Sevilla

Los mercados de Pino Montano y Las Palmeritas, el triunfo de la vida de barrio

Estas dos plazas de abastos, de las más populares de toda Sevilla, mantienen la vida de puestos y clientes varias décadas después de sus aperturas

Mujeres esperando para comprar en el mercado de abastos de Pino Montano / Jorge Jiménez

Carlos Doncel

Justo debajo de las letras que anuncian el mercado de Las Palmeritas, unos azulejos hacen una oportuna aclaración: "Instalación provisional. 1973". Más de medio siglo después, aquella ubicación temporal está ya asentada. Los carros, las colas, el jaleo y las bolsas lo demuestran. "Esta es la plaza de abastos que más vida tiene de toda Sevilla", asegura Jose Sánchez, tendero de la frutería Carreño.

No es el más grande, tiene casi una treintena de puestos, pero están todos abiertos. "Siempre ha sido una mina. Si no despachas, es porque eres mal vendedor", dice Sánchez. A media mañana se ven sobre todo personas mayores, aunque este mercado ha conseguido convencer a una clientela bastante variada, según sus comerciantes: "Cada vez vienen más jóvenes. Se están concienciando poco a poco de que aquí se come y compra bien", comenta Verónica León, empleada de la carnicería Las Palmeritas.

Las claves del éxito de esta plaza de Nervión, "productos de calidad y frescos", tal como apunta Toñi Santiago, dueña de la recova Las Niñas. Y la cercanía, claro: "El mercado es el día a día, es conocer a los clientes y hasta hacer un poco de psicóloga con ellos, contarnos nuestras penas y alegrías. Eso en un supermercado no es así", detalla Santiago.

A ello se suma que en los alrededores "no hay ni un solo supermercado", según el frutero Jose Sánchez. Solo tiene cerca un ambulatorio, que ha ayudado también a la salud de estos negocios: "La gente que va al médico suele entrar aquí y llevarse algo. Incluso vienen a comprar vecinos del Aljarafe", apunta Antonio Fernández, de la pescadería Antonio.

Una de las pescaderías de Las Palmeritas / Jorge Jiménez

"Creo y tengo esperanza de que este mercado tiene futuro", augura Toñi Santiago. "Lo pusieron de manera provisional en el 73 y se ve que ha ido bien porque seguimos aquí", deja caer Yanira López, empleada de Jamones Chacón. El traslado de Las Palmeritas, a estas alturas, sería un disparate.

Pino Montano, de sandías a remiendos

En el mercado de abastos de Pino Montano comparten espacio los caracoles vivos con las sandías cortadas en cuartos, los muslos y contramuslos de pollo, los lomos de atún y las botas medio rotas que busca recuperar el zapatero remendón. Hay sitio para todo. "Tenemos una oferta muy amplia, hasta puedes desayunar aquí", cuenta Antonio Cruz, de la frutería Antonio. Y los vecinos, desde 1987, lo compensan con fidelidad: "Algunas mañanas se forman incluso colas para entrar a las 08:30", asegura Cruz.

El bar del mercado de Pino Montano / Jorge Jiménez

A diferencia de lo que ocurre en La Candelaria o San Jerónimo, donde la tasa de ocupación es muy baja, en Pino Montano cuesta conseguir un puesto libre. Tanto, que hay hasta lista de espera para montar un negocio: "A mí me lo dieron dos años después de solicitarlo. Miré muchos mercados, pero esperé todo ese tiempo porque sabía que este estaba muy asentado", afirma Jose Ruiz, presidente de la asociación de comerciantes de esta plaza y propietario de La Platería de Jose.

"Ves todos los establecimientos abiertos, con productos de calidad, cuidados, y es normal que llame la atención al público. Con razón todo el que llega y coge uno, no se va", añade Ruiz. Manuel Arroyo, dueño de Ajonjolí y granel, es un ejemplo de ello: "Me planteé hace cinco años y medio montar esta tienda en la calle, pero vi que este mercado tiene el paso de clientes hecho ya".

Varios puestos de la plaza de Pino Montano / Jorge Jiménez

El alquiler municipal por metro cuadrado en Pino Montano y Las Palmeritas es el mismo: 2,89 euros, según un informe de 2024 de la Federación de Mercados de Abastos de Sevilla (Femase). Es un coste asequible si se compara con el del resto de plazas de la capital andaluza: la de El Cerro del Águila -3,17 euros-, el Arenal -3,02 euros-, y por supuesto la de Feria -8,27 euros- o la Encarnación -4,38 euros- tienen un precio superior.

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"Juan, me guardaste lo que te dije, ¿no?", se oye preguntar al cliente de una carnicería. Favores fiados, bolsas cargadas de fruta, charlas entre vecinas. La de Pino Montano, como la de Las Palmeritas, es una plaza de abastos con mucha vida. María Ángeles Lobo, al frente del puesto de reparación de calzado desde hace 18 años, señala otro punto esencial: "Aquí la gente es muy de su barrio". Y ahí, justo ahí, puede que esté la clave del éxito de los mercados de siempre. 

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