SALUD PÚBLICA

La fatiga de los enfermos por el Virus del Nilo puede alargarse meses: así es la enfermedad del mosquito asiático

Es importante saber que ocho de cada 10 personas infectadas no llegan a desarrollar síntomas y solo en los casos más graves hay peligro con daño cerebral, debilidad muscular y en el peor caso, la muerte

La Junta ha detectado circulación del Virus del Nilo en Andalucía.

La Junta ha detectado circulación del Virus del Nilo en Andalucía. / Junta de Andalucía

El Correo

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No es el primer verano que la presencia de un mosquito invasor de origen asiático, el 'Aedes japonicus', provoca en Sevilla un brote de esta enfermedad el virus del Nilo Occidental, que transmiten con su picadura las hembras de este mosquito. Se trata de un ejemplar del este asiático, principalmente de Corea y Japón, y del sudeste de China, pero que ya se ha asentado en España, en concreto se han registrado casos en los últimos años en el Principado de Asturias y Cantabria, Galicia o Cataluña, además de Andalucía.

Es una enfermedad complicada de detectar salvo pruebas muy específicas, como un examen de sangre muy concreto, una punción lumbar o un TAC o resonancia de la cabeza para comprobar si hay meningitis. No son pruebas ordinarias y de ahí que en muchos pueblos afectados se quejen de hay pacientes que no llegan ni siquiera a saber que tienen Virus del Nilo.

Tampoco hay una vacuna ni un antídoto para erradicar el virus.Debido a que esta enfermedad no es causada por bacterias, los antibióticos no tratan la infección del virus del Nilo Occidental. Hay tratamientos complementarios que pueden ayudar a reducir el riesgo de complicaciones pero no hay un tratamiento definitivo.

El pronóstico es más incierto para aquellos con casos graves de la infección. La encefalitis o la meningitis del Nilo Occidental puede llevar a daño cerebral y a la muerte. Una de cada diez personas con inflamación cerebral no sobrevive.

¿Qué causa su picadura?

Los virus, como los que puede llegar a transmitir esta especie de mosquito —y entre los que se encuentra el del Nilo Occidental, el dengue o el virus de la encefalitis japonesa—, son la causa más frecuente de infecciones en el sistema nervioso central, que se pueden manifestar en forma de encefalitis, meningitis o meningoencefalitis, según el área afectada. Se habla de esta última enfermedad cuando existe una inflamación de las meninges, las membranas que cubren todo el sistema nervioso central, como del parénquima cerebral, parte del tejido funcional del cerebro.

Es importante saber que ocho de cada 10 personas infectadas por el virus del Nilo Occidental no llegan a desarrollar síntomas. Así como que una de cada cinco sufrirá síntomas que incluyen dolor de cabeza, malestar general, dolores de articulaciones, vómitos, diarrea o erupciones cutáneas. Aunque los pacientes se recuperan plenamente, la fatiga y la debilidad pueden prolongarse durante varios meses. En algunos casos aislados (1 persona de cada 150), la persona infectada puede desarrollar enfermedades graves del sistema nervioso central (encefalitis o meningitis).

¿De dónde viene el mosquito?

La expansión por países que originalmente no han constituido su hábitat natural se ha visto favorecida por el negocio internacional de neumáticos usados. Una vez que se asienta, el mosquito aprovecha los charcos, abrevaderos de ganado, agujeros de roca llenos de agua, cubos o neumáticos para extenderse. Se suele relacionar con los equinos, ya que los caballos son un reservorio habitual de esta especie de mosquito.

El virus del Nilo Occidental se identificó por primera vez en 1937 en Uganda al este de África. En los Estados Unidos, se descubrió por primera vez en el verano de 1999 en Nueva York. Desde entonces, el virus se ha diseminado a lo largo de todo el país. Los investigadores creen que el virus del Nilo Occidental se disemina cuando un mosquito pica a un ave infectada y luego a una persona.

¿Por qué es peor en verano?

Los mosquitos transportan las mayores cantidades del virus a finales del verano y principios del otoño, por lo que más gente contrae la enfermedad a finales de agosto y principios de septiembre. A medida que el clima se vuelve más frío y los mosquitos comienzan a morir, hay menos casos de la enfermedad.

Una mayoría, asintomática

En un 80% de los casos la enfermedad se contrae por la picadura del mosquito de forma asintomática. En el 20% restante, entre las potenciales manifestaciones clínicas que se pueden experimentar en caso de sufrir una meningoencefalitis vírica se encuentran los siguientes síntomas, que se pueden poner de manifiesto en mayor o menor medida en función del grado de la infección: náuseas, vómitos, fiebre, cefalea, fotofobia, rigidez en la zona de la nuca, disminución del nivel de conciencia, letargia, alteraciones de la personalidad y convulsiones.

Solo dos de cada diez casos diagnosticados en seres humanos de este virus derivan en fiebre del Nilo, que en contados pacientes puede desembocar en otro tipo de enfermedades. Los síntomas principales de esta dolencia pasan por sufrir dolor de cabeza, malestar general, fiebre, mialgia, vómitos, erupción cutánea, fatiga y dolor ocular. La gravedad de estas manifestaciones varía dependiendo del paciente y quienes llegan a sufrir esta enfermedad pueden recuperarse en una semana o tardar meses.

De agravarse y afectar al sistema nervioso, pasaría a ser una enfermedad neuroinvasiva que puede presentarse en forma de encefalitis, meningitis o parálisis de otro tipo, que pueden ocasionar mayores daños si se dan factores de riesgo como edad avanzada, hipertensión enfermedades renales o diabetes, entre otros.

Las secuelas neurológicas son comunes tras la meningoencefalitis por el virus del Nilo Occidental. En general, son más frecuentes en los pacientes de mayor edad y con más enfermedades acompañantes.

Posibles complicaciones

Aunque las complicaciones a causa de la infección leve por el virus del Nilo Occidental son muy poco comunes, cuando existen ocasionan daño cerebral, debilidad muscular permanente en ocasiones similar a la polio y en el peor caso, la muerte.

Cómo prevenir la enfermedad

No hay vacunas ni medicamentos para prevenir la enfermedad por el virus del Nilo Occidental. La mejor manera de prevenir esta enfermedad es protegerse de las picaduras de mosquitos, que atacan de día y de noche.

Para evitar las picaduras lo mejor es usar un buen repelente de insectos. También vestir camisas de manga larga y pantalones largos y tratar la ropa con insecticidas apto para los tejidos. Se recomienda tomar medidas para controlar los mosquitos en sitios interiores y exteriores, desde usar mosquiteras o evitar tener las ventanas abiertas al anochecer a evitar que se estanque agua en exteriores.

El repelente de insectos debe aplicarse tanto de día como de noche, da igual si estamos en zonas de exterior o interior, y ponerlo además sobre toda la piel. Lo mejor es seguir las instrucciones que ofrece el etiquetado del producto. En caso de usar también protección solar, debe ponerse tras la crema y volver a aplicar el producto si la piel se ha mojado o en condiciones cálidas y de humedad.

Colores y olores

Se recomienda llevar ropa suelta para cubrir la mayor parte de tu cuerpo. Es una buena opción apostar por camisas y pantalones largos, calcetines y zapatos. Se recomiendan además los colores claros, dado que a los mosquitos les atraen los tonos oscuros.

A los mosquitos les encantan los olores corporales como el sudor, los perfumes y las lociones. Por eso se recomienda evitar llevar perfumes, jabones o productos de aseo con olores fuertes, y en caso de sudores extremos se recomienda mantener una buena higiene.