
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