TURISMO | Ibán Díaz Profesor de Geografía Humana en la Universidad de Sevilla

"En Sevilla en la Exposición de 1929 ya hubo turistificación"

Ibán Díaz, profesor de la Universidad de Sevilla, publicó el año pasado el libro 'Vender una ciudad: gentrificación y turistificación en los centros históricos'

Díaz asegura que hasta ahora las administraciones no habían tenido en cuenta ni a los vecinos ni a los inquilinos a la hora de regular la actividad turística: "Si hay turismofobia, los responsables han sido la Junta y los ayuntamientos que no han hecho nada para evitarlo

En Ayuntamiento de Sevilla ha solicitado a la Junta que elimine 715 viviendas turísticas en el Casco Antiguo y en Triana.

Jorge Jiménez

Ana Carretero

Ana Carretero

Ibán Díaz (La Línea, 1979) publicó el pasado año el libro Vender una ciudad: gentrificación y turistificación en los centros históricos. Díaz es profesor del departamento de Geografía Humana de la facultad de Geografía e Historia de Sevilla y activista vinculado a los movimientos sociales en defensa de la vivienda.

La temática de este estudio, en el que se aborda el caso de Sevilla, entre otras ciudades, alcanza más actualidad si cabe en los últimos meses, en pleno debate sobre la regulación de las viviendas de uso turístico y el impacto que tiene este modelo de turismo de masas en los barrios.

Sin ir más lejos, el sábado pasado Cádiz y Málaga acogieron manifestaciones multitudinarias contra la turistificación. Tan solo dos días después, el alcalde de la primera, Bruno García, anunciaba la moratoria de las licencias para pisos turísticos en el casco histórico de la capital gaditana.

Mientras los hosteleros y algunos políticos azuzan el miedo de las consecuencias negativas para la economía de la turismofobia, estas nuevas plataformas ciudadanas insisten en que el problema no son los turistas, sino el modelo actual y la falta de control.

Iban Díaz es profesor titular en la Facultad de Geografía de la Universidad de Sevilla.

Iban Díaz es profesor titular en la Facultad de Geografía de la Universidad de Sevilla. / El Correo

PREGUNTA. La temática de su libro está de plena actualidad en Andalucía, ¿Qué fue antes la gentrificación o la turistificación? 

RESPUESTA. El término gentrificación en inglés se acuñó en los 60. En castellano se empezó a utilizar en la década del 90. Y el término turistificación en castellano, hasta donde yo sé, creo que se empieza a acuñar en México en los 90 para definir transformación global de un terreno a su uso turístico. Se ha puesto muy de moda y se ha ido dando el sentido más actual en los últimos diez, quince años. Al mismo tiempo que empiezan a proliferar otros términos como turismofobia.

En Sevilla, por ejemplo, hay un precedente de turistificación mucho antes. En la exposición del 29 ya hay tanto turistificación como un poco de gentrificación, incluso, porque la exposición del 29 está muy enfocada a la creación de una marca de ciudad, muy enfocada al turismo.

Algunos de los barrios que se crean, se crean como barrios de hoteles, se crea el Alfonso XIII, la Plaza de España, que es un espacio para ser visitado principalmente, no con una funcionalidad concreta. Y, de hecho, la reforma del barrio de Santa Cruz procede de esa época. En ese momento se genera ese lugar como el enclave visitable que es: la fachada de la ciudad de cara al visitante exterior.

Cuando se ha tenido que regular la actividad turística, solo se ha respondido a los intereses de la patronal hostelera, pero no se ha tenido en cuenta ni a los vecinos, ni a los inquilinos

P. ¿Cree que se está despertando realmente una ola de turismofobia?

R. Desde luego hay un mayor desagrado frente a los usos turísticos muy intensos. Si hay turismofobia, si queremos llamarlo así, desde luego los grandes responsables son, en nuestro caso, la Junta Andalucía y los ayuntamientos, que no han hecho nada para evitarlo.

Aquí en Andalucía, bueno, en Málaga y en Sevilla, cuando se ha tenido que regular la actividad turística, solo se ha respondido a los intereses de la patronal hostelera. Ahíno se ha tenido en cuenta en ningún momento ni a los vecinos, ni a los inquilinos, ni a la gente que sufre las consecuencias de eso.

P. ¿Cómo ha afectado el actual modelo de turismo de masas a la vivienda en una ciudad como Sevilla? 

R. Afecta de muchas maneras. En el centro está provocando un desplazamiento de población año a año. Se ve cómo se pierden hogares y, precisamente, son los hogares más jóvenes, debido a que la vivienda es sustraída del mercado de la actividad convencional y puesta para la actividad turística.

En el centro de Sevilla está provocando un desplazamiento de población año a año. Se ve cómo se pierden hogares y, precisamente, son los hogares más jóvenes

La actividad turística se concentra en los barrios del centro, que son los que pierden más población. Los efectos también son nocivos para los que se quedan. Luego al resto de la ciudad le afecta de otra manera. En la actualidad, tenemos un mercado de la vivienda y del alquiler que es totalmente disfuncional, que no tiene ninguna correspondencia con las capacidades económicas de los habitantes de una ciudad.

Están extrayendo alquileres del mercado convencional y poniéndolos en el alquiler turístico, estamos reduciendo la oferta de vivienda, aunque la demanda se mantenga igual. Los alquileres en toda la ciudad son muy elevados. No es algo que solo afecte al centro, porque si la gente que se va del centro, se va a buscar alquileres a otros barrios. Son vasos comunicantes.

No es algo que solo afecte al centro, porque si la gente que se va del centro, se va a buscar alquileres a otros barrios. Son vasos comunicantes

Portada del libro 'Vender una ciudad. Gentrificación y Turistificación en los Centros Históricos' (Universidad de Sevilla), de Ibán Díaz.

Portada del libro 'Vender una ciudad. Gentrificación y Turistificación en los Centros Históricos' (Universidad de Sevilla), de Ibán Díaz. / Universidad de Sevilla

P. Antes apuntaba a la responsabilidad de las administraciones, ¿aportó algo el decreto autonómico de viviendas de uso turístico?

R. El decreto es una modificación de un decreto de 2016. El decreto de 2016, prácticamente, aparte de ponerle nombre a las viviendas turísticas, no regulaban otras cosas. La reforma que se ha hecho, de la que llevamos pasando borradores desde hace muchos años, es mínima: hace poco más que cambiar las viviendas de uso turístico, pero regula más bien poco. Desde luego no dice nada de que sea ilegal hacer una moratoria, por ejemplo.

La norma lo que hace es recoger un par de sentencias de los tribunales superiores de justicia con respecto al derecho que tienen las administraciones locales para regular los usos del suelo. Interviene directamente en la cuestión de los derechos turísticos y la capacidad que tienen las unidades de propietarios para decidir, para bloquear la entrada de pisos turísticos en sus comunidades.

Luego establece una serie de condiciones por respecto a la calidad del servicio, que es una demanda fundamentalmente de la hostelería tradicional, ante lo que podría verse como un intrusismo.

El decreto de la junta de Andalucía no dice nada de que sea ilegal hacer una moratoria

P. Granada y Cádiz han anunciado moratoria en barrios tensionados, ¿Qué opina de este tipo de medida?

R. Yo creo que han llegado muy tarde y siguen dando bandazos, porque todavía no seguimos sin tener nada concreto. Quiero decir: Cádiz tenía una regulación hace dos años. Luego cambia de Gobierno, y lo que hacen es cargrse esa regulación, manejarla perdiendo otros dos años para sacar una propuesta mejorada de las de la anterior.

Cuanto más tarden en regularlo, año a año, mes a mes, más viviendas turísticas hay, más viviendas hay inscritas en el registro turístico y menos parques residenciales de viviendas hay. Están siendo negligentes.

Yo no puedo montar un estanco en mi piso de la segunda planta de San José Obrero, pero puedo montar un alojamiento turístico. Eso es un disparate

En todo el ordenamiento jurídico sobre urbanismo en España desde la democracia las competencias sobre la regulación de los usos del suelo corresponden a los ayuntamientos. Nosotros, con las viviendas turísticas lo que tenemos es, básicamente, un establecimiento comercial que se planta en una vivienda de uso residencial. Yo no puedo montar un estanco en mi piso de la segunda planta de San José Obrero, pero puedo montar un alojamiento turístico. Eso es un disparate.

P. ¿Cuáles cree que serían posibles soluciones en las ciudades andaluzas para combatir la turistificación?

En Nueva York hubo una regulación bastante grande hace poco. Permiten alquilar tu habitación, pero siendo residente en esa vivienda. Ha funcionado bastante bien para controlar los precios de las viviendas.

En España, tenemos un panorama muy complicado. Al final acaba todo en los tribunales, porque está todo muy mal montado, desde el momento en que de la ley de arrendamiento urbano se saca los alquileres de corta duración y se dice que eso es competencia de turismo, de las autonomías, y hay tres administraciones con tres grados de competencia distintos peleándose en torno a las viviendas turísticas, ya es muy difícil de regular.

En España hay tres administraciones, con tres grados de competencia distintos, peleándose en torno a las viviendas turísticas. Ya es muy difícil de regular

¿Cuál es la regulación que me parece más interesante? Lo que me parece más interesante por ahora es lo que ha hecho Barcelona, que es directamente eliminar las viviendas turísticas. Si las viviendas son viviendas y tienen un uso residencial, no tienen que tener un uso comercial, no tienen por qué tener un uso comercial.

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